Todos Estamos Malditos

CAPÍTULO 1

Ainara 

Estaba cansada de la clase que daba la señora Reeves, estaba interesante la clase, pero no lo suficiente para acabar el cansancio que traía adentro. Me sentía fatigada, no sabía el por qué, estaba así desde la mañana. Ya eran las últimas horas de clase, solo eso me aliviaba. Luego, me vería con mi compañera de cuarto, Hannah, no la conocía mucho, pero fue muy amable conmigo. 

El alivio me duró unos minutos, pues, de pronto empezó a sonar un sonido similar a la de una ambulancia, era el sonido de emergencia del instituto, ¿Qué estaba ocurriendo?

La profesora estaba asustadisima, se podía ver en su rostro aunque fingía que estaba tranquila, su voz la delataba. 

— Por favor, mantenga la calma para poder evitar accidentes, todos salgan tranquilos, no pasa nada 

¿No pasaba nada? Si, seguramente que un alumno loco vino y provocó esto, clarísimo.

Todos salimos apresurados, algunos jalones recibí y casi soy aplastado, ajá, nadie le había hecho caso a la profesora Reeves, en fin, conseguí salir del salón y me dirigí hacia la multitud. 

Ojalá nunca hubiera salido. 

Ahí estaban todos los alumnos formando un círculo, adentro estaba el cadáver de Hannah, algunos murmuraban cosas, otros sacaban sus celulares y otros preferían estar en silencio.

Yo estaba en shock, la había visto en la mañana, pensaba formar una gran amistad con ella porque parecía buena chica, era amable y ahora estaba muerta, ¿Como había sucedido esto?

Me acerqué, pero al instante recibí un empujón, era la directora, ¿Qué demonios? Estaba empujando a todos los estudiantes y cuando llegó junto al cadáver de Hannah, gritó:

— ¡SALGAN TODOS DE AQUÍ! ¡FUERA!

Los policías que recién habían llegado nos alejaban a todos y nos llevaban fuera del instituto, el suceso había ocurrido en el patio central del instituto.

Cuando por fin llegué a la parte de la entrada del instituto, respiré, estaba asimilando todo, me parecía raro. Recordé que salí antes que ella esta mañana, insistí en esperarla, pero ella dijo que no, entonces me resigné y salí del cuarto, ahora ella estaba muerta, no lo entendía.

Pasaron minutos, algunos se fueron a sus respectivas residencias, pero yo estaba perdida en mis pensamientos hasta que escuché una voz que reconocía, era la maestra Reeves.

— ¿Era tu compañera de cuarto, verdad?

No la miré, seguía mirando a la nada. Además, ¿A qué venía esa pregunta? Apenas conocía a la maestra Reeves.

— ¿Es una pregunta o una afirmación? 

— Lo siento.

— ¿Cómo lo sabe? Los profesores tienen prohibido esa información.

— Pues, estaban juntas ayer, no me fue difícil concluir eso.

— “Era tu compañera de cuarto” — giré mi cabeza y la miré a los ojos — ¿Era?

— Los rumores dicen que quizás no sobreviva, me apena mucho que una alumna acabe así.

— No la conozco, no debería estar teniendo esta conversación con usted.

— ¿Ya sabes tu destino? 

— No entiendo a qué se refiere, tampoco me importa.

— Te cambiarán de cuarto y simularán que nada pasó, absolutamente nada pasó, eso dijo la directora.

¿Ah? No me lo creía, así que dije lo primero que se me vino a la cabeza.

— Mientes.

— ¿Tus fuentes? Lo sé porque la directora nos informó esto a los profesores, así que te quedarás callada.

¿Callada? ¿Venía del verbo callar? Porque esa palabra no la conocía, no sabía callarme.

— No, imposible.

— Yo te lo advertí, si no, pues pisa fuerte que las consecuencias son fuertes y es imposible mantenerse parada.

¿Me estaba retando? ¿Estaba dudando de mí? Acepto.

— Veamos si usted sobrevive.

— Hecho.

Y se fue, estaba claro que eso era una amenaza, no la conocía, pero con todo lo dicho era suficiente para hacerme una idea de la clase de persona que era.

Cuando me encaminaba a la residencia, mi celular sonó, lo saqué y a través de la pantalla pude ver su nombre, rodé los ojos. Se venía otro problema, aún así contesté.

— ¿Qué quieres?

— Esa no es la forma de hablarme.

— Perdiste todo el respeto que te tenía, ¿Algo importante que decir antes que te corte?

— Nos veremos muy pronto, prepárate.

Cortó.

Bien, tenía dos asuntos que resolver, ¿Sabía cómo? No, pero la vida es una y tenía que sobrevivir a todo esto. Afrontaría absolutamente todo, hasta al mismo demonio si lo tengo enfrente de mí.

No tenía miedo a nada, solo a mi misma y ellos deberían tener cuidado.

Estaba decidida a investigar, no conocía a Hannah, pero se me hacía injusto olvidar todo cuando hay una persona muerta en el medio del asunto.

 



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En el texto hay: misterio, drama, suspenso intriga misterio

Editado: 24.02.2024

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