Todo por no perderme

Capítulo 4. Fiesta y más fiesta.

Los siguientes días, Lauren y yo estuvimos buscando departamentos alrededor de toda la ciudad, hasta que por fin encontramos uno que me permitió iniciar una nueva vida, alejada de la crueldad de mi madre.

Los meses habían pasado y tuve que cumplir mi promesa de enviarle dinero a mi madre. Cada mes le estuve dando una cantidad, poco considerable, de lo que había ganado trabajando junto a Alan, el maquillista de Lauren.

Alan es un chico muy agradable, comprendió la difícil situación en la que estaba y desde entonces me ha enseñado todo lo que necesitaba para poder ayudarlo. Él no tenía un trabajo fijo, algunas marcas lo contrataban para maquillar a modelos en desfiles o eventos de ese tipo.

Cierto día llegué al departamento después de un desfile. Estaba muerta. El trabajo era estar de aquí para allá arreglando el maquillaje y el peinado de las modelos, pero lo valía. Lauren estaba jugando con la comida para hacer de cenar, con música a un tono algo alto, ella sabía que tiene que ser considerada o nos correrían del edificio.

La saludé en lo que bajaba el volumen del estéreo.

—¿Por qué le bajas? No me digas que eres de esas personas que les molesta el ruido de la música.

—No es que me moleste, pero no quiero que nos corran del edificio por escandalosas.

—¿Cuál escándalo? Si escuchar música es lo mejor.

Negué con la cabeza sin darle mucha importancia.

—Sabes, tengo un amigo que se llama Axel Verona y tiene una banda de rock: Dark Demons, son geniales.

—¿En serio? —Alistamos la mesa para sentarnos a cenar.

—Sí, tenemos una amiga en común, hace fiestas muy seguido y ahí fue donde lo conocí, es un chico guapísimo. Cuando vuelva a hacer una fiesta, te invitaré.

—Gracias, pero no estoy acostumbrada a ir a fiestas.

—Ay, no te preocupes, son de lo mejor, música a todo volumen, chicos guapos, alcohol, diversión, es el paraíso.

—Si tú lo dices —me encogí de hombros y empezamos a comer.

A la siguiente semana, mientras maquillaba a una chica para un comercial, me di cuenta de que una de las licenciadas de la empresa estaba observando mi trabajo, pero no le tomé mucha importancia.

—Margot, ¿terminaste? Las demás chicas ya están por ir a su posición.

—Sólo un toque más —dije terminando de aplicarle el labial.

Sonreí satisfecha por mi trabajo.

Alan se fue con todas las chicas al set de grabación. Él era el que estaría en la grabación con las modelos para cada retoque que necesitaran mientras yo me quedaba recogiendo nuestras cosas.

—Hola, soy Ann Foster, la publirrelacionista de RecordVideo. —La mujer se acercó a mí y extendió su mano—. Mucho gusto.

Yo la tomé sin comprender por qué se había acercado, ningún licenciado se acercaba a mí.

—Igualmente, me llamo Margot Blake.

—Lo sé, usted fue la imagen de Glamour Magazine.

—Oh, sí, pero eso ya fue hace tiempo. —Acomodé un mechón de mi cabello tras mi oreja.

—Escuche, se está trabajando en una serie de comerciales para una marca de ropa muy famosa. Sé que no ha modelado en mucho tiempo, pero ¿le interesaría trabajar para RecordVideo?

—Lo siento, yo ya no me dedico al modelaje, ahora sólo soy maquillista.

—Por favor, una modelo de su categoría aún tiene mucho que dar, esta es una buena oportunidad para que regrese triunfante.

—No, lo siento, pero de verdad tomé la decisión de alejarme de eso.

—Por qué no lo piensa unos días, la oferta sigue en pie. —Me dio una tarjeta suya de presentación.

Le sonreí tomándola y seguí guardando las cosas.

Llegué al departamento por la noche. Lauren había hecho una mini fiesta con algunas de sus amigas, pero ni de broma le iba a ayudar a limpiar, estaba demasiado cansada. Caminé al refrigerador para tomar algo de jugo.

—Maggie, adivina qué. —Se posó a un lado del refrigerador.

—¿Qué pasó?

—¿Te acuerdas de la amiga que te mencioné que hace grandes fiestas?

—Sí, ¿qué hay con ella?

—Va a hacer una y obviamente estoy invitada.

—Pues que te diviertas. —Caminé bebiendo de mi vaso hasta la sala.

—Lo digo porque tú también estás invitada, bueno, no creo que haya problema si yo te invito, pero el caso es que Axel Verona estará ahí, es una gran oportunidad para que lo conozcas.

—Lauren, no me interesa conocerlo.

—Por favor, cualquier chica se muere por conocerlo, tienes que ir.

—Ya te había dicho que no acostumbro a ir a fiestas.

—No seas amargada, compórtate como cualquier chica de nuestra edad. —Me quitó el vaso de las manos.

—¿Sí te digo que sí iré a la fiesta me regresas mi jugo?

—Sí —respondió emocionada.




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