Todo por Amor

Por ella

Aún recuerdo la primera vez que la ví, no se como describir lo que sentí en aquel momento, aunque su aspecto era desaliñado, su rostro sucio y su ropa harapienta, de alguna forma irradiaba tanta belleza, sus hermosos ojos azul cielo reflejaban mucha ternura e inocencia; era sumamente extraño, nunca me había sentido así. Ella apenas tenía doce años y yo quince, creí que la razón de ese hormigueo en el estómago era a causa de mi edad, decidí observar desde lejos, no quería meterla en problemas, puesto que ahora trabajaría en mi casa; mi papá me contó que su nombre era Sara, sus madre había muerto cuando tenía cinco años y su padre era un alcohólico, adicto a las apuestas y juegos de azar, desde entonces se había visto obligada a trabajar para mantenerse; había trabajado en muchos lugares, pero, no podía mantener un trabajo fijo debido a su edad, por eso mi papa decidio ayudarla dejando que se quedara en casa como sirvienta, también podía ir a la escuela

Yo estaba feliz pues me gustaba verla todos los días, era muy tímida pero muy eficiente en el trabajo; con el tiempo comenzamos a intercambiar palabras, pero ella siempre trataba de mantenerse distante, siempre se dirigía a mi como su jefe y yo no quería eso quería acercarme más a ella y ganarme su confianza, pero Sara no lo permitía. Solía comprarle muchos regalos, también le pedí a mi papá que le subiera el sueldo pero nada daba resultado, no comprendía porque no quería acercarse a mí que podía hacer para que ella me aceptara; en la escuela todas las chicas se volvían locas por mi, era atractivo, alto y tenía mucho dinero, pero a Sara eso no le importaba y era exactamente eso lo que más me atraía de ella. 

Sin darme cuenta empecé a seguirla a todos lados, la esperaba a la salida de su escuela escondido entre los arbustos para que no se diera cuenta, ella estudiaba en una escuela pública y era muy buena estudiante, en la casa no le quitaba la vista de encima; se volvió un vicio para mí.

Un dia salio mientras la perseguía de lejos aceleró el paso y al girar la esquina desapareció entre la multitud, me sorprendió mucho verla tan apresurada, nunca antes había hecho eso; rápidamente la busque con la mirada, para mi sorpresa ella estaba parada detrás de mí, se me acercó y con su dulce voz me dijo:- ¿Hasta cuándo?, ¿por qué no deja de perseguirme?- sus ojos llorosos estaban llenos de preocupación, me llene de valor y le respondí: - te amo y ya no soportó estar lejos de tí- me miró fijamente pero esta vez con sorpresa, cerró los ojos y exclamó: - usted está equivocado lo que usted siente no es amor sino obsesión- , sus palabras me sorprendieron mucho, estaba desesperado: - por favor, puedo darte todo lo que quieras, solo… dame una oportunidad-le dije , sus ojos se llenaron de lágrimas y dijo: - no todo lo que quiere se puede comprar con dinero, eso no basta-, luego se dio vuelta y se alejó corriendo, no alcanzaba a comprender no entendía el motivo de sus lágrimas, pero me dí cuenta de que nunca me rechazo; ahora me sentía devastado no quise hacerla llorar, pero tampoco entendía porque. 

Volví a casa y me encerré en mi cuarto, esperando a que ella volviera, quería aclarar esta situación, quería que entendiera que la amo, pero no sabía cómo expresarlo, creí que con dinero y regalos podía hacer que ella se enamorara de mí. Aunque es verdad debe haber pensado que soy un acosador o algo peor, no quise que se sintiera mal, no quise que pensara mal de mí.

 De pronto golpearon mi puerta, la abrí esperanzado, era mi mamá, me sentí decepcionado: - qué ocurre hijo- me preguntó, tratando de buscar ayuda y consejos finalmente le dije lo que sentía, creí que lo comprendería y me daría su apoyo pero no fue así; mi madre enfureció: -esa tonta andrajosa no te merece, tu necesitas algo mejor que eso- me dijo y se fue, creí que su actitud se debía a que Sara no aceptaba mis sentimientos. Si, eso fue lo que creí. 

Ya era tarde, estaba seguro de que Sara ya había vuelto a casa, a esta hora debería estar ayudando a preparar la cena. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina para hablar con ella, pero, cuando llegué no estaba, la espere por un momento pero no llegó; le pregunté a la cocinera, me miró llena de tristeza me dijo: Sarita ya no está aquí, está en su habitación- pensé que luego de lo que había sucedido necesitaba tiempo para pensar las cosas, así que, decidí dejar nuestra conversación para  otro día.

A la mañana siguiente, mis padres me despertaron muy temprano: -Vamos hoy es tu fiesta de cumpleaños, debes arreglarte- , no podía ser, lo había olvidado por completo, era mi cumpleaños número diecinueve, era sumamente especial, pues a partir de ese día trabajaría con mi papá en la empresa, ya que como heredero del presidente debía prepararme. Durante la fiesta no pude ver a Sara, ella se encontraba con el resto de sirvientas e hizo lo posible para evitarme; por otra parte todo fue bien. 

En adelante, trabajaba en la empresa después de clase, me esforzaba al máximo por aprender y así algún día Sara me aceptaría. Solía llegar muy tarde a casa y casi ya no la veía, era frustrante, pero lo soportaba por ella.

Pasaron algunos meses, llegué temprano a casa ese día, Sara se encontraba barriendo las hojas del patio: -por fin vuelvo a verte de nuevo le dije-, ella se dio vuelta sorprendida y en un descuido nuestras miradas se encontraron, luego rápidamente trato de huir, la tome por el brazo y la obligue a quedarse, se veía mucho más hermosa de lo que recordaba, sus ojos reflejaban la claridad del cielo y su hermoso cabello castaño se mecía con el viento. - Por favor suelteme joven- suplicó, su dulce voz era música para mí: -te amo- dije inmediatamente:-dime que sientes tú-,desvió su mirada y dijo:- yo no puedo amarlo, eso sería un error-, nuestras miradas volvieron a encontrarse y esta vez pude notar el profundo amor que trataba de ocultar. Acaricie suavemente su bello rostro, acerque lentamente mis labios a sus labios y la bese; sentí un gran alivio, con ella a mi lado podía lograrlo todo, ahora no había nada que temer, deseaba que ese momento durara una eternidad. Finalmente, nuestros labios se separaron y de sus ojos llenos de amor lagrimas empezaron a brotar, en un intento de calmarla la abracé fuertemente contra mi pecho, de pronto ella apartó mis brazos y huyó de mí; me sentí muy mal, tal vez fui demasiado rápido, de seguro ella necesitaba tiempo para pensar, decidí comprarle algo para alegrarla, un collar o una pulsera tal vez, no sabía, pero recordé lo que me dijo antes de que no podía comprar todo con dinero, la verdad es que era el único lenguaje o forma que conocía para expresar lo que sentía.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.