Todo por ti

Capítulo 9: Storm

Durante la cena con los Johnson pude deducir que Roger y Pamela son excelentes padres y abuelos. También concluí que Hallie es una madre estupenda y una buena hija. Mattia casi me ignoró por completo, ni siquiera cuando le ofrecí mi postre bajó la guardia y eso me hace reír porque recuerda a mí de pequeño, cuando era desconfiado con las personas que no conocía, pero es un buen niño y muy bien educado. A pesar de ser único nieto y único hijo, no es malcriado y eso es bueno. He conocido a otros niños que dan ganas de desaparecerlos de la tierra.

Aunque Hallie apenas me dirige la palabra, pude percibir que ya no me mira con odio y también pude ver un poco la Hallie del pasado mientras hablaba con sus padres de algún tema o le daba atención a su hijo.

Lo malo es que Mattia mencionó mucho a Hakim, el ex de Hallie. Lo adora porque lo llevó en su jeep a ver animales y le enseñó muchas cosas.

No tengo que sentir celos de un hombre que está en otro continente muy lejos de aquí y que ya no forma parte de la vida de Hallie, a pesar de que su hijo lo adore y hable bien de él. Por lo que sé, fue ella quien terminó la relación, no tengo idea el motivo y tampoco me interesa.

—Bueno, Mattia y yo debemos irnos antes que este pequeño se quede dormido.

Salgo de mis pensamientos ante la voz de Hallie.

Mierda. No quiero que se vaya. No he tenido una oportunidad para hablar con ella, sin embargo, no puedo pedirle que se quede y el pequeño rubio se está durmiendo sentado.

—Yo también debería irme. —me levanto de mi lugar.

—Puedes ayudar a Hallie llevando a Mattia al auto—dice Roger—. Me duele un poco la cadera.

Yo abro los ojos.

—Papá, no es necesario, yo puedo…

—Yo lo hago, no tengo problema. Si me pides levantar un bebé, diría que no porque tendría miedo dejarlo caer—río—. Un niño crecido no es problema. Si es que él me lo permite.

Cuando pienso que Hallie se va a negar, me sorprende dándome lugar para levantar al niño, quien ya está dormido y no dice nada cuando lo tomo en brazos y lo acomodo cuidando de no despertarlo.

Hallie se despide de sus brazos con besos y abrazos, quedando en verse pronto. Yo los saludo a distancia, dando las gracias por la estupenda cena y la compañía.

Quiero aprovechar este momento para hablar con Hallie, buscar la forma de acercarme a ella sin que me ladre y me quiera morder; no obstante, debo ir con cuidado. No puedo comenzar a hablar sobre nuestro pasado en común porque se altera y se niega a escucharme.

Al menos ahora sabe sobre mi matrimonio fallido y pude hablar del error que cometí dejándola ir. Si bien dudo que me crea, tengo esperanza.

Lo mejor que puedo hacer es dejar de intentar justificar mis errores del pasado por más motivos que tuviera y cambiar la estrategia para acercarme a ella.

Hallie abre la puerta de su auto y me indica como acomodar a Mattia. Lo hago cuidando de no despertarlo y le doy lugar a Hallie para que lo asegure en la silla porque no tengo ni idea como hacerlo.

Por suerte, el niño está dormido por completo y no hace ningún movimiento.

—Duerme como tronco. Me cuesta tanto despertarlo.

Sonrío.

—Yo era igual. Ahora me cuesta dormir.

Cierra la puerta y voltea a mirarme. Es tan hermosa que me parece irreal. Nada más debo dar pasos al frente, tomarla de la cintura e inclinarme un poco para capturar sus labios. Una pena que no tenga la libertad de hacerlo y corro el riesgo de terminar con su bonita mano marcada en mi mejilla o su rodilla en mis testículos. No es que me importe que me golpee, valdría la pena por probar sus labios de nuevo, pero me quedo quieto porque arruinaría las cosas, más de lo que ya están.

—Yo no, me despierto rápido.

—¿Sí? No lo recuerdo así…—ya lo arruiné—. Lo siento, no quiero…

—Mi sueño cambió después de que nació Mattia. Al principio me asustaba que algo le pasara y estaba encima de él, incluso cuando él dormía toda la noche y solo despertaba para alimentarlo.

—Eres una buena madre y tienes a quien salir. Tus padres son grandiosos en todos los sentidos. No debió ser fácil criar un hijo sola en otro país con costumbres diferentes.

Me gustaría que mis padres fueran así, agrego para mí. Mi padre me odia y cuando descubrí el motivo comprendí todo. Y yo queriendo seguir sus pasos y buscando agradarlo para nada.

—No fue fácil, pero tampoco malo. No me costó hacer amigos y fueron de mucha ayuda, sobre todo mi amigo Sila que adoraba a Mattia y se convirtió en su padrino.

Quisiera preguntarle por el padre de su hijo. Me gustaría saber si no quiso saber nada de él o nunca pudo dar con él, algo normal si fue sexo de una sola noche con alguien al azar; no obstante, no imagino a Hallie acostándose con alguien al azar por despecho.

—Has hecho un buen trabajo.

—Gracias—sonríe—. Bueno, ya me voy. Gracias.

—Hallie… —la detengo del brazo, ella baja la mirada y la suelto.

Quiero decirle que lo siento una vez más, pero dudo que me crea. No confía en mí y se pone a la defensiva cuando hablo de nuestro pasado en común.




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