Todo sobre ti

⋆ 18 ⋆

Elena

Nos levantamos temprano, la luz del día aún no se aclaraba por completo. Jay me dijo que me quedara con una de sus chamarras, elegí la que es completamente negra con capucha, solo tiene un dibujo al medio de un cachorro sacando la lengua. Salí del baño y lo encontré sentado acariciando a Zeus, se percató de mí y su mirada me recorrió, cosa que me puso nerviosa.

—Te llevas mi favorita—muestra su radiante sonrisa y me estremezco.

—Oh, puedo elegir otra.

—No no, quédatela—se levanta para tomarme del rostro—. Eres hermosa.

Me besa dulcemente. Sigo sintiendo fuegos artificiales en el corazón cuando siento sus labios, es increíble la sensación. Aún tengo el recuerdo de ayer, ese beso me llevó hasta la luna. Se separa y ríe mirándome.

—Tan temprano sonrojada?

—Son tus besos que me dejan así—me atrevo a decir riéndome por su rostro sorprendido.

Me mira por segundos hasta que se acerca tomándome de la cintura y me empuja despacio hacia la pared que tengo detrás, me besa apasionadamente, respondo al instante tomándolo del rostro y me quejo cuando siento sus dientes mordiéndome ligeramente el labio inferior y nos separamos después por falta de aire.

Sus ojos brillantes me miran con ternura, mis ojos se posan en sus labios hinchados y me dan ganas de volver a besarlo.

—No me digas esas cosas, Blake—pasa el pulgar por mi mejilla—. Me vuelvo loco.

—Jay, es exactamente lo que pienso hacer—me acerco un poco—. Para que me vuelvas a besar de esa manera.

Elena no te reconozco, eres tú?

Ni yo me reconozco conciencia, o tal vez así soy cuando estoy con él, tan liberal.

—Es hora de irnos, Blake—se aleja llevándose mi mochila al hombro—. Antes de que no pueda despegar tu boca de la mía.

Me río por lo bajo y me dirijo hacia la habitación de su madre que sigue acostada mirando la ventana y me despido prometiendo que regresaré. Me despido también de Zeus que salta alegre. Abajo encuentro a Jay esperando en la moto, me subo y arranca. De lejos veo ese barrio con tristeza, deseando quedarme ahí siempre.

⋆ ⋆

No he dejado de abrazarlo desde que aparcamos cerca de mi casa. Él continúa acariciándome el cabello y la espalda.

—No quiero ir, menos tener que ver la cara de Louis.

—No hay alguna posibilidad de que no vayas?

—No, mi padre es muy estricto y me arrastrará ahí de cualquier u otra manera—aún recuerdo las palabras de mi padre ese día que regresó.

—Es injusto.

Me vuelvo hacia él para mirarlo—. Solo tres días.

—Te llamaré, ahí estaré para ti—me acomoda un mechón y asiento.

Me acerco despacio atrayéndolo hacia mí y él se adelanta besándome, despacio para grabar ese momento.

—Ve—pide en cuanto nos separamos—. Porque soy capaz de llevarte de nuevo entre mis brazos.

Mis ojos apunto de humedecerse, me acerco una última vez besándolo y me alejo pero volteo a verlo, nunca lo había visto tan triste, tuve que hacer el esfuerzo de caminar más rápido porque también sería capaz de regresar con él viéndolo así.

⋆ ⋆

Entré a mi casa con las llaves que siempre tengo. El vacío se hizo presente al momento de cerrar la puerta, y el color de mis mejillas abandonó mi cuerpo en cuanto me encontré de frente a mi padre bajando las escaleras. Tragué saliva.

—Buenos días papá—intento sonar relajada.

—Buen día—responde con frialdad—. Qué bueno que llegas a tiempo, qué tal estuvo la pijamada con tu amiga?

Lo miro confusa, pero se me viene a la cabeza que Sophia pudo haber dicho eso para cubrirme.

—Bien, la pasamos bien—contesto rápidamente.

—Ok, ahora ve a alistar tus cosas—arregla la corbata que tiene puesta—. Salimos dentro de una hora.

Prácticamente subo las escaleras corriendo, espero que no haya notado mis nervios. Agradezco no haberme encontrado con mi madre, ella si hubiera notado el sudor de mi frente a lo lejos. En cuanto entro a mi habitación me acuesto en mi cama, en segundos escucho entrar a mi hermana y se acerca.

—Regresaste!—se posiciona a mi lado envolviéndome con sus brazos—. Te he extrañado tanto.

—Sof no respiro—sigue abrazándome pero con menos fuerza—. También te extrañé, gracias por cubrirme.

—Me costó inventar una amiga, mamá hace muchas preguntas sobre alguien, en cambio papá solo escucha—hace una pausa para sentarse y se asoma una sonrisa pícara—. Cuéntame! Ya!

Si, le conté todo, cada mínimo detalle de esos dos días que pasé con él, con el chico de la sonrisa adictiva que empezaba a extrañar. El rostro de mi hermana sigue mirándome con asombro y cuando pudo reaccionar comenzó a saltar en la cama, muy alegre.

—No me lo creo—habla después de minutos de intentar calmarla—. Sabía que pasaría algo así, él babea y ni hablar de ti.

Sonrío por eso, pero recuerdo el fin de semana que tendré y desaparece mi sonrisa.

—Será el peor fin de semana—me tapo el rostro.

—Adivina quien persuadió a sus padres para ir—quito mis manos mirándola y sonríe.

—Cómo así? Qué bueno!—la abrazo.

—Tuve que pensar bien en mis palabras, les dije que debía estar esos días con ustedes porque soy parte de eso, y tu supuesta futura familia tiene que conocerme también—hizo comillas en futura familia y me reí.

—Gracias por eso, de verdad que necesitaba que estés ahí conmigo—la vuelvo a abrazar.

—Sabes que haré de todo para impedir toda esta tontería—nos separamos y la veo sonreír—Ah, Liam también irá, es mi novio obviamente.

—El día mejora mucho más.

—Oh sí—se levanta—. Ahora sí, comencemos a ordenar la maleta.

Se va a su habitación meneando las caderas y me río. Tres días, es todo. Ordeno la maleta, pongo las prendas que me gustan, incluida la chamarra de Jay. Al terminar me pongo un pantalón cargo negro con una camiseta amarilla. Antes de bajar reviso el mensaje que me ha llegado.



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En el texto hay: romance y drama, drama

Editado: 23.03.2025

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