Todo Por Un Amor

III Con solo una vez basta.

—¿Cielo puedo entrar? —al escuchar esa musicalidad en un tono tan apreciado, ella levantó la vista.

—¡Abue Alfred! ¡Qué lindo verte por aquí!

—Claro, cómo no voy a venir, si mi nieta hermosa que la vida me dió no me visita. No le importa que me estoy muriendo...

—Abue no seas mentiroso — rió con incredulidad—  ya sé que te lo inventaste, estuvo mal, no debes tentar a Dios...

—¿Podrás algún día perdonarme? Es mi culpa que tú y el tonto de mi nieto rompieran su amistad, aunque si me preguntas estoy convencido que hay amor en ustedes dos.

—No es cierto...Alex y yo rompimos porque yo soy la tonta...estaba enamorada sola, pero ya pasó.

—¿Pasó? ¡No señor! ¡La Emperatriz Jones que yo conozco no es una cobarde, es una mujer digna con un carácter que conquista, ese nieto mío anda sufriendo como idiota, ni él mismo se ha dado cuenta cuánto te ama. El muy tonto está confundido, pero se le notan sus costuras...siempre he visto lo ciego que es.

—No es cierto...pero no voy a llevarle la contraria al único hombre que me ha ganado en terquedad.

—No es a ella a quien ama...eres tan bonita y pura de alma que jamás será feliz sin ti...

—Si lo escucharas abue... habla tan especial  de su novia...es como si temiera perderla, pero en algo tienes razón, Alex es tan cambiante.

—¡Cielo, por Dios, cómo no va a hablar especial de ella! ¡Hasta a mi me mueve esa mujer con su mini falda y su sensualidad, es atrevida...lo que tú no eres! Ahí está el complemento que debiste ponerle...a esa relación cuando se casaron.

—Abuelo, no sigamos con esta conversación...

—¿Tú vas a dejar que esa loca te quite el amor de mi nieto? ¡¿Eres una cobarde?!

—¡Yo merezco a un hombre que no se confunda con un movimiento de cadera, que solo sea para mí, que me ame! ¡Qué muera por mi, pero sobretodo que no me haya herido!

—¡¿Qué te hizo mi nieto Cielo?! ¡¿Qué es eso que los separó de esta manera?!

—Abue Alfred, soy yo quien no quiere ya estar cerca, ya nos vamos a divorciar y...

—¿Divorciarse? ¡No Cielo! Si necesitas a un hombres con las condiciones que dices, ese puede llegar a ser mi Alex, no te vayas de su vida por favor... tú lo haces feliz, ahora está triste...

—Abuelo, tu nieto está triste porque está acostumbrado a tener todo lo que se le antoje, ¿Quieres que te lo describa?

—A ver...

—Es un alto y hermoso hombre de ojos azules, caballero, cautivador, su carácter sociable lo hace ser asertivo, gentil, soñador. Es muy profesional y capaz de lograr las metas que se proponga...

—Lo amas..lo sé.

—Dejame terminar abuelo... Alex está lleno de muchas e incontables cualidades pero también es egoísta...se acostumbró a tener todo lo que desea, es caprichoso, esa mujer es uno de sus juguetes y hasta ella cree que es el centro de él.

—¿Qué crees tú que eres para él?

—Su amiga, pero se acabó...

—El dice que tú eres su alma gemela, su complemento — musitó con sentimientos— ¿Eso no te da pie para luchar por su amor?

—Abuelo, si me conocieras bien, sabría que yo jamás me humillo ante nadie, que mi mayor virtud no es la paciencia, pero sobretodo, no sé perdonar cuando me hieren como su nieto lo hizo. 

—Todo eso va a pasar... y mientras eso pasa... él obstinado de  tu abuelo no quiere ni verme, dice que yo soy culpable de que Alex te haya hecho daño, fue ayer a romper nuestra amistad...

—¿Qué dices abue Alfred? —se mostró preocupada— mi abuelo Mau, no haría algo así...¡¿Es en serio?!

—¡Sí, tu abuelo, después de apoyarme en toda esta locura, ahora me echa toda la culpa a mi! ¡Imagínate que canceló nuestro viaje a la playa en donde la íbamos a pasarla bien con las chicas que conocimos en la subasta! Si te soy sincero eso a esta edad pesa mucho....

—¿Chicas? Abue son unas señora como diez años menos que ustedes...

—Por eso son chicas...¿Puedes ayudarme con el verraco ése? No debería de ponerse así...imagínate que en mi presencia llamó a tu padre y sin argumentarle nada le dijo hasta del mal que iba a morir, ese viejo está cada día peor...por esos corajes es que se le sube la tensión.

Emperatriz terminó riendo de las osadias del abuelo de Alexander. El viejo la abrazó al verla contenta.

—No te pierda Cielo, tú sabes que con  ninguno de mis nieto tengo la confianza que tengo contigo...eres muy especial para mí...

—Lo sé abue...prometo hablar con mi abue Mau. ¿Qué tonto? Además se pasó, ¿Qué culpa tiene mi padre de mis decisiones.

—Eso no es lo peor...

—¿No?

—Deberias de tranquilizar a tu padre, se enfureció en contra de mi nieto, dijo con toda seguridad que le iba a partir la madre y esa es mi hija...

—¿Qué contrariedad? Primero tranquilizo a mi padre...¿Quién lo diría que se pondría así?

—¿Por qué no? Los hijos duelen y más si son como tú...—el viejo quebró su voz— tú eres un sol Emperatriz, mi nieto ha de estar loco y ciego...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.