Todo o Nada

Capítulo 2

Después de decir esta palabras abrió la puerta principal para que entráramos a mi hogar temporal.

Por dentro la cabaña era como toda mansión, grande, con cuadros adornando las paredes y muchas escaleras, demasiadas, es como si cada escalera te llevara a lugares diferentes, era hermoso. Nick y Patrick se fueron por su lado.

Un chico alto, con figura intimidante, ojos color avellana y el cabello castaño, se acercó a mí y sin darme tiempo para presentarme, solo dijo una sola palabra:

-Sigueme.

Sólo tuvo que decir esto para que reaccionara y me dedicara a seguirlo, pasamos por una sala que estaba cerrada y cabe destacar que tenia un montón de cerraduras y pestillos parece que no quieren que entremos ahí.

-Esa es la sala de entrenamiento.- Dijo este, es como si estuviera leyendo mis pensamientos.- Tiene todas esas cerraduras porque a los huéspedes no les gusta ser molestados mientras practican.- Después de esto completó todas mis dudas.

Pasamos por otras 4 salas, las cuales, tenían el nombre de distintos planetas estaban: Mercurio, Marte, Venus y La Tierra.

-Bueno, éstas son habitaciones, en la cabaña dividimos a los huéspedes por secciones y a cada uno le ponemos un nombre.- Continuó hablando.

Primero Maze Runner y ahora divergenteDiosque tienen con copiar películas.- Pensé mientras seguía caminando.

-Lamento informarte que, aunque me gusten esas películas, esta cabaña no es nada parecida, es mucho peor.- Oh, oh, creo que pensé en voz alta.

Yo sólo me quedé callada y seguí caminando hasta llegar al final del pasillo donde había una puerta de color rojo.

Dios míodime que esto ahora no es una copia de 50 sombras de Grey porque muero.- Mi mente no dejaba de crear razones por las cuales había una puerta de color rojo.

Seguí pensando hasta que el chico soltó una carcajada, esta llegó a mis oídos tomándome por sorpresa.

-¿Qué? ¿De qué te ríes?.- Pregunté, el solo se dedicó a seguir riendo.- ¿Qué es tan divertido? 

-Nada, sólo que, veo que tienes demasiada imaginación.- No, no de nuevo.

-Lo dije en voz alta, ¿Cierto?.- Interrogué.

-Si, y no, no es una habitación como la de Christian Grey, aunque me gustaría que fuera así, esta es la habitación de castigos.- Asentí, pero luego sus palabras se repitieron en mi mente.

-¿Castigos?.- Pregunté, haciendo una mueca.

-Si, si no cumples con nas reglas de la cabaña, los jefes te ponen un castigo.- Dijo.- No te preocupes mientras las cumplas estarás bien.

-¿Y cuáles son las reglas?

-Eso lo sabrás luego, en tu iniciación.

-¿Iniciación?

-Sabes qué, haces muchas preguntas y ya me estoy cansando, te enseñaré tu habitación y después te buscaré para el almuerzo.

-Está bien.

Empezamos a caminar y subimos por una escalera en forma de caracol, seguimos caminando hasta que el se detuvo en una puerta, era increíble. Tenía un círculo en el cual se encontraban los cuatro elementos.

Iba a entrar, pero el chico me detuvo, agarrándome de la muñeca.

-No, esta no es tu habitación.- Soltó mi mano.

-¿Entonces qué hacemos aquí?.- Pregunto, él da un suspiro lleno de irritación y procede a responder.

-Todos los que llegan nuevos hacen esto, ves el circulito que está en medio de los cuatro elementos.- Asentí.- Tienes que insertar el dedo ahí.

-¿Por qué?

-¡Sólo entralo y ya!.- Gritó.

-Dios, que gruñón eres.

Procedí a entrar el dedo en el circulito y al hacerlo los elementos empezaron a girar y lo más impresionante, se volvieron reales y envolvieron mi dedo.

El chico sólo se dedicó a abrir mucho los ojos, sorprendido.

-¿Esto tenía que pasar?

-Claro que n...- Pausó.- Sí, obvio, a... A todos le pasó lo mismo.- Sabía que me mentía pero estaba demasiado cansada como para preguntarle.

-Bueno, entonces llevame a mi habitación, estoy cansada.- Solté un bostezo.

-Está bien, tu habitación es la del frente.- Dijo, yo sólo asentí, retiré mi dedo y la puerta volvió a su estado normal. Me dirigí a la puerta, pero antes de entrar me giré.

-Todavía no sé tu nombre.

- Alex, Alex Tomward.- Al decir esto se retiró.

¿Tomward? Ese apellido me pareció conocido, pero decidí ignorarlo, entré a la habitación y cerré la puerta, empecé a observar todo con detenimiento.




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