Todo por el maldito contrato (ae #1)

22

22: Vestido ideal.

 

Narrado omnisciente:


- Este vestido hace que me vea gorda —. Se quejó Marianne a penas se vio en el espejo.

- No culpes al vestido, tú tienes la culpa por comer tanto. Pareces una morsa pero sin los colmillos.

Marianne le lanzó una mirada amenazadora a Ivvy a través del espejo.

- ¿Podrías dejar de ser criticona y comportarte como mi amiga? —. Le preguntó la novia en tono borde.

Ivvy alzó las manos en señal de rendición: - ¿Ahora ya no aceptas una crítica constructiva?.

La futura señora O'Donell rodó los ojos.

- Si fuera una "crítica constructiva" no estaríamos discutiendo en estos momentos —. Anne se cruzó de brazos, aún sin voltear a ver a su mejor amiga.

- ¿Y a ti que te pasa? ¿Has amanecido con que todo te apesta no?(1) ¡Bañate! —. Se burló la castaña.

Justo cuando Anne se iba a defender de la acusación, una castaña teñida apareció con el teléfono en la mano y toda distraída.

- Ajá... Si entiendo... Si se lo diré... Si, le estoy haciendo caso tía —. Amber rodó los ojos cansada por todas las justificaciones de su tía, luego fijo la vista en la novia y su rostro fue se espanto total .— Lo siento tía, debo colgar.

Colgó.

- Ese sin duda no es tu vestido ideal, pareces una morsa pero si...

Anne interrumpió a su futura prima.

- Que si, que ya lo sé. Ivanna piensa lo mismo que tú.

Ambas castañas se miraron con complicidad y chocaron las palmas.

Luego Amber fijo la vista en la exasperada novia con su vestido estilo sirena.

Mientras Anne pensaba que el vestido no estaba tan mal si no fuera tan apegado, Ivvy pensaba que se veía como la sirenita Ariel que se acaba de comer a sus seis hermanas. Sobra decir que Amber y Ivvy compartían opinión.

- ¡Claudia! —. Gritó Amber ocasionando que sus dos acompañantes se taparan las orejas por el chillido tan fuerte que había dado.

- ¿Paso algo malo con el vestido, señorita Blackwood? —. En la estancia apareció la señora que había atendido por primera vez a las tres jóvenes.

Amber sonrió sin mostrar los dientes: - Claudia querida ¿Has visto a la novia? —. La dependienta de la tienda negó con la cabeza .— Mire detrás tuyo.

La señora de avanzada edad hizo lo que la castaña le ordeno, quedando así horrorizada por que la novia se veía horrenda.

- Señ-ñorita Br-own ¿Ese es el vestido que le dio Manda? —. Preguntó la señora lanzando mentalmente maldiciones a su despistada hija.

Amber sonrió: - Si...

- ¡Esa niña! Disculpen, mi hija es un tanto despistada...

¡¿Un tanto?! —. Pensaron Ivvy y Amber.

- Les voy ha traer tres vestidos de los mejores diseñadores ¿Les parece?

Los ojos de Amber brillaron ante la sugerencia de Claudia: - ¡Eso era lo que quería escuchar, Clau! ¡Manos a la obra chicas!

Ivvy rodó los ojos cansada, llevaba varias horas buscando el "vestido ideal" de su mejor amiga.

Marianne también estaba cansada y a la vez sentía culpa por hacer que su futura prima y su mejor amiga caminaran mucho por que ella es indecisa... Pero no le gustaba ninguno de todos esos vestidos. Ella quería uno sencillo pero que desbordara elegancia con sensualidad, que no sea tan  esponjoso ni tan pegado.

¿Era mucho pedir?

Sobraba decir que Amber era la más emocionada de las tres, su actitud era de una novia frustrada que siempre quiso una boda pero para ello necesitaba un novio.

¿Donde encontraría un chico a la altura de de una Blackwood?

Amber tenía al chico ideal.

Pero ese no es el tema.

Claudia trajo los tres vestidos prometidos. Uno más bello que el otro.

El primero era casi idéntico al que usó la cenicienta cuando se casó. Aunque la futura señora O'Donell se rehusó, término accediendo ante la insistencia de sus amigas:

- Ese no es el ideal —. Mascullo Amber mientras ladeaba su cabeza.

- Se los dije —. Anne rodó los ojos mirándose en el espejo. Ese no era su estilo, pero sus amigas pensaron que le vendría bien probar otro tipo de estilo.

GRAVE ERROR.

El otro era estilo cola de sirena, claro que lo descartaron inmediatamente por la experiencia recibida.

- Este es el último, no se si les guste ya que es un poco simple pero desprende sensualidad y elegancia —. Aseguró la mayor de las mujeres.

Esta vez los ojos de Marianne brillaron. Sin mas preámbulos, prácticamente corrió al probador.

- Ivvy ¿Ya hay alguien en tu vida? —. Pregunto Amber dando vuelta a la página de la revista que llevaba leyendo mientras esperaban a Anne salir del probador.

Ivvy rió: - Marianne tenía razón, eres muy directa —. Amber alzó la vista y le lanzó una de sus tantas sonrisas .— ¿Por que quieres saber?.




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