VIGILÁNDOTE

Cuando recibí el mensaje de mi hermano de que Elena había salido temprano de la firma y que al parecer había tenido una fuerte discusión con Jonathan me preocupé, lo peor que pasó por mi mente vino luego de que me informara de que su teléfono había sido desconectado, entré en pánico. Ellos la localizaron cuando llegó al departamento de Gianni.

Gianni la había llamado a casa, pero ella no respondió. Y aunque mi hermano me dijo que ella estaba a salvo no le creí, fui allá. Me quedé mirando hacia su edificio por un largo rato hasta que ella respondió no la llamada de Gianni, sino la de Oliver. Luego, él llegó en su convertible rojo, como un maldito casanova. Él hablaba con ella mientras se peinaba y bañaba de loción.

—¡Maldito hijo de…!

Cinco minutos después terminó la llamada, bajó del auto y del asiento del copiloto bajó una flor en un estuche.

—¡Voy a matarte!

Llamo a mi hermano y me responde al segundo toque.

—Ethan, muévete de donde estás. Ellos pueden descubrirte.

—¡Qué me descubran! ¡Voy a matar a ese cabrón!

—No lo harás. Te paso la grabación de la llamada.

Ella sale vestida con jeans negros y un suéter rosa pastel de cuello alto, trae una bolsa de mano blanca y zapatos altos del mismo color pastel. Luce hermosa con su cabello largo rojizo. Él le da la flor y…

—No sonrías, no sonrías, por favor, por favor… ¡Maldición!

Golpeó el volante de precioso.

Él le abre la puerta de su maldito jodido auto y ella sube. Él lleva una sonrisa de idiota, cuando sube al auto mira en mi dirección, pero como de seguro está soñando despierto ni me mira.

Los sigo a una distancia considerable, él aparca a una esquina de un restaurante, y caminan hacia el local, en el momento que llegan a la puerta, arranco a precioso y cuando voy a pasar su auto lo golpeo con el mío.

Le he volado el espejo y golpeado su puerta. Lo veo gritarme a todo pulmón en medio de la avenida.

—Jódete, Oliver.

Me regreso al edificio donde vive Elena. La grabación de la llamada me ha llegado por mensaje. Así que, en lo que espero a que regresen la escucho.

Ella lo sabe.

Y mi corazón late deprisa.