Todo por no perderme

Capítulo 19

En el primer día de las grabaciones del videoclip “Live at party” la energía se sentía impresionante. Muchos de los extras eran realmente fans de la banda y el concierto se sintió real. Yo fui la elegida para subir al escenario. No solía bailar muy seguido, pero el concierto me emocionó demasiado que cuando me tocó subir la pasé muy bien.

—Oye, bonita, ¿tienes cómo regresar?

Di la media vuelta y Jon Collins estaba recargado en la puerta del camerino.

—No me digas bonita y sí, tengo cómo regresar —terminé de guardar mis cosas.

—De acuerdo, de acuerdo, no te diré bonita, ¿qué tal preciosa? Le hace más honor a una mujer como tú. —Poco a poco caminó adentrándose en la habitación.

—Ni lo pienses —levanté mi mano y lo apunté con el dedo índice.

—¿Qué pasa? Arriba del escenario te veías más alegre.

Su tono de voz tan altanero me pareció muy molesto.

—Es actuación, es un video musical, ¿qué acaso no recuerdas? —respondí con sarcasmo.

—Creo que no tienes un muy buen humor —frunció el ceño.

—Tener a tipos como tú cerca no me da un buen humor.

Se hizo el ofendido un momento, pero después una sonrisa vanidosa decoró su rostro.

—Eres algo brusca, preciosa.

—Tengo que irme. —Tomé mi bolso y caminé a la puerta.

—Puedo llevarte. —Se ofreció dando media vuelta.

—No, gracias. —Volteé a verlo—. Puedo ir sola.

—¿Qué pasa? ¿De verdad vas a rechazar esta oportunidad?

—Me parece que sí, lo haré las veces que sean necesarias, además, alguien más me espera. —Sonreí en una fina línea y salí de ahí.

En toda la semana Jon no volvió a hablarme a menos que fuera para algo del videoclip. El día en que dieron por terminadas las grabaciones, la banda anunció que iría a celebrar a lo grande. Obviamente yo decliné la invitación.

—Por favor, Margot, la pasaremos bien —insistió Jon recargado en el umbral de la puerta.

—No, solo quiero irme a mi casa. —Sacudí mi mano frente a él para indicarle que se hiciera a un lado.

—Bueno, permíteme llevarte a tu casa.

—No es necesario, gracias. —Intenté pasar aun así entre el espacio que había entre él y la puerta, pero me detuvo y me puso de nuevo en mi lugar.

—¿Por qué pones tantas barreras? No va a pasar nada, solo vamos a divertirnos.

—Las grabaciones terminaron, eso quiere decir que ya no nos volveremos a ver, así que fue un gusto conocerte, Jon —le extendí mi mano—. Espero que sigas teniendo mucho éxito. —Estrechamos las manos, pero no me soltó al cabo de unos segundos.

—No tiene por qué ser así.

—Así va a ser. —Aparté su mano e hice un ademán para que se hiciera un lado.

Mientras esperaba a Alan afuera del estudio, se detuvo frente a mí un auto, pero no era mi amigo, era Jon. Bajó la ventanilla y me agaché un poco para verlo.

—Aún estamos a tiempo de llegar a la fiesta.

—Creo que no me expliqué bien, dije que no quiero ir a esa fiesta y que tú y yo no nos vamos a volver a ver.

—¿Por qué? Dime una buena razón y te dejaré en paz.

—Porque no estoy interesada, ¿suficiente?

—Mm, no, no es suficiente para mí —sonrió cínicamente.

—Muy tarde, ya tengo que irme.

El auto de Alan se estacionó detrás y agité la mano en forma de despedida antes de caminar hasta el coche.

—¿Con quién estabas hablando? —preguntó Alan apenas y nos pusimos en marcha.

—Era Jon Collins, es que van a hacer una fiesta por haber concluido las grabaciones del videoclip y quería que fuera, pero ya le había dicho que no.

—Y ¿estás segura que no quieres ir? —me miró de reojo.

—Sí, estoy segura —Me le quedé viendo y lo noté algo extraño— ¿Tú quieres ir?

—No, o sea, si tú no quieres, está bien, no hay problema.

—Es en “Club in the Star”, según Jon, aún estamos a tiempo.

—No, no voy a obligarte a ir si no quieres.

—No quería estar allá sola, pero ya que estarás tú no veo por qué no.

—En ese caso, me parece perfecto.

Al llegar al lugar quedé sorprendida porque no era a como lo imaginé. Creí que era como los bares en los que Dark Demons acostumbraba a tocar, pero ese lugar estaba genial, lleno de ambiente y colores brillantes. La música retumbaba en todo el club, en la pista había muchas personas bailando y las mesas estaban llenas. Logré reconocer a unas cuantas chicas que estaban en las grabaciones, aunque fue difícil dado que había poca luz, solo las que emitían los adornos de luces.

Alan y yo nos sentamos en la barra y estuvimos ahí un rato, hasta que vio a una linda chica y fue a divertirse, obviamente no lo traje para obligarlo a estar sentado junto a mí toda la noche. El caso es que me quedé sola un buen rato hasta que la persona que menos hubiera querido tomó asiento junto a mí.




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