Capítulo 19

Así pasaron los días, entre el trabajo y el gimnasio, y pronto llego el sábado.

Camine hasta la plaza con la bolsa de sándwiches que había estado preparando para hoy. Allí nos encontraríamos con Vanesa para ir juntas a la estación de bomberos. Nunca había ido pero con el GPS no sería un problema encontrarla.

Mientras esperaba a mi amiga oí de repente el sonido de la sirena de los bomberos. Automáticamente vino a mi mente el rostro de David y un nudo se me formó en el estómago... No podía evitar preocuparme, cada vez que ocurre un accidente él se pone en riesgo para salvar a quien sea, así como lo hizo conmigo. Espero que no sea nada grave.

Cuando aún se oían llega Vanesa, con cara de pocos amigos debido a que, para ella, las 11 de la mañana es temprano todavía. Sin embargo su maquillaje estaba perfectamente aplicado y su ropa escotada no faltaba. Llevaba una bolsa con algunas bebidas para no llegar con manos vacías.

Nos saludamos con un beso y nos encaminamos al sitio mientras charlábamos, a la par le escribí un mensaje a David para avisarle que estábamos en camino. No tardamos mucho en llegar a la estación, fue fácil reconocerla puesto que el frente estaba pintado de rojo y gris, en la parte superior rezaba el cartel de “Estación de Bomberos n°99”, un escudo y debajo las palabras: “Abnegación, sacrificio y honor” pintadas en amarillo como lema del cuerpo de bomberos. Todo el lugar inspiraba respeto y curiosidad por igual.

Como no vimos a David en el frente nos asomamos a la entrada que parecía un galpón enorme y vimos que el camión principal no estaba, era obvio, tuvieron una emergencia y salieron todos.

— ¿Qué hacemos?- preguntó Vanesa.

— No sé,- tome el teléfono y vi que mi mensaje no había sido leído aun.- Esperemos un poco, quizá…

— Hola.- Nos giramos y vinos a una chica de cabello rojizo con dos trenzas cosidas, llevaba en la parte superior una camiseta azul con el escudo de los bomberos y en la parte inferior un pantalón amplio, gris, con borcegos.- ¿Necesitan ayuda con algo?

— Hola,- dijo Vanesa decidida. – Vinimos a saludar a los bomberos que nos salvaron a mi amiga y a mi hace algún tiempo.- La chica sonrió.

— Son las amigas de David, ¿no?- Vanesa me miró y yo sonreí.

— Sí.- contesté.

— Vengan, pasen. – dijo señalando el interior de la estación.- David me aviso que vendría alguien, justo hemos tenido una situación, pero tranquilas, presiento que volverán pronto.

— No queremos molestar…- dije algo temerosa a entrar.

— No molestan para nada, es bueno tener más mujeres en la estación, para variar. Por cierto, mi nombre es Mónica, gusto en conocerlas.- dijo alzando su brazo como si fuese a hacer un choque de manos, luego lo retiro y se acercó para darnos un beso en la mejilla.- Perdón, estoy acostumbrada a estar con hombres todo el tiempo.

La chica nos hizo pasar hasta la cocina, un pequeño cuarto que tenía una mesa pequeña con varias sillas, una cocina y heladera, similar a cualquier casa, y nos explicó que los chicos habían recibido una llamada de la casa de una mujer que estaba enamorada de David. No pude evitar abrir los ojos sorprendida. Al parecer la mujer solía llamar muy seguido durante las guardias de David por incendios que ella misma generaba a modo de excusa para verlo. Y aunque todos saben que es un engaño, el protocolo indica que se debe concurrir de igual forma para corroborarlo. Es su sentido de responsabilidad.

Mientras hacia un té Mónica nos preguntó en qué situación habíamos conocido a David, le contamos lo de la explosión del café y lo recordó en seguida.

— Casos como esos no ocurren todos los días. Yo afortunadamente no estaba de guardia, pero los muchachos me contaron todo.- Nos ofreció una taza a cada una con la infusión y continuó diciendo.-David fue muy temerario, pero conociéndolo como lo conozco era más que sabido que desacataría la orden de retirada.- Le da un sorbo al té.- Él jamás abandonaría a alguien en una situación así, aun si las posibilidades son pocas él se lanza. Es el tipo más valiente que he conocido…. O el más tonto tal vez.- deja escapar una risa y continuó bebiendo. Aunque me agradaba que lo alabe tanto me generó un malestar en la boca del estómago, ella lo conoce más que yo y es una chica linda, no sería raro que tenga sentimientos por él y viceversa. ¡¿pero qué estoy pensando? ¡No puedo estar celosa!

Aunque no nos conocíamos la charla con la chica bombero no fue incómoda, Vanesa y su soltura sirvieron para amenizar la charla. Le preguntó cómo se unió ella al cuerpo de bomberos y Mónica sin problema nos contó algunas cosas de su vida.

Mientras hablábamos de eso oímos al camión de bomberos arribar al lugar. La primera en salir de la cocina y acercarse fue Mónica, nosotras permanecimos dentro y solo asomamos la cabeza. El camión estacionó y bajaron de él 5 personas, la más alta de todas era David, claramente, se quitó el casco y con rostro serio se puso a acomodar cosas al costado del camión, de espaldas a donde estábamos. Los otros bajaron después, riendo entre ellos.

— ¿Qué fue esta vez?- pregunto Mónica curiosa recargándose en la pared con los brazos cruzados. Uno de los bomberos de cabello corto negro y tez pálida contestó con voz seria.

— Dijo que encendió una vela y quemo "accidentalmente" el mantel de su cocina....-El chico ni se percató de nuestra presencia porque iba mirando el suelo, fue directo a guardar sus cosas al vestuario que estaba al lado. Luego dos chicos, uno con cabello castaño y otro con el cabello decolorado en mechas rubias se pararon en frente y mientras se quitaban los guantes continuaron contando.

— ¡Y luego fingió que se ahogaba con el humo para que David le hiciera respiración boca a boca!- Hicieron una interpretación exagerada de la mujer tosiendo y Mónica comenzó a reírse, ellos también y pronto estaban los 3 doblándose de la risa. Vanesa y yo nos miramos sorprendidas por lo que oíamos, aun estábamos dentro de la cocina.