Elena
Jay, Jay, Jay.
Él sobrenombre que le puse sin pensarlo resuena por toda mi cabeza, aún teniendo enfrente a mi padre después de tantos meses que no lo veía hablando sobre el fin de semana que pasaremos en casa de los Metclaf, la familia de Louis. Pensar en él me ayuda a no volverme loca por todo lo que estoy escuchando.
—Como bien sabes, tenemos que pasar tiempo con tu futura familia, para que te familiarices con ellos y te conozcan más—continua mi padre.
Esta igual como la última vez que lo vi, seguía con el cabello corto, más pintado que antes. Mi madre a su lado está satisfecha por ver que el tema de Louis sigue en pie.
—Serán tres días?—pregunto hablando por primera vez.
Asienten los dos.
—No pienso ir, no me voy a casar con ese idiota—intento defenderme.
Mi padre arruga la frente.
—A mi no me importa lo que digas, irás porque yo lo decido—se acerca a mí en grandes zancadas—. Si es posible te arrastro para que vayas, así que mejor reflexiona bien que tienes que ir o será peor para ti—finaliza y se va directo a su oficina que solo usa cuando vuelve a casa.
Reprimo las lágrimas pero no funciona y salen cuando mi madre se acerca a mi oído.
—Niña estúpida, creíste que podrías librarte de esto? Eso nunca—va directo a su habitación.
Toda la esperanza que tenía se derrumbó en un instante. Jamás me podrían dejar en paz. Subo a mi habitación y me acuesto en mi cama a llorar hasta quedarme dormida.
⋆ ⋆
Despierto lentamente y veo a mi hermana sentada al borde de la cama, mirándome.
—Ya me he enterado.
Me incorporo sentándome.
—Todo esto es una tontería—asiente—. Vendrás con nosotros?
—Lo he intentado, y nuestro padre ha dicho que no tengo nada que ver ahí, solo tú—explica con lástima.
Resoplo tumbándome de nuevo y mirando el techo.
—Y qué tal anoche?—se acuesta a mi lado—. Jaden vino ayer preguntando por ti, qué ha pasado?
—Un malentendido, pero ayer lo resolvimos—sonrío tan solo de pensarlo—. Me quedé en casa de él a dormir.
Se enderezó abriendo los ojos como platos.
—Conocí a su madre y a su mascota, fue agradable estar ahí, dormí en su mueble con él porque no tenía más camas—ella sigue mirándome atenta, sonriendo—. Eso no fue problema, y dormí como nunca antes.
—Te brillan los ojos al mil cuando hablas de Jaden—la miro confundida—. No lo sabes? Estás colada por él.
—Qué?
—No te molesto, es la primera vez que te gusta alguien.
—N-no me gusta—intento decir pero siento como si estuviera mintiendo.
—Sabes? Me di cuenta de lo mucho que me gustaba Liam cuando empecé a mirar cada detalle suyo con una sonrisa y recordar cada cosa de él, me preocupaba, me brillaban los ojos, así como ahora—la miro—. Te veo y me recuerdas a mí.
Sonrío. No se muy bien ese sentimiento, solo se que me encanta pasar tiempo con Jay y cuando estoy con él me siento en otro mundo dónde solo estamos nosotros.
⋆ ⋆
A la mañana siguiente entré a clases, divisé a Lola sentada y cuando me vió sonrió.
—Lola, dónde te has metido?—tomo asiento a su lado.
—Elena! Perdona, tuve trabajos por hacer—resopla.
Hablamos un poco sobre lo que nos hemos perdido estos días, le conté sobre Jaden, es mi mejor amiga así que quería contárselo, además me encanta hablar sobre él. Ella también me contó sobre lo de Brian, y que lamentaba que no le correspondiera. En fin, me despedí de ella al salir.
Recorro el pasillo hasta llegar a la habitación de limpieza, giro la manija y entro. Al verlo solo me entraron ganas de llorar y al verme se acerca rápido. Me toma el rostro con sus manos.
—Hey, qué pasa?—me mira desesperado, preocupado.
No pude responder porque ya estaba llorando. No podía soportarlo.
—No puedo—se me quiebra la voz.
Me abraza y acaricia mi espalda—. Aquí estoy, déjalo salir.
De a poco me comienzo a calmar y ya no quedan más lágrimas por derramar. Él seguía abrazándome hasta que se separó mirándome, acariciando mis brazos con delicadeza.
—Mejor?
Asiento.
—Lo quieres contar?
Vuelvo a asentir.
—Desde el viernes hasta el domingo estaré en casa de la familia de Louis, para conocerlos mejor antes de...—lo miro—. Ya sabes qué.
—Por eso tu padre regresó—inquiere.
—Si, joder, este fin de semana será una tortura.
—Voy a estar ahí contigo, al teléfono—me acaricia la mano.
—No podré hacerlo, estar con ellos me deprime terriblemente—me quito el mechón de cabello del rostro pero vuelve a caerse.
—Blake—ahora él pone el mechón detrás de mi oreja—. Eres la más valiente que conozco, tienes una galaxia entera en ti, no dejes que nadie te quite esa magia.
Me pierdo en su mirada, sin poder despegarla y pensando en lo grandioso que es este chico. Se acerca y nos quedamos con las frentes pegadas.
—Te voy a extrañar, aunque ya lo hago cada día que no te veo.
Sus palabras, él tan cerca con los ojos cerrados, me dio un vuelco en el corazón y bajé la mirada a sus labios, ahí me pregunté cómo sería besarlos.
—Hagamos algo hoy, qué dices?—sugerí.
Abre los ojos y se aleja un poco para mirarme.
—Justo eso iba a decir—ríe—. Tengo algo en mente, te busco al terminar?
—Mm, puedo saber qué es?
—Es sorpresa—se aleja para agarrar algo de limpieza.
—Wow, qué misterio—ironizo.
—Ya lo sabrás, curiosa—me pellizca la nariz y lo miro mal—. Seguiré trabajando, suerte en las clases.
—Igual a ti, tonto.
Antes de salir voltea—. Por cierto, estás guapa como siempre.
Guiña sonriendo y me deja ahí con el corazón latiendo a mil. Reacciono después de unos segundos y salgo con cuidado de que no me vean para no causar algún tipo de problema.
Me dirijo hacia el comedor, visualizo a Brian en la misma mesa de todos los días, pero veo algo diferente en él, está muy enojado. Llego hasta ahí y se da cuenta que me siento a su lado.