El video musical era la recreación de un concierto, pero una de las chicas del público sería la afortunada que subiera al escenario y bailaría un poco con el vocalista. Así que solo buscaban una cara bonita, nada fuera de lo normal. Después de alrededor de 10 chicas por fin fue mi turno.
Entró a un mediano cuarto donde en frente estaba una mesa con varios hombres sentados detrás de ella, sobre la mesa había un montón de papeles esparcidos.
—Buenas tardes, ¿Margot Blake? —preguntó uno de los hombres a lo que asentí rápidamente.
—Bien, perfil derecho —me indicó el otro hombre a su izquierda y lo hice—. Perfil izquierdo. —Giré 180°—. De frente. —Justo en el momento en que me giré a mi postura inicial, entró un chico a la habitación.
Cruzamos miradas por lacónicos segundos en lo que se posaba detrás de los hombres en la mesa y yo volví a darles la cara.
—Aquí dice que tienes experiencia en el modelaje. —La voz de uno de ellos me hizo regresar.
—Sí, de niña participé en concursos de belleza e hice algunos comerciales, mi trabajo más actual fue para la marca Dioni.
—Me parece bien —respondió el más viejo mirando los papeles sobre la mesa.
—¿Tienes novio? —El chico de cabello largo, que no me había despegado la vista desde que entró, me peguntó aquello. Uno de los sentados lo reprendió llamándole por su nombre: Jon—. Sólo quiero saber si tiene novio, ¿qué tiene eso de malo? —respondió sin vergüenza.
—No, no tengo novio —repliqué apenada. Él sonrió satisfecho.
—Interesante —murmuró.
Después de unos minutos más salí de la habitación. Hacía mucho calor ahí adentro, sentía mi cara arder.
Llegué a la casa de Alan aún con el recuerdo de Jon. No me quise quedar con las ganas y salí a comprar algún periódico o revista donde hablaran de esa banda.
The Glory era una banda de rock formada en Detroit, Míchigan en 1994, por su líder y vocalista Jon Collins. Era él, el chico que entró a la habitación, Jon Collins.
*
—Buenos días, Margot —me saludó Mila.
—Hola, ¿tienes los contratos de las bailarinas para el nuevo comercial? —Dejé mi bolsa en el perchero junto al escritorio y me senté en mi silla.
—Sí, aquí están —me dio un legajo amarillo—. Y ¿qué paso ayer en la audición?
—Supongo que entre hoy y mañana me llamarán en caso de que me hayan elegido.
—Yo digo que sí te elegirán, es decir, tienes ya una carrera como modelo, lo han de tomar en cuenta.
—Supongo que sí, aunque igual no tengo muchas ilusiones, lo que más me importa ahora es el terminar esta campaña. —Abrí el folder y empecé a leer los contratos.
*
Al despertar, Alan me preparó un delicioso desayuno, debido a que era mi cumpleaños. Era increíble cómo había cambiado mi vida en todos esos meses.
—Feliz cumpleaños, niña. —Alan me felicitó dándome un abrazo.
—Gracias, no tenías por qué molestarte.
—Oh, vamos, sabes que esto no es molestia. —Ambos nos sentamos a desayunar—. ¿Qué quieres hacer hoy para celebrar?
—La verdad no había pensado en nada, sabes que no estoy acostumbrada a celebrar mi cumpleaños.
—El año pasado lo pasamos bien, aunque… recuerdo o triste que te pusiste en la noche.
—Cada año recuerdo mis cumpleaños pasados, cuando mi padre me daba un regalo a escondidas de mi madre, sabía que me encantaba el olor a flores frescas y nunca faltó en un cumpleaños. Lo único que extraño de mi casa es a mi padre.
—Sé que no puedo reemplazar a tu padre, pero prepárate que hoy en la tarde haré de este tu mejor cumpleaños.
—Alan, no es necesario.
—No digas nada, pasaré por ti al trabajo, ¿de acuerdo?
—Está bien, te quiero.
Alan me llevó en RecordVideo, y empecé a organizar las cosas que tenía que hacer para empezar los ensayos del nuevo comercial.
—Feliz cumpleaños, mi aprendiz —me rodeó entre sus brazos.
—Muchas gracias, Christian.
—¿Vas a hacer algo para festejar?
—De hecho, no, pero Alan tiene pensado algo, no sé qué sea.
—Bueno, espero que se diviertan.
Agradecí y en ese mismo momento entró Mila a la oficina.
—Margot, antes que nada, feliz cumpleaños —me sonrió y le di las gracias—. Tengo para ti un regalo de cumpleaños.
—¿Qué es?
—Llamaron, fuiste elegida para el nuevo videoclip de The Glory —anunció totalmente emocionada.
—¡Esa es una gran noticia! —afirmó Chris.
—Sí, sí que lo es —respondí con una gran sonrisa.
Al salir del trabajo, Alan me esperó recargado en el cofre de su auto, tenía las manos detrás de su espalda, como si escondiera algo.