Capítulo 8

Las cámaras del bunker mostraban dos individuos merodeando el lugar sospechosamente, desde la mansión se les informó que eran civiles pero tenían que desconfiar, ya que a unos cuantos metros se encontraba un auto con más civiles. Decidieron actuar para prevenir que ingresen, pero los individuos se retiraron como si nada había pasado uno de ellos volteo y se fijó en la puerta principal y con curiosidad comenzó acercarse, en ese momento la mansión soltó bombas en un terreno a unos cuantos metros de su ubicación.

Ambos jóvenes saltaron del susto y se retiraron corriendo del lugar, las cámaras observaron que se subieron en el auto estacionado y se retiraron del lugar.

Una reacción no perteneciente a un integrante de un bando.

Al instante un equipo secreto salió de la mansión para seguirlos y llegar a su origen, ya que la puerta no contenía nada más que una puerta desgastada y vieja. A pesar que sus reacciones no son aptas de un bando, pudieron ser contratados para merodear por el lugar. Debían encontrar a los individuos y silenciarlos.

Volvieron a recibir órdenes por parte del jefe y se mantuvieron en silencio y tranquilidad por unas horas, hasta que Isabella decidió hablar con Melanie sobre su estado. Su prima se encontraba hablando con el jefe, mientras ella observaba las cámaras desde el cuarto observando el blanco de la habitación.

Melanie regresó al cuarto de cámaras y decidió conversar con Isabella sobre lo que le había dicho hace unas horas. Se sentó a su lado y cuando estaba por hablarle se percató que su prima la observaba fijamente.

-Hace cuanto lo sabes. – Le preguntaba.

-No más de una semana, fui al médico porque me sentía muy mal y me dijo que probablemente puedo estar embarazada. – Isabella le respondió buscando algo en su mochila.

-La palabra probablemente no existe en nuestro mundo. Lo estas o no lo estas. – Hablaba Melanie viendo a su prima sacar el sobre de su mochila.

-Por lo mismo me hicieron una prueba de embarazo. – Le entregaba el sobre a su prima. – Me llegó hace unos días y no he sido valiente para abrirla. Tengo 20 años, una familia muy jodida y un psicópata buscando matarme desde niña. Si es positivo, ¿que futuro le puedo dar con una maldición como la mía?. Tengo miedo, mucho miedo. - Isabella no aguanto la desesperación y comenzó a llorar. Melanie abrazaba a su prima, al mismo tiempo que pensaba que todo lo que había dicho era verdad.

-Entonces vamos abrir el sobre juntas. – Le comentaba empezando abrir el sobre, cuando leyó el resultado su expresión demostraba la respuesta.

-Positivo o Negativo. – Le preguntaba Isabella.

-Es positivo Isabella, estás embarazada. – Melanie le dijo el resultado e Isabella entró en pánico.

Comenzó a ponerse pálida y le faltaba la respiración, Melanie intentaba calmarla pero era muy necia que no aceptaba su ayuda.

-Que voy hacer con un bebe. – Hablaba sujetándose de la pared. – Mi padre va a matarme, mi padre va a matarme, mi padre va a matarme. – Repetía a cada rato intentado salir de la habitación, pero Melanie la detuvo.

-Tienes que calmarte, no puedes salir así del cuarto, te van a ver y sospecharan. Y las cosas no terminarán bien. – Melanie abrazaba a su prima mientras ella lloraba por el resultado.

-Las cosas no terminarán bien de cualquier modo. Jodi todo Melanie. – Isabella hablaba y su prima escuchaba con atención.

Para otras personas un bebé sería una bendición, para la familia de Isabella un bebe es un obstáculo para sus planes.

Nadie podía tocar a la princesita de la mansión, la chica modelo. Un bebe en su vida era una mancha en su historial.

También sería una debilidad para los bandos detrás de ella. Su padre no lo permitiría, no pondría a nadie por delante de su hija, y no dejaría que ella protegiera a nadie.

-Es de él. – Le preguntaba al ver que Isabella se calmaba.

-Si. – Respondió Isabella.

-Porque no te cuidaste. – Le preguntaba Melanie.

-Lo hice Melanie, no sé qué pasó con la maldita pastilla. – Isabella respondía recordando que si se cuidó esa noche y que tomó la pastilla al día siguiente.

-La pastilla no es confiable Isabella, son datos básicos que el doctor de la mansión nos comunica. – Melanie pensaba como sería la situación de ahora en adelante. – Estaremos en el refugio durante un mes, un médico tiene que revisarte. – Isabella estaba nerviosa por la situación, y si un médico la revisaba su padre se enteraría de inmediato.

-Ningún médico que conozcamos tiene confidencialidad con el paciente. – En ese momento las jóvenes recordaron al médico del hospital.

-El médico que te atendió debe saber de tu estado. – Preguntaba Melanie.

-No lo creo, él no hablará. -Respondía Isabella recordando ese día.

Melanie solo la observaba con curiosidad y pensaba lo peor.

En la mansión te enseñaban a resolver tus problemas a corta edad, buscar la información a costa de todo y enfrentar a cualquier persona, no importa si esta muere.

La primera persona que silenció Melanie fue a los doce años, un monstruo que no merecía llamarse persona, desde ese momento ella no volvió a ser la misma y se convirtió en la persona más valiente de la mansión a su corta edad.