Es Sábado a la tarde, ya termine de ordenar mi departamento y de hacer las compras para la semana, ahora es momento de prepararme para mi salida con Nicolás.
Voy a mi armario, para buscar qué ponerme: la mayoría de mi ropa es formal, para el trabajo, y solo tengo algunas calzas para el gimnasio y remeras holgadas. No tengo ropa “linda” para salir. Reviso con empeño las perchas tratando de encontrar milagrosamente un aprenda que me salve de no parecer una chica fitness o una mujer formal. Algo olvidado en el fondo del mueble que me haga lucir casual, luego de insistir y de revisar varios recovecos encontré un vestido azul que me había regalado Vanesa hace un par de años, tenia un scote en v y mangas 3/4. Está en buenas condiciones, sin manchas ni defectos ¿por qué no lo usaba? Decidí probármelo.
— Ah… ya lo recuerdo….- me dije mientras me miraba al espejo. - Es demasiado corto.
Más de la mitad del muslo está expuesto y no me gusta mostrar tanta piel. Más allá de ello la talla era la adecuada y resultaba cómodo.
— Tal vez si lo combino con una calza o un pantalón…
Comencé a probar combinaciones, al ser tan corto podía pasarlo como una blusa larga, así que lo combiné con unos jeans ajustados y voilà, asunto resuelto.
Luego me puse las botas y un sweater encima, cuando estaba por salir me vi al espejo: realmente no quedaba mal, pero tenía la cara demasiado blanca, seguramente por el frio de la época.
Entonces recordé las palabas de Vanesa quien siempre me insiste en que me maquille.
— Sí, ¿Por qué no?
Busque en el botiquín del baño mi maquillaje: el rímel y el labial, pinte mis pestañas y puse el rojo borgoña en mis labios, me volví a ver en el espejo desde varios ángulos, y me sentí atractiva. Quizá deba hacerlo más seguido esto… no me veo tan mal. ¿Será que me siento atractiva porque estoy ovulando?
Me tomé una foto. La primera salió horrible, realmente no estoy acostumbrada a posar, practique varias poses en el espejo hasta que logré tomar una foto decente. Luego recordé que podía usar filtros, y la imagen mejoro por completo. Realmente me veía linda.
Linda.
Esa palabra que parecía tan ajena a mí, ahora era un adjetivo que podía aceptar como propio.
Volví a ver la foto con el cabello suelto y mostrando mi sonrisa, realmente era una toma que dudo mucho que volviera repetirse, por lo que decidí subirla a mis redes, después de todo hacía ya tiempo que no actualizaba mis fotos. Luego salí de casa rumbo a la plaza que habíamos acordado con mi amigo de la infancia.
No tardé mucho en llegar, y cuando lo hice pude distinguir a Nicolás desde lejos, estaba montado en una moto roja llevaba una chaqueta marrón, jeans y zapatillas, estaba enfrascado en su celular, seguramente concentrado en el juego. Cuando me acerco lo suficiente para llamar su atención él alza la vista y se me queda viendo.
— Hola Nico, ¿cómo estás? ¿Me esperaste mucho?
— Ho… hola- dijo tras unos segundos.- No, para nada, llegue hace un momento.- luego me mira de arriba abajo y agrega con una sonrisa.- Te ves hermosa.- El cumplido hizo más efecto en mí de lo que hubiese imaginado.
— Gracias, pensé en arreglarme un poco, ¡para variar!- libero una risa para disimular la vergüenza.
— Hoy estas preciosa, bueno, al natural también lo estas, pero hoy….- en ese momento oímos el sonido de derrota del juego, Nico baja la vista a su teléfono y maldice.- ¡Ah rayos, me derrotaron!- No puedo evitar reírme de la situación.
— ¿No que eras muy “pro”,- hago comillas con los dedos,- en ese juego?
— Lo soy, pero me distraje cuando viniste.- No puedo evitar bromear con él.
— ¡Excusas! Meras excusas. Sigues siendo tan malo jugando como cuando íbamos a la escuela.
— Yo nunca pierdo, es solo que te viniste tan arreglada que yo no….¡arg!- empieza a frotar su mano por su cabeza alborotando sus cabellos rubios mientras mira a otro lado. ¿que se supone que significa eso?- Olvídalo… - Acto seguido me señala un banquito de la plaza.- Vamos a sentarnos, te enseñare a optimizar tu cuenta para subir más de nivel.
— De acuerdo.
Nico estacionó la moto a un costado y nos sentamos, abrimos nuestras cuentas y me comenzó a enseñar trucos en el juego, también me transfirió pokemones que me faltaban y él tenía repetidos para que completara la colección. Según él esto es una inversión, mientras más rápido yo alcance su nivel más pronto tendrá una digna oponente a la que enfrentarse. Esto me recuerda tanto a nuestra infancia y adolescencia, es como si nunca hubiera pasado el tiempo. Realmente me sentía a gusto, me alegra saber que Nico sigue igual que siempre.
Pasado un rato el frio de la tarde comenzó a hacerse presente, mi sweater era abrigado pero no daba abasto para contener calor suficiente y tuve frio. Aunque estábamos a gusto decidí marcharme.
— Nico, Nico, - dije para llamar su atención de la pantalla.- Ya hace frio, me tengo que ir.- Él miró alrededor como si acabara de salir de una capsula y notó que estaba oscureciendo y comenzando a bajar la temperatura efectivamente.
— Oh, pero recién comenzamos a ponernos al día… No, ¡Vayamos a un bar o algo! Sí, tuve que haberte invitado a un lugar así desde un comienzo. – volvió a mirarme.- Vamos, quédate un poco más, luego yo te alcanzo a tu casa.
Lo pensé un momento, realmente no sé cuándo volveremos a tener una oportunidad así, que me dejo llevar y acepto la invitación.