Todo Por una Pizza

III

Capitulo 3: “En las buenas y en las malas.”

POV Connor.

— ¡Despierta!— Doy unos golpecitos en las mejillas de Ed. Han pasado más de diez minutos y mi mejor amigo todavía no da indicios de querer despertar.

—Cálmate, le vas a dejar la marca de tus dedos y no creo que le guste. — Dice Flin. Volteo a mirarlo dispuesto responderle, pero unos quejidos dirigen mi atención de nuevo a mi mejor amigo. Miro a Ed parpadear y luego abrir sus ojos, lleva la mano derecha a su cabeza y se la frota, parece confundido. Cuando me ve suelta una risita.

— ¿Qué te pasa?— Pregunto al ver su inesperada  reacción.

— Tuve un sueño muy loco. — Suelta otra risita.

— ¿Acaso ese sueño me tenía a mi como protagonista?— Habla de nuevo Flin a mi lado, con un tono de burla. Ed, al verlo, abre los ojos más y pega un gritico, luego se arrastra hacia atrás hasta chocarse con la cabecera de la cama. Giro enojado para ver a Flin.

— ¿Puedes dejar de hacer eso? Lo vas a terminar matando del susto.

— ¡Pero no estoy haciendo nada malo!

— Pues con solo ver tu cara...— Volteo al escuchar la respiración agitada de Ed y lo miro buscar su algo en su chaqueta. ¡El inhalador! Voy hasta la mesa de noche al lado derecho de mi cama y lo tomo, cuando se lo pongo en la mano, no tarda en llevárselo a la boca. Resulta que cuando se desmayó, el aparatico ese se salió de su chaqueta y pues lo puse en la mesita.

Mi mejor amigo cierra los ojos fuertemente, esperando a que su respiración se vuelva más calmada, cuando ya está bien los vuelve a abrir y quita el inhalador de su boca para volverlo a guardar en uno de sus bolsillos. Luego de eso quedamos en un incómodo silencio.

— Maldita receta. — Dice de la nada Ed, mientras pasa una de sus manos por su cabello castaño.

— ¿Ah?

— ¡Pues eso! Sabes que no se cocinar —Dice. — y busqué en internet alguna receta para hacerla. Creo que me quedo mal ¡En la imagen se veía delicioso! Pero el que yo hice parecía un portal al infierno del que iba a salir algún ser maligno de ahí para comerme a mí.— Se sacude un poco, con una mueca de asco.— Mejor no te cuento a que sabía.

—Está bien... ¿y esa receta tiene que ver en esto por...?

— ¡Pues me hace ver alucinaciones! ¿Por qué mi cerebro me hace imaginar algo así? Si es por comer eso, lo siento, pero tenía hambre. — Se lamenta y toca su cabeza con la mano derecha en un vago intento de comunicarse con su materia gris. — ¡Pero mira que cosa tan fea es!— Exclama, señalando a Flinn con sus dos manos. Que se alcanza a ver bien por la luz de la luna que entra a la habitación.

— ¡Oye!— Dice Flinn ofendido. — Esa “cosa” tiene nombre y es Fiinaur Lusignar Iagbe Nuacvó. Y para mi ustedes son los feos ¿Por qué tener la cabeza tan pequeña y ese cuerpo tan grande? Simplemente no les queda. —Suelto una risa al ver esa absurda discusión. Ellos se me quedan viendo.

— Ed, —Me dirijo a mi amigo— él no es una alucinación causada por lo que sea que comiste. — Suelto una risa. Luego me volteo y miro a Flinn un poco serio. — Y tú no debes decir que somos feos. Estas en mi casa y en nuestro planeta, no tienes ese derecho. — Ellos ruedan los ojos.

—Bien, entonces ¿Cómo lo encontraste a... él?— Dice Ed, alejándose de la cabecera de la cama y acercándose más a nosotros.

—Todavía no nos presentamos bien. — El enano se acerca a mi mejor amigo y extiende su larga mano. — Ya te dije mi nombre, pero me puedes decir Flin. — Ed acerca su mano con desconfianza.

— Edward Vasíliev Brown, me puedes decir Ed. — Dice estrechando sus manos.  

***

—No creo que sean del ejército. — Opina Ed. Luego de contarle una versión resumida de lo que pasó al ir a entregar la pizza, mi mejor amigo se quedó en silencio y con una mano en su barbilla, en pose pensativa.

— ¿Qué quieres decir?

— Que si hubieran sido enviados por el ejército, serian personas muy especializadas, y mucho más en este caso. Según lo que me contaron, ninguno de ellos fue capaz de darles con alguna bala.

— No, ninguna. — Niega Flinn. — ¡Eran muy malos! Como si nunca hubieran tenido alguna arma en su vida. Aunque algunas estuvieron muy cerca ¡Sentí que una me rozó la nalga!— Soltamos una risa. Al parecer este enano gris ya le empieza a caer bien a Ed.

— Además son entrenados para sobrevivir en ambientes en los que las personas comunes no podrían estar por mucho tiempo. Sin ofender, Connor, —Cuando escuchas esa frase debes prepararte para sentirte muy ofendido. — eres la persona más floja que conozco y aun así ellos no los alcanzaron corriendo.

— ¡Ya te dije que no soy flojo! Solo... solo estoy guardando energía para cuando sea más viejo.

— Ajá, lo que digas. — Rueda los ojos. — Y otra cosa que no cuadra es cómo llegaron tan rápido a donde ustedes estaban.



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En el texto hay: extraterrestres, humanos

Editado: 23.03.2019

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