Todo por no perderme

Capítulo 9

Christian empezó a diseñar la campaña y me explicó cómo quería que fueran los looks de las modelos, así que hice algunas pruebas para ver cuál prefería. Una vez decidido todo el vestuario se mandaron a pedir y se preparó la escenografía. La modelo principal era Lauren, aunque para algunos promocionales aparecerían otros rostros.

A la hora de la comida, bajé a la cafetería de la misma empresa, era un lugar grande, con varias mesas en el centro. Pedí mi comida y me fui a sentar. Al poco rato llegaron varias mujeres y al verme sola decidieron hacerme compañía.

—Tú eres la nueva maquillista, ¿cierto? —preguntó la más joven.

—Sí, me llamo Margot Blake.

—Sabemos quién eres —respondió la morena—, eres muy conocida en esta empresa.

—Ah ¿sí? ¿Por qué?

—Sabemos que los ejecutivos de Dioni te querían como imagen de la campaña.

—¿Por qué no aceptaste? —inquirió la misma chica joven.

—Chicas, antes de seguir sacando más chisme, hay que presentarnos, ¿dónde quedaron sus modales? Me llamo Susan. —Se presentó la rubia.

—Yo soy Abigail —habló la morena—, ella es Rachel, Bernadette y Elisa.

Las presentó de derecha a izquierda a la más joven, una señora de rizos azabaches y a una pelirroja.

—¿Ahora sí puedes responder? —insistió Rachel.

—Estoy interesada en el maquillaje, por ahora.

—Y, ¿sabes por qué no había aquí un maquillista? —Elisa alzó ambas cejas.

Negué con la cabeza, aunque Bernadette la reprendió, aun así, me respondió.

—La maquillista que trabajaba aquí se llama Gabriela, pero la despidieron por meterse con uno de los ejecutivos de RecordVideo.

—Aunque nunca supimos con quién fue —completó Rachel.

No sabía qué responder a eso, así que solo asentí con la cabeza y comí de mi platillo.

—Pero nos alegra que tú estés ahora, se ve que eres agradable.

Les agradecí a las chicas y regresé a mi trabajo.

Pasaron algunos días, las cosas con Dioni se movieron rápido y dentro de una semana tendríamos todo listo para presentar las ideas a los ejecutivos de la marca para que dieran su aprobación.

Era domingo por la mañana, desperté algo tarde y con más flojera que otra cosa. Después de hacer mi rutina mañanera, el teléfono sonó.

—Hola, Margot, soy Axel, quiero invitarte a un concierto de la banda esta noche y terminando tú y yo podemos ir a otro lugar.

—Me parece bien —reprimí una sonrisa.

—De acuerdo, entonces te veo en la noche.

Axel llegó por mí en la tarde y me llevó hasta donde era el concierto. Ahí volví a ver a los chicos. Me pareció raro no ver a Pete, pero no quise preguntar por él.

La gente se volvía loca con su música, ganaron mucha popularidad en poco tiempo, no me hubiera sorprendido que al poco tiempo una disquera los contratara y se hicieran famosos internacionalmente. Sabía que ese era el sueño de Axel.

Cuando acabaron, nos despedimos de los chicos y Axel me llevó otra vez a cenar a un lugar diferente, igual de agradable, pero donde se podía bailar.

Al día siguiente, cuando llegué del trabajo, Alan me llamó por teléfono.

Parece que te olvidas de uno —fingió estar dolido.

Jamás me olvidaría de ti, es solo que, entre el trabajo y Axel, el tiempo…

—¿Axel? —preguntó interrumpiéndome.

Oh, am, sí, lo que pasa es que hace ya unas semanas Axel me pidió que fuera su novia y yo acepté.

—¿Y no me habías dicho nada?

—Perdón, es que no había tenido tiempo para platicar contigo.

—En ese caso, nos hace falta salir para ponernos al corriente de todo, ¿te parece?

—Sí, por supuesto.

—¿Cuándo tienes tiempo?

—¿Puede ser ahorita?

—Antes, mejor. En una hora llegaré por ti.

—De acuerdo, adiós. —Terminé la llamada.

—Hola, Maggie. —Lauren salió de su habitación en un vestido ajustado a su cuerpo, con un maquillaje algo exagerado y con su bolso en mano—. Adiós, Maggie. —Sacudió su mano y salió del departamento.

Después de ordenar un poco el lugar y de darme una ducha, Alan llegó, y como le avisé que Lauren había salido a una fiesta, decidimos quedarnos y preparar algo de cenar.

—Creí que no te interesaba tener una relación con nadie, y menos con Axel.

—Es que Axel de verdad está interesado en mí, de verdad le gusto, aunque Lauren dijo que eso sería imposible.

—¿Y tú de verdad lo quieres?

—Sí, Axel es la única persona que me ha demostrado que me quiere. —Alzó ambas cejas, ofendido—. Que me quiere para una relación amorosa —aclaré.




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