Todo Por Un Amor

V El rencor

Emperatriz parecía distraída cuando su amiga muy preocupada se le acercó.

—¿Cielo, como es eso que firmaron el divorcio? Emperatriz quedamos en que...

—No quedamos en nada Pau, era inevitable...no me arrepiento de nada, yo creo firmemente que fue lo mejor.

—Quizás sea lo mejor para ti, pero no para ese bebé ¿Te has preguntado que va a ser de él cuando deba visitar  a su padre y éste tenga su familia con Claire o con cualquier otra? ¿Acaso se te olvidó lo que tú viviste?

—No, no lo he olvidado nunca, pero no me he preguntado cómo sería su vida visitando a su padre siendo el hijo de su primer matrimonio, lo que si me ha pasado por mi cabeza constantemente es lo vergonzoso de ser la esposa sufrida, con una cornamenta que ahoga y que el bebé crezca con ese mal ejemplo, un padre traidor e infiel  y una madre que no se valora así misma.

—Cielo, eres muy dura contigo misma...

—La vida es muy dura Pau. Y no te hablo de comodidad ni de dinero, te hablo de esto que uno lleva adentro. No soy muy buena poniendo la otra mejilla, lo sabes. 

—Amiga, se trata de tu bebé...

— Ésto es lo mejor, créeme Pau...duele, me duele mucho hasta sentir el alma vacía y sin consuelo, pero yo sé que pasará como muchos dolores que me han golpeado, si he podido vivir cuando siendo una niña perdí a mi madre, no creo que sea tan difícil olvidar a un hombre que le guardo rencor. Me divorcié de tanta estupidez que cometí y de un sueño de niña que no existe,  para mí  no hay reversa...

—¡Ayer se apareció Alexander en casa de Fernando, estaba tomado, mi novio y yo teníamos una cita romántica y tuve que irme, se tiró el plan. 

—¡Qué mal!

—Dice que tú eres una insensible, que lo odias por un error cuando él te ha querido toda la vida.

—Yo no lo quise, yo lo amé de verdad, le fui fiel a mis sentimientos en silencio desde muy jovencita, pero todo tiene un límite...el no entendió, nunca me conoció, él no se dió cuenta que yo no sé perdonar las heridas que causan las palabras, esas que atraviesan el alma cuando más vulnerable estoy. 

—Pues si te sirve de consuelo, está sufriendo, amaneció borracho, hasta mandó al diablo a Claire cuando lo llamó.

—Ya se le pasará, y todo volverá a la normalidad...así se ponen los niños berrinchudos y mimados.

—Ojala...porque Fernando me dijo que en la mañana estaba diciendo que no quería saber de ti.

—Qué bueno, así no molestará más...

—Cielo, y...

—Mira Pau —le interrumpió — necesito que me lleves a casa de mi padre... debo hablar con él por lo de mi abue Mau y para que me acompañe al médico.

—Yo puedo acompañarte, así veo a mi sobrino en esas imágenes hermosas...

—Eso también quiero yo, mirarlo y escuchar su corazoncito —se acarició el vientre y con ternura hablaba— debe ser tan pequeñito, lo amo tanto, solo de saberlo muero por él...

—¡Qué ternura...a mí no me vas a dejar por fuera! —rieron felices— y Fernando y yo seremos sus padrinos...no vas a negarte ¿Verdad Cielo?

—Pues no, nunca me negaré Pau, gracias por estar aquí conmigo...

—¿Y como no voy a estarlo? Te quiero mucho y además muero de saber que pronto tendré una cosita hermosa entre mis brazos que me dirá madrina...y tía, porque yo soy su tía...

***

El señor Jones estaba en el desayuno junto a su familia, su esposa se sentía muy feliz porque celebraban que su hijo mayor había logrado obtener un mejor cargo en las empresas de su padre.

El timbre se escuchó y le anunciaron la llegada de Emperatriz, ella se detuvo en el recibidor como siempre, pero su padre se levantó de la mesa  y fue hasta ella.

—Buenos días padre, disculpa que haya venido a tu hogar...

—¿Qué dices Cielo? —dijo mientras se acercó a ella de forma cariñosa y besó su frente— Mi hija, tú eres  parte de mí y puedes venir las veces que quieras, mis hijos siempre preguntan por ti, de hecho los dos ahora están en casa, y mi esposa...

—Solo vine a qué conversemos, en realidad quise llamarte antes para que  nos veamos en otro lugar, no me siento cómoda en esta casa.

—Exageras y pierdes la oportunidad de tener una relación hermosa con tus hermanos, ellos se sienten cohibidos porque tú has mantenido esa barrera de alejamiento, y mi esposa ha cambiado mucho.

—Los años pasaron padre, yo crecí y jamás aceptaré que nadie me trate de bastarda aunque sea la hija de tu infidelidad. Solo vine a hablar contigo, tu familia no me importa...

—Cielo, hija...¿bueno... qué puedo hacer para que cambies de opinión? — sonrió mientras le llevó el cabello hacia atrás — eres uno de mi más preciados tesoros, y lo sabes...¿Cómo sigues de las lesiones ocasionadas por ese accidente?

—Mucho mejor, ya puedo darle movimiento a mi brazo...y mis dolores han disminuido favorablemente.

—Que bueno mi amor... Sabes que ya vendí tu auto, esta misma semana tendrás uno nuevo y con mejor protección, me asustaste mucho, lo único que no entendí es el motivo de ocultarselo a tu abuelo y a tu esposo. Aunque tengan algunos problemas no puedes ocultar esas cosas...




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