Caminar por la empresa de mi padre, que luego pasará a ser mía para terminar en manos de Mattia, me da una sensación de triunfo.
Me alegra no haber entrado a trabajar en esta compañía luego de graduarme. Me gustó tener la oportunidad de desarrollar mi carrera en otro continente, en otra empresa que no tiene nada que ver con mi familia, porque me ayudó a ampliar mi mente y adquirir un tipo de experiencia diferente.
Sé que algunos empleados me juzgarán por ser joven y la hija del dueño, aun así, estoy determinada a demostrar mi capacidad como publicista y diseñadora. He trabajado con varias marcas importantes en South África y Europa, así que me siento capacitada para mi puesto como vicepresidenta.
La idea de mi padre era que me ocupara de la administración y el manejo de la empresa en general, por eso hice cursos de administración y contabilidad, pero mi pasión es la publicidad, es la carrera que estudié y no estoy dispuesta a hacerla a un lado.
Él aceptó que forme parte del equipo para conocer al personal y adaptarme a la empresa, ya cuando él se retire, me encargaré de dirigir la compañía y elegir los proyectos o marcas que me interesen.
Mi padre aprieta mi brazo con suavidad y me brinda una sonrisa diciendo que lo haré bien. Tiene fe en mí y no quiero decepcionarlo. Para él es un alivio que yo me haya interesado en el negocio familiar, pues soy hija única y no tendría a quien heredarle la empresa. Sé que se hubiera decidido seguir otra carrera u otros intereses me habría apoyado, sin embargo, tuvo suerte que quisiera seguir sus pasos porque es lo que anhelo hacer desde siempre.
Él convocó una reunión general para presentarme oficialmente como la nueva integrante de la empresa ocupándome del puesto de vicepresidenta, pues no estoy lista para la presidencia. Muchos ya me conocen porque pasé muchas horas dando vueltas por este lugar en el pasado, y los que no me conocen, espero que me reciban bien y no haya problemas, aunque siempre los hay.
—Gracias a todos por reunirse aquí, ya saben el porqué de esta reunión. Planeo retirarme pronto y dejaré la empresa en manos de mi única hija. El plan inicial era que ella trabajara aquí apenas se graduara de la Universidad, sin embargo, ella decidió adquirir experiencia y formarse en el exterior, en otra empresa, buscando ampliar sus conocimientos y su mente para desempeñarse mejor en el papel que le estoy dejando—apoya una mano en mi hombro—. Me alegra anunciar que ella por fin aceptó regresar y ocuparse de todo, así que les presento oficialmente a mi hija Hallie Johnson. Espero que la reciban con respeto y amabilidad y sean tan buenos trabajadores como lo han sido conmigo. Sobra decir que todavía no me voy a ir, puede que pase hasta un año hasta que lo haga, pero hay que ir calentando motores.
Algunos me sonríen, otros me observan de forma evaluativa y alguno que otro me mira con indiferencia.
No me dejo intimidar a pesar de que suelo sufrir pánico escénico. He trabajado mucho para superarlo y me ha ido bien.
—Hola a todos. No pretendo entrar como la gran jefa tirana. Por ahora, mi padre seguirá al frente de la compañía y yo seré una más de ustedes para familiarizarme con la empresa, los empleados, los clientes y todo aquí. Quiero que sepan que pueden contar conmigo para lo que necesiten. Sé que muchos me considerarán joven, sin experiencia y les dará inseguridad tenerme como su jefa, pero quiero demostrarles de lo que soy capaz a pesar de mi edad. Espero podamos trabajar en equipo para todos ganar. Gracias.
Todos aplauden y algunos se acercan a darme la bienvenida, algunos se muestran sinceros con sus bienvenidas, otros no tanto y lo hacen por compromiso.
Finalmente, cada uno vuelve a su trabajo y sigo a mi padre que me mostrará mi oficina que está al lado de la de él.
Compartiremos asistente hasta que yo consiga la mía propia. Papá quiso que yo eligiera a mi asistente porque, después de todo, trabajará directamente para mí.
—Elegí esta oficina por la iluminación. Tu madre quería decorarla, pero la convencí de no hacerlo y que se conformara con tu departamento. Después de todo, pasarás muchas horas aquí y debes crear un ambiente en el que te sientas cómoda.
—Gracias, papá.
—Te dejo que te acomodes.
—¿A qué hora llega el arquitecto que será el nuevo cliente?
Mira el reloj pulsera.
—En unos veinte minutos. Es muy puntual. No preocupes, lo recibiré yo y te avisaré para que vayas a mi oficina a conocerlo y a partir de ahí trabajarás directamente con él.
—Si es que le gustan mis ideas y acepta.
—Le di tu curriculum y quedó bastante impresionado. Se mostró ansioso por trabajar contigo y conocer tus ideas. No lleva anillo de casado…
Suelto una carcajada.
—Papá…
—No te estoy presionando para que te cases, solo digo que no todos los hombres van a romperte el corazón y muchos aceptarían a tu hijo. Es imposible que alguien no adore a Mattia.
—No le huyo a los hombres y a las relaciones. Recuerda que tuve una relación de un año con Hakim.
—Sí y terminaste la relación porque él quería casarse y tener hijos.
Hago una mueca.
—No me oponía a eso, yo quería esperar un poco más antes de dar el paso. Él me puso un ultimátum y funciono bien bajo presión.