Todo sobre ti

⋆ 22 ⋆

Elena

Abril se estaba acercando, admito que cada día no dejo de estar nerviosa, pero al menos las cosas han mejorado en casa.

Han mejorado en muchos aspectos, Louis y yo hemos estado más juntos para que nuestros padres nos vean, nuestro plan estaba funcionando, podía ver como mi madre se ponía feliz cada vez que él venía a recogerme para salir. Y en esas salidas he estado en realidad con Jay, mi novio. Nosotros estamos cada vez más cerca, y hemos pasado días grandiosos.

Con la discografía le está yendo bien, recién su nueva canción ha salido al aire y es todo un éxito.

Ahora estoy con él, en un parque, disfrutando del aire y el cantar de los pájaros, estoy apoyada en sus piernas mientras me pasa los dedos por el cabello. Lo miro concentrado en su ordenador, está empezando con su primer álbum.

—Eres la mejor inspiración para mi álbum, lo sabías?—ríe, posando sus ojos sobre mí.

—En serio?—me incorporo, sentándome.

—Por eso quiero estar contigo mientras escribo—sonríe.

Me acerco besándolo despacio y siento su piercing de la nariz en mi mejilla haciéndome cosquillas.

—Es un honor ser la inspiración.

—Puede ser que una de las canciones se llame chérie, así de enamorado me tienes—se acerca besándome la nariz.

Sonrío de nuevo y me apego a su lado, viendo el ordenador.

—Eres capaz de hacerlo—envuelvo mi brazo con el suyo.

—Lo voy a hacer, chérie—continúa escribiendo—. Te parece bien?

—Demasiado bien, ya quiero saber cómo será la canción.

Deja de escribir para apagar el ordenador y dejarlo a un lado.

—Por ahora necesito un descanso—se acerca tomándome del rostro—. Tengo mejores cosas para hacer.

Sonrío porqué sé exactamente lo que tiene en mente, finalmente me besa y se tumba encima mío. Sus besos son tan suaves y pausados. Al final terminamos nuestra sección de besos para irnos a su casa.

⋆ ⋆

He estado yendo a su casa varios días para pasar tiempo con él, mi madre sigue pensando que me voy con Louis, no puede ni disimular su sonrisa. Mi padre hace unas semanas regresó a París, a seguir trabajando.

Llegamos y como siempre Zeus me da una grandiosa bienvenida, lamiéndome el rostro. Me percato de su madre saliendo de su habitación con una sonrisa, llega hasta mí y le devuelvo el abrazo. Hace unas semanas su madre ha estado mejorando, ha salido varias veces a la sala o incluso a la cocina, Jay sigue sin creerlo cómo pero está contento por eso.

—Querida, siempre es bueno verte por aquí de nuevo—deshace el abrazo para mirarme.

—Es mi segunda casa—sonrío.

—Madre, estás bien?—pregunta Jay besando su frente.

—Si—suspira—. Te he repetido varias veces que estoy bien, hijo.

—Así te aburras, seguiré preguntándote—sonríe divertido y se dirige a la cocina.

Su madre voltea los ojos y se dirige a mí—. No tengas hijos, son molestos.

Me río junto a ella y pasamos a sentarnos en el sillón. De hecho ahora el sillón es nuevo y más cómodo, con el gran crecimiento de mi novio en la música, ha mejorado algunas cosas en su casa. Me pone tan feliz ver cómo sale adelante.

—Mierda!—aparece Jay mirándonos mientras se pone la chaqueta y coge sus llaves.

—Esa boca!—regaña, su madre.

—Olvide comprar para la cena, ya regreso—y desaparece por la puerta.

—Es tan...—la miro y tiene una mirada triste—. responsable.

En ese momento me doy cuenta que lágrimas corren por sus mejillas y me acerco para poner una mano en su hombro.

—Se siente bien?

—Si, solo que...—mira al techo y suspira—. Soy una mala madre.

—No es verdad señora Prey.

—Lo es—se queda callada unos segundos—. Mi hijo siempre me ha ayudado, me daba de comer todos los días, seguro que ni podía disfrutar más su vida por culpa mía, porque estaba postrada en mi cama, llorando por mi esposo—se limpia el rostro—. Él estuvo para mí, después de recuperarse, pero yo ni siquiera estuve para él cuando estuvo en coma, a punto de morir—llora aún más—. Casi pierdo a mi hijo también.

La abrazo mientras dejo que siga llorando, así como una vez Jay hizo lo mismo conmigo, me ayudó mucho a sentirme mejor.

—Jay la ayudó porque es su madre, él quería ayudarla y sabe que usted estuvo mal, fue comprensible—intento hablar para que esté mejor—. Estoy segura que él está feliz por verla cómo se recupera de a poco, tal vez no pudo estar junto a él en esos momentos, pero ahora no es tarde para estarlo.

La suelto despacio para que se sienta cómoda, y me mira secándose las lágrimas.

—Gracias Elena, por escucharme y ayudarme—sonríe y me contengo de no llorar también—. Me hace tan feliz ver a mi hijo enamorado, le devolviste la sonrisa.

Siento mis lágrimas asomándose y nos volvemos a abrazar. Hubiera querido que mi madre me hablara así como la señora Prey. Escuchamos la puerta y volteamos a ver a Jay con bolsas en las manos.

—Ha pasado algo?—tira las bolsas y se acerca a nosotras rápidamente.

—No hijo, tranquilo—me sonríe—. Tuvimos una charla bonita, es todo.

—Nos pusimos emocionales—me río.

Suspira pasando una mano por su cabello.

—Me estaba preocupando—regresa por las bolsas y las muestra, sonriendo—. Listas para cenar?

⋆ ⋆

Durante la cena, estuvimos hablando y riendo sobre las fotos de Jay de bebé. Unos minutos después su madre se despidió y fue a dormir. Yo sigo acostada en el sillón con Jay, abrazándome mientras juego con su cabello. Estar cerca de él me hace sentir en paz, en las mismas estrellas.

—Deberíamos dormir—comento, dejando un beso en su cabello



#5949 en Novela romántica
#547 en Joven Adulto

En el texto hay: romance y drama, drama

Editado: 23.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.