Todo sobre ti

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Jaden

Soy un tonto, si, eso es lo que soy. Por no atreverme a besarla, joder. No puedo conmigo mismo, haberla tenido tan cerca ayer me volvía loco, tal vez una parte estuvo bien haberme alejado por mas que no quería hacerlo, pero debía. Pero por lo menos debía haberla tratado normal, no con indiferencia. Me di cuenta de lo mal que hice cuando vi sus ojos tan apagados como esa vez que la encontré en el baño de la Universidad. No quiero que se vuelva a sentir así, no lo permitiré.

El sol entra por la casa y paso mi brazo alrededor de ella pero se levanta de un salto y se dirige a la cocina. Me levanto para seguirla.

—Buenos días a ti también—me burlo parándome frente a ella.

Deja de tomar agua y me mira, sus ojos sin brillo.

—Ahora quieres hablar?—enojo, eso es lo que veo en su mirada.

Verla así me da ganas de mandarlo todo a la mierda y besarla.

—Vamos Blake, por qué estás así?

Ya sabía la respuesta, aunque quiero que ella me lo diga. Ahora la sigo hasta la sala, espero su respuesta. Ella se detiene y voltea a verme.

—Si que lo sabes, acaso no fuiste tú el que me ignoró anoche?

—Bien, si, fue un error, lo lamento.

—Ya—arruga la frente.

—Blake, por favor, olvidemos esto—intento acercarme pero se aleja—. No creo que estés así solo por eso.

Mira confusa—. De qué hablas?

—Has empezado tú a evitar mi mirada ayer saliendo del patinaje.

Era cierto, lo había notado al segundo, y solo yo la miraba por el retrovisor con el ceño fruncido.

—Y? Tú eres el primero que se acobarda y no intenta bes...—se tapa la boca con las manos.

Eso era. Me acerco despacio y se queda quieta mirando.

—Por eso tan molesta eh?—acaricio su cabellera.

—Tonto—se defiende.

—Por qué? Querías que te besara?

Levanta el mentón y me mira fijamente—. Y qué si es verdad.

No me esperaba esa respuesta, sus ojos desafiantes empiezan a enloquecerme.

—Qué quieres, Blake?

Me acerco más, aún mirándonos, paso los nudillos por su mejilla.

—Quieres que te agarre de la cintura, te apoye contra la pared y te bese hasta que se nos desaparezca el aliento? De verdad quieres eso?

Nuestras miradas fijas, sin movernos, sin decir nada, podíamos decirnos de todo a través de nuestros ojos.

—Lo quiero—contesta después de varios segundos.

Me acerco y beso la comisura de sus labios.

—Tu y yo tendremos un paseo esta noche—comento alejándome.

La escucho resoplar—. Tonto, sigues sin atreverte.

—No me retes, Blake.

Regreso a la sala y la veo sonriendo.

—Esa es la sonrisa que tanto me encanta.

—Espera—me detiene antes de pellizcarle las mejillas—. No podemos tener ese paseo, hoy tengo que regresar a casa.

Mierda. Casi lo olvido, su presencia hace que solo me centre en ella.

—Por favor, ven conmigo—suplico—. El viernes te regreso temprano.

—Espero que valga la pena quedarme—me señala con el dedo.

Sonrío y la cargo dando vueltas.

—Jay, me estoy mareando horrible—avisa.

La bajo con cuidado y acomodo su hermoso cabello.

—Tengo algo en mente para hacer esta tarde.

—Siempre me sorprendes—sonríe.

Desayunamos juntos, hablando como siempre tan liberales, a pesar de lo que ha pasado hace unos minutos no hay tensión en el aire, pero me ha dejado con la mente revuelta cuando dijo que quiere que la bese. Hablaba en serio?

Eso revela mucho y no tengo dudas que ella también se da cuenta que no puedo apartar la mirada de sus labios. Así como dije que me falta voluntad para alejarme de ella, pues también me falta para negarle un beso, y si me lo pide en algún momento no podré resistirme.

Almorzamos fuera cerca de mi casa y cuando regresamos comencé a sacar mi guitarra acústica mientras ella esperaba en el mueble.

—Hoy aprenderás a tocar guitarra acústica—me siento junto a ella.

—Ni de broma, soy mala para eso.

—Lo has intentado?—niega—. Entonces no podrías saber si eres mala o no.

—Si claro, entonces comencemos antes de que me arrepienta—arruga la frente.

Río y le paso la guitarra para que la sostenga.

—Primero ajusta las clavijas—indico.

Ella me queda mirando confusa y me río aún más.

—No es gracioso, qué es eso?

Señalo la parte superior de la guitarra.

—Se llaman clavijas de afinación, gira la primera y la tercera hacia la derecha—ordeno y lo hace bien.

—Ahora, sabes cuáles son las cuerdas?—bromeo y me empuja levemente con el hombro.

—Te encanta burlarte, no?

Sonrío.

—Mejor te ayudo.

Tomo su mano izquierda y pongo sus dedos en las cuerdas, posicionándolas en el mástil. La rodeo para tomar su otra mano y ponerla en la roseta. Dejo las manos encima y la guío. La melodía comienza a formarse de a poco, algo suave. Ella sonríe delicadamente y voltea para mirarme, le sostengo la mirada y bajo mi vista a sus labios, tan cerca otra vez, me acerco despacio y rozo sus labios con los míos, un roce que me encendió y me alejé, la veo con el ceño fruncido.

—Qué pasa, enojona?

—Te divierte dejarme así, no?

—Así cómo?

Ella no responde.

—Con las ganas de besar a alguien tan genial como yo, no?

Se sonroja al instante y me río, pero me acerco de nuevo para besarle el mentón y sigo hasta su cuello, ante el primer contacto se aleja. No se que me pasa, que no puedo alejarme.

—No ha estado tan mal esto de la guitarra, creo que al final si puedo aprender—se apresura a hablar.

Le dedico una sonrisa—. Tienes potencial, Blake.

Guardo la guitarra y espero que se cambie para llevarla al paseo. Al final le presté otra chamarra diferente, y admito que le queda muy bien. Tomo su mano para salir y subimos a la moto.

—Puedo saber a dónde vamos?—pregunta dejándose poner el casco por mí.

—Tu curiosidad es atractiva.

Se sonroja y beso su mano. Arranco hacia el lugar, al segundo no tardo en mirarla sonreír por el retrovisor, cada vez que la miro puedo sentir el resplandor.



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En el texto hay: romance y drama, drama

Editado: 23.03.2025

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