En todo el camino hacia el hospital no dejaba de pensar, quería terminar con todo pero no sabía exactamente como carajo hacerlo.
Entre al hospital con toda la intención de acabar con esto de una vez por todas. No podía seguir soportando que expusieran a mi hija a tanto peligro...
Entre y ahí estaba, tumbado en la cama, estúpidamente recuperándose poco a poco. No me ama, no me amaba y nunca lo hará, de eso estoy totalmente segura, solo fui un capricho difícil de satisfacer para él.
Lo miré fijamente y hablé sin más. Tenía miedo, pero estaba harta -Seamos sinceros Daniel, no me quieres ni yo a ti- Apenas y terminé de decir eso cuando su mirada estaba encima mío, de esas miradas que te dicen "cállate o te mato"... Seguí -No quiero seguir con esto, no quiero poner en riesgo lo que más amo por tu culpa. No quiero ser parte de tus negocios- Sé que fue un poco cobarde hacerlo cuando estaba en recuperación, pero, era mi única oportunidad de dejarlo y huir. Así al menos me daría tiempo para ocultarme un rato.
Trato de hablar y me saco de mi cabeza -Ariel, quieras o no, estás hasta el fondo en esto-
Me molesta de sobremanera su maldita voz -¡Pero por tu maldita culpa!- Le contesté ya furiosa. Sé que no será fácil, así que de una vez por todas... -Me largo de aquí, me llevó a mi hija, y espero, no vayas a buscarme, porque sabes que todo terminará mal- Su mirada era tan cortante y profunda que me invadió el pánico, tome mis cosas y fui por mi hija.
Ahora sí nos vamos a liberar de toda esta mierda
Corrí, robe un auto, maldita desesperación, huí, pensando estúpidamente en que malditos lugares no pudiera encontrarme. No faltaría mucho para que diera una simple orden y todos sus soldaditos de juguete salieran detrás de mí... Solo se me venía a la cabeza proteger a Victoria, pero -¿Quién carajos me ayudaría con esto?, ¡Estoy hundida!- Y Vicky con su tierna y dulce voz me saca de mis pensamientos -Mira mami, ¡soldados!- Oye... Pero que buena idea... No estoy muy segura de lo que voy a hacer pero es más mi desesperación porque Victoria este bien...
Gire directamente el volante hacia los soldados, me pare justo frente a ellos y les dije –Hola chicos, ¿Qué se supone que hacen por estos rumbos?- el soldado bajo la mirada y nos miró extrañado, levanto un poco su casco y fijo su mira en Vicky, que iba sentada en el asiento del copiloto –Señora, usted bien sabe que esto es ilegal, además no sé qué se encuentran haciendo aquí, la cuidad no es un lugar seguro para ustedes dos en este momento.
¿Saben?, creo que debería llevarlas al cuartel, allá estarán un poco más seguras- en ese momento el pánico y los nervios se apoderaron de mí, me había acercado a los soldados buscando ayuda y ahora ellos también me perseguían, mi cuerpo reacciono de una manera en la que jamás pensé que reaccionaria, solamente mire al soldado, le di las gracias y arranque mi auto en línea recta, subí de 0 a 120km/h en menos de 10 malditos segundos.
Todo fue tan rápido y tan confuso que no me di cuenta del hombre con traje, estrellas en sus hombres y sombrero militar que estaba frente a mí. Lo arrolle como si de un espanta pájaros se tratara, frené el auto en seco… ¿Qué mierda acaba de pasar?
En menos de 5 segundos todos los soldados me estaban apuntando con sus armas, me obligaron a bajar del vehículo, en el momento en que estaban a punto de someterme me percaté de una cosa, Victoria iba soldado por soldado dándoles una barra de chocolate a cada uno mientras con una pequeña sonrisa decía “gracias por proteger a mamá, gracias por proteger a mamá”, los soldados quedaron completamente desorientados, Vicky se dirigió lentamente al atropellado que no era ni más ni menos que un general de brigada de las fuerzas especiales de México, se acercó a él, lo miro a los ojos, el hombre ya estaba sentado… con un poco de esfuerzo.
Yo no podía verle la cara ya que me tenían de espaldas a él, Vicky se acercó a él, metió la mano en su mochila buscando algo, saco una paleta, un chocolate y un pequeño caramelo ya chupado –Oiga señor estrellado- dijo mientras reía –se lo digo porque se estrelló y por las estrellitas de su traje, tenga, gracias por proteger a mamá- le dijo entregándole el chocolate –El doctor siempre que me siento mal me da una de estas y me hace sentir mejor- le dijo mientras le entregaba la paleta. -Y este de aquí- dijo mientras le entregaba el caramelo –Es el primer pago por sus servicios, es de café relleno de nutella. Solamente le di una chupada, no se preocupe, disfrútelo- todo el contingente de soldados incluido el general que se encontraba tirado, enmudecieron durante mas o menos 4 o 5 segundos, hasta que una carcajada cálida, grave y de una voz un tanto rasposa, rompió el ambiente, esa carcajada causo muchas emociones en ese momento, los soldados pudieron relajarse, Vicky creyó que era la risa más bonita que había escuchado, mientras que yo me quede en shock de nervios y miedo –Por favor que no sea él, por favor que no sea él- repetí en mi cabeza una y otra vez.