Todo por una Borrachera

CAPÍTULO 03

Narra Verónica Leiva 

—¡Mamá!

Sobresaltada me incorporé en la cama. Me llevé una mano al pecho sintiendo lo acelerado que se encontraba mi corazón. Pasé mis manos por mi rostro,dejándome caer nuevamente de espalda en la cama. Estiré uno de mis brazos hacia la mesita de noche y tomé mi teléfono para mirar la hora.

4:30 a.m.

Bien,nuevo record,dormí una hora más de lo normal.

Me levanté de la cama,ya que ahora no podría volver a dormir. Fuí al baño y me observé unos segundos en el espejo,abrí el grifo y me moje el rostro y la nuca,para luego apoyarme en el lavamanos.

Los recuerdos de aquella noche,nunca dejarán de atormentarme,ya han pasado años desde entonces,pero sigue doliendo,y más sabiendo que yo fui la culpable,no debí haberme ido.

Salí del cuarto de baño,para luego colocarme mi ropa interior,busqué en mi armario que ponerme,y me decidí por un pantalón bambucha militar y una blusa de tirantes negra.

Me acerqué a la mesita de noche,para agarrar mi goma para el cabello,y me topé con la estúpida sortija.

Recordé que Onur dijó,que vendría a buscarme hoy,¿para qué? No sé. Agarre la sortija y la goma para el cabello,de la mesita de noche,me guarde la sortija en el bolsillo del pantalón y salí de mi habitación,bajé las escaleras mientras me amarraba el cabello,y luego fuí a la cocina.

Me preparé un café bien cargado como cada mañana,y fuí a la sala. Encendí el televisor y lo primero que salió en el fueron...las noticias.

En ella salíamos Onur y yo saliendo del hotel,tomados de la mano y con una sonrisa,los reporteros atocigandonos con preguntas,etc. Sin querer saber más sobre la estupidez que cometí,apagué el televisor.

Me acomodé en el sofá mientras,miraba mis redes sociales,y bebía de mi café.

Entre a mi historial de Instagram,y casí me ahogó con el café,habían fotos mías con Onur en el registro civil,otras en su auto,otras donde yo le besaba la mejilla y él sonreía y muchas más.

No vuelvo a beber así nunca más.

Arroje el teléfono en algún rincón del sofá,e intenté recordar algo de lo que hice aquella noche.

—Oyeeee,no puedes besarme—dije riendo mientras me apartaba.

—¿Porqué?—preguntó confundido.

—No eres nada mío—respondí,él se quedó pensando,y luego vió algo tras de mí.

—Casemonos—propuso mirándome a los ojos.

—Estás loco—reí más fuerte,pero paré de reír,al verlo serio—¿Hablas enserio?—pregunté incrédula.

Sin responder,se bajó del auto y caminó hacia el lado del copiloto para abrirme la puerta. Me bajé casi cayéndome ya que todo me daba vueltas.

El sonido del timbre me sobresaltó,sacándome de mis pensamientos.

Bueno,al menos si me lo propuso.

Me levanté del sofá y dejé la taza vacía,que ni siquiera me dí cuenta cuando la termine,en la mesa.

Abrí la puerta,y adivinen quién está ahí parado.

¡Sí! Mi amado esposo.

—¿Qué haces aquí?—pregunté bruscamente.

—Te dije que vendría a buscarte—respondió de la misma manera—Date prisa,te presentaré a alguien.

—No quiero ir—me crucé de brazos.

—No te lo estoy preguntando,Verónica.

Lo miré por unos segundos,y luego le lancé un puñetazo,girandole el rostro hacia un lado.

—¿Me estás escuchando?.

—No—respondí reaccionando. Su perfecto rostro,seguía intacto. Lo pensé pero no lo hice. Rayos—Ya vuelvo—dijé cerrando la puerta en su cara.

Fuí a mi habitación para buscar alguna chaqueta,ya que afuera hace un poco de frío.

Narra Onur Steins:

—¿Qué haces aquí?—preguntó bruscamente al abrir la puerta.

—Te dije que vendría a buscarte—respondí de la misma manera que ella—Date prisa, te presentaré a alguien—dije al ver que no se movía. Mario quiere conocerla,y se que no dejará de molestarme,hasta que se la presente.

—No quiero ir—respondió cruzándose de brazos,haciendo que sus pechos resalten.

—No te lo estoy preguntando,Verónica—dije serio—Vendras conmigo,sin quejas,y te comportas delante de...¿Me estas escuchando?—pregunté al ver que me miraba fijamente.

—No—respondió rápidamente—Ya vuelvo—dijo entrando y cerrando la puerta en mi cara.

Hija de...

A grandes zancadas me acerqué a mi auto y me monté en el asiento del piloto,para luego apoyar mi frente en el volante.

En que lío me metí con esta mujer.

Me incorporé en el asiento,y gire la mirada hacia la derecha,y vi a Verónica caminar hacia el auto. Llegó donde mí,y abrió la puerta para ingresar de copiloto,y cerrar la puerta fuertemente al estar dentro.

Se cruzó de brazos,y no me miró ni me dirigió la palabra.

Arranqué el auto y me pusé en marcha,hacia el restaurante donde Mario nos espera.







 



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En el texto hay: humor drama boxeoilegal dolor secretos

Editado: 25.07.2021

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