—¡mami! — se escuchó el grito de un pequeño moreno con ojos verdes — mami
—¿Qué pasa cariño? — dijo Stiles tomando en brazos a su bebé
—leche — le dio una risa a su madre
—mi pequeño glotón — le hizo cosquillas haciendo reír al menor, preparó su leche y lo dejó sentado en el sofá mientras iba a levantar a sus hijos
—Isaac, Liam — dije abriendo la puerta de su habitación — arriba cachorros, deben ir al colegio — hice sentar a ambos con mi chispa mientras bajaba a ver a Eli
Una hora después los cuatro salimos de casa, los niños a la escuela y yo a la cafetería.
DEREK - BEACON HILLS
Habían pasado 3 años desde que vi a mi luna y mis cachorros, mi lobo solo ha entristecido y solo aparece cuando hay peligro en nuestro territorio.
Con el pasar de los meses el olor de los tres ha desaparecido de la habitación donde habían estado esos días.
Muchos han crecido, Lydia está embarazada de Jordan, el ayudante del sheriff, Cora y los demás han ido a la universidad y solo regresan para las vacaciones de fin de año.
Salí a correr al bosque en mi forma de lobo, en los últimos días mi lobo ha estado muy inquieto como si estuviéramos en peligro, al principio pensé que era alguien de la manada.
Llamé a todos, pero parecían estar bien y eso hizo tranquilizar un poco más a mi lobo, pero sigue estando muy inquieto por eso.
Mire a Peter correr a mi lado, él ha sido quien a podido mantenerme centrado y no dejar a la manada sola; poco después de que se fueran me confesó que mi pequeño cachorro Liam era su compañero, fue algo que me dejó muy sorprendido, la diferencia de edad era muy grande; pero la luna sabe lo que hace con nuestras almas gemelas.
La mañana luego de salir a correr paso como siempre, leer un poco y cocinar horas después; un poco de trabajo en el taller mecánico que Peter me obligó a fundar para que tuviera en qué ocuparme para distraerme del hecho de que los tres se habían ido.
—Deberías encontrar un hobbie o algo más que hacer Derek — dijo Peter entrando a casa — los buscamos por mucho tiempo, pero simplemente se esfumaron
—no puedes esperar que simplemente deje de pensar en ellos, los he perdido y eso le duele a mi lobo — le replicó enojado — debimos seguir buscándolos
—no teníamos por dónde empezar — le recordó — su aroma fue oculto y el de los niños también, aunque todos tuviéramos el mejor olfato; no los hubiéramos encontrado nunca — explico — sabes cómo es esto, si él no quería ser encontrado, lo logró
STILES
Nuestra vida en Canadá ha sido tranquila, pero mi chispa ha estado ansiosa desde hace unos días. Siempre en alerta como si en cualquier momento fueran a atacarnos y eso me tiene un poco asustado; vivir aquí significa estar lejos del peligro y que mis niños estén a salvo.
Aquí no hay muchos cazadores y los que hay tienen un tregua con los sobrenaturales del pueblo. Mis niños han crecido tranquilos intentando olvidar lo que vivimos con esa manada, eran solo unos bebes asi que no recuerdan casi nada. Mi pequeño Eli es igual a su padre, pero habla mucho como yo lo hago; sus ojos verdes me recuerdan a él y piensa que es la perfecta combinación de ambos y eso en una parte me alegra, pero también es una gran recordatorio de que deje a mi compañero atrás para salvar a mis niños.
Era egoísta y tal vez revisa un castigo de la diosa Luna, pero mis cachorros son mi vida y siempre lo serán.
—Stiles, cariño — me saludó la señora, dueña de la cafetería
—Buenos días señora Bennett, ¿cómo sigue el señor Bennett? — pregunte
—hay esta ese hombre, ya sabes como es — sonrio y yo lo hice también
El día pasó muy tranquilo, pocos clientes pero buena ganancia. Me despedí de la señora Bennett y conduje a casa para poder ver a mis niños. Meses después de llegar aquí y conseguir un trabajo estable con los señores Bennett, pude comprarme un jeep de segunda mano para poder transportar a mis niños a su colegio.
Llegar a casa fue un alivio para mi, los tres estaban en la sala jugando a Alex, su niñero para que los cuide las horas que no estoy en casa por trabajar.
—mis niños — saludo a mis hijos, mientras dejaba mis cosas en la mesa
—mami! — gritaron corriendo hacia mi, luego de un beso para cada uno Alex se acerco a mi
—¿Cómo te ha ido Stiles? — pregunto, con el tiempo nos hemos conocido y es muy agradable el chico
—muy cansado, pero todo es por ellos —digo mirando a mis niños
—claro que si, bueno me tengo que ir — dijo tomando sus cosas — Katy me espera para una cita — dijo abriendo la puerta y ver a una linda morena con un vestido verde
Cuando conseguí trabajo con los señores Bennett, el horario hacía que dejará a mis niños solos, no podían cuidarse y menos cuidar a mi pequeño Eli.
Un día la señora Bennett me presento a Alex que buscaba un pequeño trabajo para ganar algo de plata mientras estudiaba, los niños lo aceptaron rápido y los primeros meses Eli iba conmigo al trabajo, cuando Eli cumpio sus tres años lo empece a dejar con Alex tambien, los cuatro se hicieron grandes amigos y siempre le agradeceré a Alex por cuidar de mis niños