"-Peyton, tienes que salir de ahí, te buscan y no pararán hasta encontrarte, tienes que escapar. -Dijo una voz en mi cabeza.
-¿Escapar?¿De dónde? No entiendo ¿Quién me busca?.- Las palabras salieron de mi boca sin pensar.
- Eso no lo puedo decir, tú tendrás que descubrirlo, pero tienes que ser fuerte y valiente. -De repente apareció una mujer castaña de ojos azules, colocó su mano en mi hombro.
-¿Y cómo sabré en quién confiar?. - Pregunté y una lágrima se resbaló por mi mejilla.
- Ese es el problema ¡NO PUEDES CONFIAR EN NADIE!. - Gritó pero lo extraño fue que ese grito solo se escuchó como un murmullo. Y todo a mi alrededor se tornó oscuro."
Abrí los ojos lentamente y me sorprendí al ver que me encontraba frente a la misma puerta de antes, saqué mi dedo rápidamente de la puerta, miré hacia todos lados y noté que Alex y el señor Tomward me miraban sorprendidos.
Di un paso hacia atrás, pero no pude dar más porque se me empezó a nublar la vista y el mundo empezó a darme vueltas, inevitablemente caí al suelo.
-¡Levántate, engendro del demonio! ¿Qué clase de ser demoníaco eres?. -
Por el tono de voz pude identificar que fue el señor Tomward que habló.
Sentí que alguien me agarró bruscamente del brazo, empecé a moverme para zafarme del agarre. Alex era el que me sostenía, mientras el señor Tomward gritaba.
-¡Suéltame, idiota!.- Grité mientras me movía para que dejara de sujetarme.
-¡No hasta que nos digas que eres!. Alex me acorraló contra la pared colocando su brazo en mi cuello.
Aproveché ésta posición para propinarle un rodillazo en la entrepierna logrando que me soltara inmediatamente y cayera al suelo retorciéndose de dolor.
El señor Tomward reaccionó casi al instante y me propinó un golpe en la cara, me toqué el labio y vi como salía un hilo de sangre.
-Oh no, ésta me la va a pagar.- Susurré.
-¿Qué, me vas a derribar con un abrazo, niña caprichosa?.- Comenzó a reír.
--Yo... No soy caprichosa.- Dije entre dientes.
-Si, lo eres y también eres una zo...- No pudo terminar de hablar ya que le di un golpe en la quijada lo que hizo que se tambaleara, pero no lo dejé recuperarse y le di una patada en la barriga causando que se estrellara contra la pared.
Salí disparada por el pasillo pero no noté que Alex se había levantado y me había agarrado del cabello, lo que hizo que retrocediera y gritara de dolor.
-Esto te lo ganas por estúpida.- Dijo y me dio un rodillazo en la barriga. Y esto por zorra.- Estrelló su mano contra mi mejilla y me tiró al suelo. estaba a punto de patearme pero alguien lo interrumpió.
-¡¿Qué está pasando aquí?!. - Un chico alto de pelo castaño y ojos azules se acercó a nosotros.