Elena
Sigo acostada en mi cama pensando aún sobre lo que mamá me dijo ayer. Ella y los padres de Louis han decidido que la boda sería en Diciembre, para cuando los dos terminemos de estudiar. Desde anoche no he parado de llorar desconsoladamente por eso, al final de todo me casaré con un idiota.
Cada día me siento menos.
—Elena—mi hermana se asoma por la puerta—. Ven con nosotros, así ya no tendrás que pensar en lo otro.
—No puedo dejar de pensarlo
—Si te quedas aquí sabes que será peor—se acerca.
—Sigue aquí?—ahora aparece Liam, mi cuñado, agarrándome del brazo—. Vamos! Arriba señorita, hoy nos despejaremos todos porque lo merecemos.
Me río cuando comienza a rebuscar en mi ropero.
—Este vestido esta hermoso para Elenita—voltea a ver a mi hermana—. Qué opinas mi amor?
—Es perfecto, póntelo ya—me mira emocionada.
Me pongo el vestido verde agua que tiene flores blancas por todos lados, era la primera vez que lo usaba, recuerdo que cuando lo compré mi madre dijo que no me quedaba bien pero ahora mirándome en el espejo una vez más estaba equivocada, sonrío viéndome una última vez más y salgo con mis amigos.
Nos encontramos en un bar, dentro de unos minutos llegó Lola, mi mejor amiga junto a Brian. Había un pequeño escenario dónde se presentaban algunos cantantes o bandas, la música no estaba nada mal. Aproveché para bailar junto a Brian.
—No tienes algo que contarme?—subí y bajé las cejas rápidamente.
—Bueno, vale!—chilla—. Me ofrecí a traerla y llevarla a su casa luego, ella aceptó sin ningún problema.
—Si no hubiera sido por mí no hubieras ido en busca de Lola, me alegro por ti—lo abrazo.
Seguimos bailando hasta que regresamos a la mesa con el grupo. Se subió una banda al escenario y comenzaron a tocar. La música suena muy bien. De hecho había bebido dos copas y me sentía con ganas de bailar.
Me levanté y estuve en primera fila viendo al grupo. No se muy bien bailar pero me movía al ritmo de la canción. Ese guitarrista no dejaba de mirarme con una sonrisa divertida, estoy segura de haberlo visto antes.
Reacciona Elena! Es él.
Cómo? No puede ser. Le quedo mirando fijamente y efectivamente es él. Parece como si el alcohol hubiera salido de mi sistema en segundos. Jaden seguía dándolo todo con la guitarra mientras me miraba divertido.
Cómo podía ser el mundo tan pequeño?
Regresé con mis amigos, sentía su mirada mientras me iba.
—Vaya, cuñada—Liam me da palmadas en el hombro—. No había conocido esa faceta tuya hasta ahora.
Me limito a sonreír y miro de reojo al escenario. Él seguía ahí, estaba tan diferente, vestía de negro, tiene el cabello rubio suelto y mojado, las ondas se pueden ver de lejos cuando mueve la cabeza como viviendo la música. Por primera vez pude ver unos cuantos tatuajes en sus manos y brazos.
Dejo de mirarlo para ver una mano enfrente mío.
—Si respira?—pregunta Lola riendo.
—Estoy bien—disimulo tomando agua esta vez.
—A quién miras tanto pícara—mi mejor amigo me susurra.
—Son ideas que te persiguen Brian—volteo los ojos.
—Ahhh!!—Sophia grita y se levanta—. Esa es mi canción!!—lleva a Liam a la pista.
Le hago una seña a Brian para que reaccione y deje de estar ahí sentado como tonto.
—Eh, Lola, vamos a bailar?—pregunta nervioso.
—Esperaba que me lo pidieras, tonto—se levanta y lo toma del brazo.
Le guiño y miro a mis amigos disfrutar de la música que suena en todo el lugar. Decido ir a pedirme una copa más de vino al bar.
—Hola, podría...—me interrumpen.
—Blake—volteo para verlo enfrente mío sonriendo.
—Jaden—le devuelvo la sonrisa.
—Esto si es un mundo pequeño—se deja caer en la silla de al lado, le hace una seña al barman con la cabeza—. Lo de siempre Roger.
—Nunca me imaginé verte en una banda, su música estuvo muy buena—me siento junto a él.
El tal Roger le deja un vaso de color turquesa, no se muy bien que será eso.
—Si, te vi disfrutándolo mucho—bebe del vaso aún mirándome—. En realidad no es mi banda, solo soy un guitarrista al que contratan por una noche.
—Wow, eso está genial, de hecho lo haces muy bien
—Dime Blake, cómo supiste mi nombre?—cambia de tema.
—Un señor tocaba la puerta de tu habitación, te buscaba y ahí fue cuando dijo tu nombre, la verdad me facilitó la búsqueda.
Se ríe—. Habrá sido Mario.
De un momento a otro terminó su bebida y se levantó.
—Bueno, esta noche todavía no acaba—me mira y estira la mano—. Quieres venir conmigo?
Me levanté pero no acepté su mano.
—Es que yo—mire a mis amigos aún bailando en la pista—. No he venido sola.
—Tranquila, se ven que lo pasan bien—me mira aún con la mano en el aire—. Deberías pasártelo bien también, acompáñame a hacer una locura, prometo que no te secuestraré—ríe—. Qué dices?
Tal vez es un asesino pero aún así me da confianza y termino aceptando su mano. Sonríe sorprendido, me dirige hasta la salida y me estremezco al sentir el frío recorrer todo mi cuerpo.
—Qué locura es esa que dices?—tengo mucha curiosidad desde ya.
De pronto se quita la chaqueta y me la pasa por los hombros.
—Me haré un tatuaje, otro más
—Eso no suena como una locura para ti, supongo que es algo de rutina
—Tienes razón, pero podría ser una locura para ti que te tatúes—sonríe pidiendo un taxi.
—No no, eso jamás, me mataría mi madre
El taxi llega y nos subimos.
—Ya hablaremos de eso luego—se acerca a mi oído susurrando—. Observa está locura y sígueme el juego.
Lo observo atenta acercándose al conductor.
—Oh no, está curva me trae recuerdos señor—el conductor lo mira por el retrovisor confundido.
—Qué raro, por qué?—se limita a preguntar.
Yo también tengo la misma curiosidad que el conductor.
—Hace tres años perdí la vida en esa misma curva, cuando andaba en moto a toda velocidad