No podía negar que fue muy divertido estar con ellos, eran unos idiotas, pero muy graciosos.
A la mañana siguiente, pasadas las doce del mediodía, me levanté de la cama camino a la cocina por un vaso de agua, cuando Lauren llegó al departamento.
—¡Maggie! —saludó alegre.
—¿Es en serio que apenas estás llegando? —la reprendí.
—¿Qué te digo? ¡La fiesta es eterna! —Alzó los brazos, feliz.
Rodé los ojos antes de acercarme a ella.
—Ven, te ayudó a llegar a tu habitación.
Por poco cae al suelo, y me hubiera llevado con ella, pero logró sostenerse en la pared. Pasé uno de sus brazos por mis hombros y empezamos a caminar con dificultad.
Pasadas algunas horas, Lauren salió de su habitación con una mano en la cabeza y refunfuñando, me pareció oír que dijo algo así como que nunca volvería a tomar, pero vamos, todos sabemos que eso no pasaría.
—Hey, la bella durmiente al fin despertó —me burlé y ella hizo una mueca enojada.
—Sólo dame algo de café. —Se sentó en la mesa.
—El ‘por favor’ hubiera estado muy bien —respondí con sarcasmo sirviéndole una taza.
—No hables, que me duele la cabeza. —Volteé a verla y estaba con ambas manos sujetándose la cabeza.
—Eso te pasa por borracha —susurré dándole la taza llena de café humeante.
No respondió nada y bebió. Me senté con ella en la mesa y retomé mi lectura en silencio.
—¿Tú a qué horas llegaste? —preguntó después de un rato.
—Temprano.
—No me digas que apenas te dejé sola, te regresaste.
—No, estuve un rato sola y luego conocí a los chicos de Dark Demons.
—¿De verdad? —Alzó una ceja.
—Sí, estuve un rato con ellos y luego Axel Verona me trajo.
—¿Axel Verona? ¿Estás hablando en serio? —Asentí con la cabeza—. ¡Axel Verona sabe dónde vivo! —Apretó los ojos al sentir de nuevo una punzada en la cabeza.
—Te emocionas demasiado.
—Es que no lo entiendes, Axel Verona es guapísimo y canta de maravilla y ahora sabe dónde vivo, eso es…espera. —Cambió su actitud completamente—. ¿Por qué Axel te trajo?
—Pues nos conocimos en la fiesta, estuve platicando con él y cuando me quería ir se ofreció a traerme.
—Axel no hace nada sin esperar algo a cambio, sabes a lo que me refiero.
—Sí, y me parece de mal gusto que pienses así de la gente.
—¿Qué pasó ayer con Axel Verona? —exigió saber.
—Nada fuera de lo común, eres una paranoica y exagerada.
Me miró entrecerrando los ojos.
—Me parece muy extraño, algo debió de pasar entre ustedes, estoy segura.
—El hecho de que tú quieras tener algo más con él no quiere decir que yo voy a tratar de ganártelo.
—Ambas sabemos que, en todo caso, yo tengo mejor oportunidad que tú.
—Pues te lo dejo, a mí no me importa tener nada con él. —Me levanté llevándome mi libro a mi recámara.
Saqué de mi bolso la tarjeta que aquella licenciada me había dado. No quería trabajar como modelo, era desagradable la cantidad de malos recuerdos que el modelaje me traía, pero RecordVideo era una gran casa productora, aunque era raro que no tuviera maquillistas porque nos contrataron a nosotros. Eso me llevó a pensar que tal vez podía ofrecer mis servicios como maquillista, sería también una buena oportunidad.
Alan era maquillista de todas las pasarelas que hacía Morgana, una línea de ropa de mucho prestigio. Hacían un evento cada año para presentar su nueva colección. Ser modelo de Morgana era un privilegio, yo nunca llegué a tanto, pero confieso que sí me hubiera gustado modelar en esas pasarelas, lucir un traje diseñado por los genios de la moda, ser famosa alrededor del mundo, sin embargo, eso no se queda simplemente ahí, detrás de la fama hay mucho dolor y de eso ya viví suficiente.
El viernes por la mañana preparaba algo de desayunar con la radio a volumen bajo. Lauren se despertó y sin decir nada, apagó la radio para encender el televisor.
—Dark Demons dará un concierto hoy en un bar cerca de aquí.
—Sí, ya lo sé.
—¿Cómo sabes?
—Axel me llamó para invitarme.
—¿Axel Verona te invitó a su concierto? —preguntó sin poder creerlo—. ¿Cuándo?
—Anoche —respondí sin mucho interés.
—Margot, ¿qué pasa contigo? Una estrella de rock te invitó a su concierto, ¿y no te interesa?
—Te dije que no quiero relacionarme con él, además, yo no diría que Axel es una estrella de rock, cantan en puros bares y lugares así.
—Es porque no tiene mucho que empezaron, pero se están haciendo muy famosos en la ciudad y aunque tú no quieras ir, yo sí. Vas a ir porque puedes llevarme y yo muero por ir al concierto.