Capítulo 16

Unos meses después.

Isabella se encontraba en el balcón de su habitación escribiendo y acariciando su pancita, no podía imaginar que ya tenía ocho meses de embarazo. Muchas cosas habían pasado desde que se enteró de la verdad, pero su bebé ha sido demasiado fuerte para sobrellevar toda la situación. Cuidaría al pequeño con todas sus fuerzas y lo protegería ante cualquier situación.

A pesar del peligro, le gustaba esta faceta, sentía felicidad al saber que un ser estaba creciendo dentro de ella, una pequeña parte de ella. Cuando les informaron el sexo del bebé, lloró de felicidad al enterarse que era un niño, también se enteró que el sexo del pequeño que perdio podría ser un niño o niña, y que su embarazo había sido mellizos.

 Su pequeño tenía un hermanito o hermanita que lo protegía desde el cielo.

Aún recordaba la reacción de Antonio al saber que es un niño, se quedó viendo la pantalla y comenzó a llorar, se le hizo muy tierno de su parte, ya que Lucas le había comentado que Antonio no lloraba, y verlo de esa forma algo dentro de ella se rompió. 

Sabía que no lo amaba, pero sentía cariño por Antonio. 

Acostumbrarse a estar a su lado era una rutina diaria de ella, así como sentarse en la playa y comer frutas junto Antonio, Luna y Lucas.

Estos meses el joven la mantuvo informada sobre las acciones de sus familias. Por parte de los Slovocia seguían buscando por mar y tierra a Isabella, su hermano el pequeño Gabriel estaba mejor de salud y su madre había salido del coma. Por parte de su hermano mayor, no tuvo la misma suerte que su madre, él seguía en coma y los médicos no le daban muchas esperanzas. 

Melanie, Sofía y Sebastián habían sido rescatados por el equipo de seguridad de Antonio, el cual se había infiltrado dentro de la mansión, en el rescate no hubo víctimas mortales, pero sí un Alfonso Castro muy furioso que a cada nada soltaba como iba a matar a los traidores.

Aquellos amigos fueron separados y enviados a diferentes países para pasar desapercibidos.

Por parte de los Kosov, seguían buscando a su primogénito, ya que con ayuda “celestial” Martín había escapado la madrugada del viernes y nadie vio nada. El cual hasta ahora no saben cómo lo hizo, pero Isabella sabe que fue obra de Antonio, aquel joven no iba a permitir que sus amigos paguen por sus errores. 

Como se suponía, la familia de Luna y de Lucas nunca estuvieron en peligro, más bien fue un señuelo fallido. Luna se ha comunicado con su nana y ella es la única que sabe que está bien, no sabe de su paradero, solo que se encuentra bien.

Isabella miraba el mar mientras recordaba lo último que le había comentado Antonio, Nora había escapado y al parecer estaba muerta, ya que no encontraban su paradero y tampoco su cuerpo.

Había algo dentro de ella que no creía esa teoría, ya que sabía que sin cuerpo ella podría estar viva.

Algo había estado rodando por su cabeza los últimos días, unos papeles que encontró por casualidad en la oficina de Antonio, en estos estaba una ubicación que Isabella conocía perfectamente, y de la cual nunca se olvidaría.

Lo que quería saber es porque Antonio tenía esa ubicación.

A lado de la ubicación estaba un nombre, pero antes de poder ver, la puerta se abrió y tuvo que dejar los papeles a media. No había tenido oportunidad de volver a entrar a la oficina, pero de algo estaba segura, la ubicación estaba relacionada no solo con ella, sino también con las largas conversaciones de Antonio, Lucas y Héctor.

El peligro nunca acabaría, pero tenía un presentimiento que algo más fuerte que sus familias estaba por llegar.

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Antonio estaba en su oficina pensando sobre el nuevo equipo de seguridad para Martín, su amigo se rehusaba a quedarse escondido en una casa, por lo que decidió salir a un bar y el equipo de seguridad lo regresó a casa, dejando como consecuencia dos hombres del equipo heridos.

Cuando se enteró, envió otro equipo y dio órdenes estrictas de no dejarlo salir de casa. La última vez que habló con Martín, él le había echado la culpa sobre la desaparición de Nora y todo lo que le había pasado, ya que creía que no estaba muerta como decían.

Eso también rondaba por su cabeza, el que Nora no estuviese muerta. Ya que si era verdad y estaba viva, no le iba a temblar la mano para quitarle la vida.

Muchas veces le quiso decir lo que Nora hizo y planeaba hacer, pero estaba cerrado a pensar cosas falsas sobre ella. Él también se negaba a pensar, pero las cámaras no engañan, y la información que tenía en su poder daba mucho de qué hablar.

Se fijó en la hora y ya era tiempo que vaya a ver a Bella, en estos meses se han estado llevando mejor, y eso era agradable. Sabía que no la amaba, pero los protegería con su vida.

Eso le hizo recordar que estaban en más peligro del cual están dispuestos a aceptar, algo grande venía detrás de ellos y no sabía si de esta podrían salir. 

El personal en la isla era reducido, solo ellos, su jefe de seguridad y cinco guardias. El resto del personal fue enviado a los alrededores y a cubrir a sus amigos.

Ya falta menos de un mes para que sea el parto, este día le diría a Bella que deben trasladarse a la ciudad para que se lleve a cabo el parto con más precaución. Lo pueden hacer en la isla, pero el doctor necesitaba unos instrumentos que solo el hospital tenía.