Miro a mi hijo a través del espejo retrovisor que está con un libro en su regazo practicando su lectura. No puedo evitar sonreír.
—¿Cómo va la lectura?
Hace una mueca.
—Bien, no entiendo mucho. Voy a aprender.
—Lo harás—relamo los labios—. ¿Te puedo preguntar algo, Mat? —él asiente sin apartar la mirada del libro—. ¿Te gustaría tener un papá si supieras que él no es malo y no te abandonó?
Ahora alza la mirada.
—Creo que no.
—¿Por qué no?
—No sé. Sila dijo que un papá te enseña cosas que la mamá no puede, pero no es necesario mientras se tenga una gran mamá y tú lo eres.
Dibujo una sonrisa por lo inteligente que es mi hijo, si bien Sila tiene mucho que ver porque lo conoce desde bebé y siempre ha respondido a sus preguntas como si fuera un adulto. Yo no lo he aprobado siempre, sin embargo, entiendo que es necesario criar a los niños en un mundo realista y no de fantasía.
—Gracias por considerarme una buena mamá.
Él sonríe.
—De nada.
—Tú eres el mejor hijo.
Ríe.
—Lo sé.
Esconde el rostro entre sus manos fingiendo vergüenza.
Hablé con la abogada sobre la custodia de Mattia en caso de que decida decirle la verdad a Storm y él quiera formar parte de la vida de su hijo. Ella me dijo que no hay posibilidades de que él me quite a mi hijo, al menos que yo sea una mala madre o no esté en condiciones psicológicas o económicas para hacerme cargo. Mientras él esté bien y a salvo conmigo, no debo preocuparme. Sin embargo, puede solicitar custodia compartida luego de una prueba de ADN y no puedo negarme a eso. Podemos acordar entre nosotros las visitas o dejar que un juez lo determine. También recomendó que, en caso de que le diga la verdad a mi hijo, lo envíe con un psicólogo para ayudarlo a la transición, pues ya tiene cuatro años y entiende ciertas situaciones, aunque eso fue un consejo.
Sam me aconsejó dejar que Storm y Mattia se acerquen antes de decirle la verdad, solo para estar segura de hablar con la verdad.
A mi hijo no le cae bien Storm y sé que es por sus celos hacia mí, es así con todos los hombres de mi edad que conocemos. Le pasó con Hakim, tardó un mes en lograr que dejara de ignorarlo y otro mes más en aceptar que me abrazara y estuviera cerca de mí.
La diferencia rige en que Storm es su padre y que no estamos juntos.
En cuanto a Storm, parecía querer acercarse a él y lo observaba bastante, hasta me dio miedo que se diera cuenta de algún parecido. Creo que piensa que me enredé con alguien cuando terminó conmigo, por eso no le hace ruido la edad de Mattia.
La cuestión es como lograr que los dos se acerquen sin que Storm crea que pretendo acercarme a él. No quiero darle falsa esperanza porque no va a pasar nada.
Es importante hablar con él directamente, explicarle por qué no le dije nada y pedirle que se acerque a Mattia despacio, hasta que lo conozca. Aclarando que no significa que él y yo volvamos a estar juntos.
No importa que él me siga atrayendo, ya no lo amo y no confío en él. Además, sigue casado, pues el divorcio todavía no finalizó.
Dejo de pensar en ello cuando llego a casa de mis padres. Mi madre sale a recibirnos porque está enamorada de su nieto y le encanta pasar tiempo con él. Le está enseñando a leer y mi hijo es muy aplicado.
Estoy muy agradecida por tener padres maravillosos que aman a hijo incondicionalmente y me apoyan a pesar de mis errores.
—Abuela.
—Hola, muñeco.
—¿Po qué me dices muñeco? No soy un muñeco, soy un niño.
Mamá y yo reímos.
—Es un apodo cariñoso—besa sus mejillas—. Ve adentro. Hay galletas y podremos seguir con tu lectura.
Se despide de mí con un abrazo y corre al interior de la casa.
—Ya sé que no quiere que te lo diga, pero gracias por ocuparte de Mattia.
—No digas tonterías, Hallie. Dado que tu padre sigue trabajando y yo no tanto, me encanta pasar mi tiempo libre malcriando a mi único nieto. Tengo que recuperar el tiempo perdido.
—Lo sé, aun así, recuerda que puedes decir que no cuando lo necesites o quieras.
Me toma de los hombros y me brinda una sonrisa.
—No te preocupes, lo haré.
—Bien, me voy—beso su mejilla—. Te avisaré cuando esté regresando.
—¿Y qué hay con Storm Riggs?
—¿Qué hay con él? —indago subiendo al auto sin cerrar la puerta.
—La otra noche él no dejaba de mirarte y puso bastante atención en Mattia, aunque él lo ignorara. Vi que estuvieron hablando unos segundos antes de subirse a sus respectivos autos.
Genial, lo único que me faltaba era que mi madre intente emparejarme con Storm. Le agradó o no me estaría diciendo nada. Si tan solo supiera la verdad.
Si le cuento a Storm sobre su hijo, tendré que hablar con mis padres y decirles la verdad, esperando que entiendan el porqué oculté la verdad y me sigan apoyando.