Leo el mensaje de Sam y me río.
Samantha: deja el papel de madre un rato y ven al bar a tomar algo. Te presentaré a algunos compañeros.
No solo mis padres me están buscando novio y padre para mi hijo, mi mejor amiga también.
¿Acaso es el fin del mundo estar soltera criando sola un hijo?
Si bien, me vendría salir un rato y tomarme una cerveza. Mi madre me escribió hace un rato para decirme que me quede a cenar en su casa porque la cocinera está haciendo spaguetti caseros y es la comida favorita de mi hijo.
Miro la hora y exhalo un suspiro.
Me vendría bien salir porque mi mente es un caos buscando como hablar con Storm, como decirle que tiene un hijo sin morir en el intento.
La noche anterior él tuvo una cercanía con mi hijo, quien no admitió que le agrada, pero lo hace porque lo conozco.
Me tomaré un trago con Sam y hablaré con Storm la semana próxima luego de nuestra reunión laboral. Iré a su empresa para hacer fotos y videos para la campaña, luego le pediré hablar y le contaré sobre Mattia, después de hablar con él hablaré con mi hijo y con mis padres. No puedo seguir postergando las cosas.
Me levanto, agarro las llaves y le respondo a Sam.
Hallie: Voy. Envíame la dirección.
Ella lo hace poniendo como diez caritas felices.
—Disculpe, señorita Johnson.
Alzo la mirada hacia mi asistente.
—Dime, Maggie.
—Hay un señor que quiere verla. Se llama Rydian Connor, dice que es el socio del señor Riggs.
—Oh, claro. Hágalo pasar.
¿Qué hace aquí? Tal vez tenga alguna duda sobre algo. Bueno, no puedo no recibirlo porque también es mi cliente.
Tomo asiento nuevamente y él entra dándole las gracias a Maggie. Me doy cuenta que lo conozco de cuando yo estaba con Storm. Su nombre me sonaba, pero no pensé que fueran el mismo Rydian, pues no recordaba su apellido, aunque tiene el cabello un poco más largo y no lo recordaba tan alto.
—Hola, Hallie, tanto tiempo. No sé si me recuerdes.
Sonrío.
Con él no puedo estar enojada porque siempre fue amable conmigo y es normal que apoyara a su mejor amigo.
—Sí, no cuando Storm mencionó a su socio, pero ahora sí. Te ves bien.
Sonríe y toma asiento.
—No vine a molestarte, ni a hablar de trabajo.
—¿Qué puedo hacer por ti?
—Seré directo. Quiero saber por qué no le has dicho a Storm sobre su hijo.
Y el tiempo parece detenerse, o tal vez es mi corazón. Creo que no escuché bien. ¿Acaso él sabe?
No, no puede ser.
—¿De qué hablas?
Se inclina hacia atrás y apoya el brazo en la silla.
—No intentes negarme que tu hijo es el hijo de él. Estuve investigando, atando cabos porque él es medio idiota y no se le cruzó por la cabeza que tu hijo podría ser de él. Piensa que tuviste una aventura de una noche por despecho, lo que era una posibilidad que consideré, sin embargo, por el poco tiempo que te conocí, no encajaba contigo, así que decidí investigar. Una cosa llevó a otra y di con la verdad.
No tengo idea como averiguó la verdad, pero no tiene sentido negarlo cuando planeo decirle todo a Storm. Y necesito que Rydian no le diga nada todavía o será peor.
—No se lo dije por muchos motivos. ¿Cómo lo descubriste? Más allá de las sospechas.
Él sonríe.
—Me lo acabas de decir.
—¿Qué?
Ríe y se inclina hacia adelante.
—No tenía la certeza, solo dudas, así que decidí venir a sacarte la información de mentira a verdad. Si me hubieras dicho que tu hijo no es de Storm, si hubieras permanecido firme con esa afirmación, no lo habría dudado y habría dejado el tema estar.
—Me engañaste—me levanto y camino hacia la ventana dándole la espalda—. Igual no importa, ya decidí a decirle la verdad a Storm.
—¿Por qué no se lo dijiste antes? Él no te habría abandonado, tampoco a su hijo.
Parpadeo controlando las lágrimas y me giro para enfrentarlo.
—Estaba dolida, Rydian, con el corazón roto. Había descubierto el embarazo el mismo día que él me dejó para casarse con otra. Tuve miedo que me pidiera deshacerme del bebé…
—Storm no hubiera hecho eso.
—¿Y yo como iba a saberlo? Estuve un año con él creyendo que me amaba y que quería estar conmigo, y resultó que estaba comprometido con otra. Lo vi como un desconocido—relamo los labios—. Tampoco quería que él se quedara conmigo por compromiso. Planeé decírselo varias veces, pero asumí que no le interesaría, pues ya tenía esposa y tendría sus propios hijos. Yo estaba en South África y él aquí. Mattia nunca preguntó por su padre. No puedes juzgarme.
Rydian suaviza la mirada.
—No lo hago. Storm es mi mejor amigo y mi socio, pero puedo admitir que fue un idiota. Manejó muy mal su relación contigo, también con su ex esposa y le costó caro. Tampoco deberías juzgarlo a él porque no tienes idea lo que fue su vida, no sabes como son sus padres y las cosas que le han hecho.