'La noche era oscura, no podía ver nada, solo su silueta y sus ojos azules intensos observándome directamente, preocupados, llenos de dolor y nostalgia. De repente cae al suelo y puedo ver como una mancha roja se extiende por su espalda.
Voy corriendo y lo abrazo, agarro sus mejillas y hago que sus ojos se fijen en los míos.
-Tienes que aguantar, ya llamaron a la ambulancia... Sólo tienes que aguantar.- Digo mientras lo abrazo y gotas saladas a las que llamamos lágrimas se deslizan por mis mejillas.
-Pey... Recuer...da que en es...te juego debes dar todo o na...da.- Dijo este pausadamente.- Tienes que ganar, Te a...- Dejó de hablar, dando así su último aliento de vida.
-Yo también te amo, y prometo que voy a dar todo para ganar este estúpido juego.