-¿Cómo se les ocurre decir semejante…-
-¿Realidad mamá?- Santi habla mientras sigue mirando a Pedro, como si tuviese visión de rayos láser.
-Pensé que…- dice Pedro confundido -tu siempre…-
-Bueno, bueno- Carol posa ambas manos sobre los hombros de Santi, tratando de relajarlo -es que tú sabes como es mi amiga de reservada, ja ja ja ja, y Santiago es tan- me mira pidiendo ayuda, pero no pienso seguir con esta mentira.
-¡Oh! Nila feliz cumpleaños- felicita otro récien llegado.
-Doctor Erickson, pensé que estaría en terapia- la voz de Pedro denota además de incredulidad por lo sucedido, molestia.
-¡Oh!, mmm la paciente cambio la cita- excusa -venía a felicitarte y…-
-¡Muchas gracias!-
-Caballeros, ya que todos felicitaron a mi mamá, ¿nos podemos ir?- pregunta arrastrándome a la salida, sin oportunidad de despedirme -Doctor E. recuerde su tutoría- termina cruzando por el pasillo y alejandonos de los curiosos.
-Se puede saber ¿qué acaba de pasar?, y ¿por qué tengo esto?- levanto mi mano, mostrando el dedo anular muy rojo y adormecido.
-No viste que el Doctor Erickson no dejaba de verlo- Santi se cruza de brazo más enojado aún -tuvo el descaro de preguntarme si me gustaría tenerlo de padrastro, ¡psh!, además que te invitaría a cenar por tu cumpleaños, así que… a problemas drásticos, soluciones drásticas, madrina Carol me ayudo-
-Carol ¿en serio?-
-¿Quién se cree?, simplemente porque me da tutorías y me lleva a los simposios de psiquiatría, piensa que se puede meter contigo y no… no es apego patológico, simplemente mi mamá se merece algo mejor- Santi mientras habla a la nada, emana enojo, celos y ya ni idea que más, porque su rostro muestra como si quisiera reducir a cenizas a quien se atraviese en su camino, mientras revisa su libreta de anotaciones.
-Carol, por favor deja de… puedes ayudarme a sacar esto, ya no tengo sensibilidad- trato de quitarme el anillo, pero es difícil.
-Mira Nila, si Santi me pide ayuda para matar a alguien yo me encargaría de dejarlo en la morgue sin huellas dactilares, así que… ¿qué importa esa pequeña mentirilla?, igual serviría para varias cosas… pero ¿por qué no sale?- comienza halar y nada que sale el anillo.
Me apoyo en el auto sujetando el dedo mientras ella lo hala.
-¡Pshh! además de gritona tiene malas mañas, ¿señora llamo a la policía?-
-Esa voz… además de neanderthal, es reportero de radio patio internacional- se burla el muy descarado.
-¿Ese es?- Carol, me mira arqueando una ceja viendo como entra al hospital -pero mira tú, bien que le reconociste la voz al papucho-
-Carol, obvio lo reconocí y no por el hecho que tenga la voz de recién levantado, sexy y me dé escalofríos, nooooo, sino, porque ese acento hace que quiera hacerle un exorcismo- “ajá sigue diciéndote eso” -pero mira como se va riendo el mal educado ese, ¡idiota!-
-Caramba, para caerte mal, muy bien que se te quedo grabado ¿no?, aunque no sé porque, pero su cara me es familiar… bueno tal vez fue de mis sueño más hu…-
-¡Carol! ¿Me vas ayudar o voy y le pido el número para ti?-
-Mmmm-
-¿Lo estás pensando?, te recuerdo eres casada-
-Disculpen señoras, pero se nos hace tarde- Santi golpea el vidrio del auto desde adentro, llamando nuestra atención.
-Sí, déjame ir a que me amputen el dedo y vamos a casa, amor-
-Exagerada, crema para manos se quita fácil, pero no perdamos el tiempo en cosas innecesarias, el colirio se fue y tú te tienes que arreglar para tu cita-
-Cierto, es innecesario, total me quedarían nueve dedos más- entro al auto buscando en mi bolso la crema para manos, giro el anillo hasta que por fin sale.
-Ves, sandez… ahora tu cita- toma el anillo colocándoselo.
-Para que quede en registro, no estoy de acuerdo con métodos aleatorio de búsqueda de pareja, es lo más absurdo, después de la pizza hawaiana, pero una promesa es promesa- declara mi hijo solemnemente.
-¿Promesa?- pregunto fijando la mirando de mi hijo a Carol y viceversa.
-Michi, es que si yo lo ayudaba a deshacernos del doc y de Pedrito, no se quejaría-
-Cada vez que me dices así no pinta bien la cosa y puedes por favor alejarte de mi hijo, no eres buena influencia-
-Claro, ¿por que los que hacen videos con filtros de perro, bailando hasta abajo o haciendo algún tipo de reto viral que compromete su integridad física o moral, no lo hacen?-
-Ella tiene un buen punto mamá-
-¡Oh mi Dios!, pero si mi hijo estaba en el auto-
-¡Ohh! ¿es el pequeño Santiago?, no puede ser si la última vez que lo vi era un bebé-
-Sí saben que el sarcasmo es el arma de los débiles e inseguros-
-Sí y por eso le doy buen uso- Carol responde por las dos haciéndonos reír, mi hijo solo niega con la cabeza.
Llegamos a la casa, a medio camino mi mente no dejaba de pensar en lo sucedido, es como si recordara una escena de algún telenovela, pero sin el drama, ni las viejas locas…
-¡PETRONILA!- siento como mi ojo derecho comienza a parpadear rápidamente.
-Oye, ¿pero qué te pasa?- reclamo, que si fuese caricatura de mis oídos seguramente saliera humo.
-Pues que estabas en Saturno o más allá, tengo media hora hablándote y no prestas atención-
-Ajá y por eso ME TIENES QUE INSULTAR-
-Jajajajajaja, Santi mira a tu mami el parpado ya comenzó a perrearle… perrea, hasta abajo, perrea-
-Madrina se llama blefaroespasmo, ¿cuántas veces tendré que explicártelo?-
-¡Aww! Pero que niño más inteligente, lindo y… si yo digo que le perrea el ojo, es porque lo hace-
-En serio Carol, ¿por qué sigo siendo tu amiga?- me toco el parpado, porque creo que esta reproduciendo alguna coreografía de Daddy Yankee.
-Porque eres la única que me aguanta y viceversa… además sabes que tu nombre no es feo es…-
-Extraño, poco común, olvidado, arma perfecta para bullying, paria social, destierro emocional, mmm, tengo más ¿te las digo?- Santi nos mira aburrido.