Todo por no perderme

Capítulo 34

Llegué a la empresa y me avisaron que el nuevo asistente, o más bien candidato a mi asistente, me esperaba en la oficina.

—Buenas tardes, lamento haberlo hecho esperar —me disculpé mientras dejaba mi bolsa en el perchero detrás de mi escritorio.

—Buenas tardes, no se preocupe, no llevo mucho tiempo.

Le sonreía y tomé asiento frente a él.

—Mucho gusto, soy Margot Blake —le extendí mi mano y él la tomó.

—Me llamo Maxwell Raymond.

—Bien, escuche, yo prefiero tener un trato más cercano con la gente que trabaja conmigo, si bien, es importante saber qué tan preparado está profesionalmente, también me interesa saber más de usted, si tiene familia, sus valores, el grado de compromiso que tiene, ya sabe, usted estaría a cargo no sólo de mi trabajo, implicaría también a mi familia, y comprenderá que necesito a alguien de mucha confianza.

—Sí, yo entiendo todo eso, y créame que está bien para mí.

—Perfecto, entonces platícame de ti, ¿tienes familia? —me recargué en mi escritorio para ponerle atención.

—Bueno, actualmente vivo sólo en un departamento cerca de aquí, mis padres viven cerca y los visito muy a menudo, am… no tengo novia, hace poco terminé la universidad y por el momento sólo busco un trabajo.

—¿Este es tu primer trabajo?

—No, antes trabajaba en una tienda departamental de una plaza comercial, pero la cerraron hace poco, vi el anuncio en el periódico de una agencia de trabajos en el que me tuvieron en espera hasta hoy en la mañana para trabajar aquí.

—Dime, para ti, ¿qué tan importante es la familia?

—Bueno, creo que algo fundamental en la vida de alguien, es como la razón de levantarse todos los días e ir a trabajar, son las personas que deberían de estar incondicionalmente para ti, las personas que más amas.

—Me gusta tu respuesta. —Sonreí—. Ahora dime, ¿tienes alguna experiencia para este trabajo?

—No mucha, a decir verdad, mi primer trabajo fue de cajero en una tienda de autoservicio y en la tienda departamental era el encargado del departamento de recibo, donde tenía que hacer encargos y recibirlos y posteriormente mandarlos al área que corresponde, ese tipo de cosas.

—El trabajo aquí no es tan fácil como parece, como te mencioné, no sólo estarás a cargo de lo que tenga que ver con lo laboral, necesito también que me ayudes, cuando yo lo requiera, con mi familia, ¿crees poder con esto?

—Sí, yo aprendo rápido y cualquier cosa que necesite, no dude en que podré con ello.

—Además, toma en cuenta que trabajar aquí es cosa seria, es un compromiso, una vez que entras formas parte de algo importante. No es por asustarte, pero debo de advertirte que es algo pesado, pero muy benefactor este trabajo. Una cosa más, ¿podrías decirme qué esperas de este trabajo?

—Entiendo lo difícil que pueda llegar a ser, pero me gusta la disciplina y la responsabilidad. Espero conocer más del mundo de las comunicaciones y ayudar en lo que sea posible.

—Bien, entonces déjame ver tu currículum. —Me dio el folder que traía consigo y lo leí rápidamente—. Ve al departamento de recursos humanos para que te hagan tu contrato.

—Muchas gracias, señora Blake —me regaló una gran sonrisa.

—De nada, y bienvenido a RecordVideo—. Estrechamos las manos.

Llegué a casa por la noche y Jon estaba con los niños en la sala de juegos.

Saludé a cada uno con un beso y al llegar a Jon le dije al oído que teníamos que hablar.

—¿Qué pasa? —preguntó detrás de mí al llegar a la biblioteca.

—Eso te pregunto a ti, ¿qué pasa? ¿Por qué reaccionaste de esa manera?

Tomamos asientos en los sillones que estaban en la habitación y Jon se tomó unos segundos antes de responder.

—Entiendo que tu trabajo sea importante para ti, pero no me agrada la idea que los niños se queden solos tanto tiempo, los pocos proyectos que te encomendaban eran suficientes para que estuvieras aquí por las tardes, ahora llegarías casi antes de la cena, no quiero que los niños se empiecen a sentir solos.

—Escucha, los niños estarán bien. Sí, llegaré más tarde, ahora tengo más campañas en las que trabajar, pero eso no me impide seguir al tanto de ellos, tú sabes que son lo más preciado que tengo, jamás los haría a un lado, ¿oíste? Jamás.

—Sé que no me queda más que aceptar.

—Exacto, porque no voy a abandonar a ninguno de los dos. Pensé que me conocías mejor.

—No es nada en contra de ti, simplemente…

—Con tu apoyo, todo estará bien, siempre ha sido así.

—Tienes razón, lo lamento.

Después de unos días las cosas no se arreglaron como yo pensé. Los niños no resintieron el nuevo horario de mi trabajo, pero mi matrimonio sí.

El trabajo me dejaba exhausta. El contacto con Jon disminuyó considerablemente, además, él también se encargó de alejarme. Trabaja en un nuevo proyecto y se dedicó completamente a él. Ya no era lo mismo que antes. Nuestra relación ya no era la misma que antes. Pero me gustaba pensar que todo iba a regresar a la normalidad.




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