— ¡Mierda, mierda, mierda!- grito llena de impotencia.- ¿De todos los momentos tenía que ser justo ahora?
Me encuentro encerrada en el baño del piso 8, vestida solo con mi ropa interior en la parte inferior ya que la estúpida pollera decidió romperse en cuanto bajaba las escaleras. Afortunadamente nadie vio ni oyó el rasgado de la tela debido a la parcial oscuridad de las escaleras y al murmullo de la gente, pero en cuanto saliéramos al exterior sería algo indisimulable. Apenas lo note me separé de la multitud y me escabullí hasta los baños sin ser vista por nadie, pensé que solo se había roto una pequeña parte, pero en realidad ¡tenía todo el trasero al aire!
La situación me dio tanto enojo que las lágrimas brotaron solas.
Ahora no sé qué hacer, deje mi celular en mi escritorio en el piso superior y no puedo pedir ayuda. Si tan solo tuviera el hilo y aguja que siempre llevo en mi bolso podría repararla pero tengo miedo de salir del baño y que alguien se haya quedado y me vea semi desnuda. Yo solo… quiero desaparecer…
De repente oigo el ruido de unas fuertes pisadas y una grave voz me sorprende.
— ¡Guadalupe!- ¿Acaso es la voz de David?- Guadalupe ¿estás ahí?- Sí, tiene que ser él.
— ¡David! ¿Eres tú?- Respondo rápidamente. Al oírme del otro lado de la puerta él suspiró.
— ¿Guada? – asomo la cabeza por la puerta pero sin abrir la del todo. Él al verme suspira y se tranquiliza.-Ah… que alivio encontrarte. Estaba preocupado, pensé que te habías hecho daño. ¿Qué haces aquí? No es tu piso. ¿Porque no evacuaste?
— Hum… es que… tuve un inconveniente…- hago una pausa porque me da pena decirle lo que me paso, él alza las cejas como si se hubiera dado cuenta de algo con mi silencio, en seguida empieza a hacer gesticulación con las manos y comenta.
— Tranquila, lo que te pasa es normal,- dice con voz suave tratando de calmarme,- a muchas personas les da ganas de ir al baño cuando se ponen nerviosas…
— ¡No! – Grito.- No fue eso lo que me paso… No puedo salir del baño porque...
— ¿Te falta papel?- dijo interrumpiéndome.
— ¡Que no! Arg… solo… mi falda se rompió ¿okey?- dijo enojada.
— Oh… - hace un pequeño silencio, cayó en la cuenta.- ¿Mucho?
— Tiene un agujero en todo el trasero. No puedo salir así.- Hace una pausa.
— Qué problema…- comenta. En seguida empieza a desabotonarse la enorme chaqueta dejando ver su torso, desvié la mirada algo incomoda. Se la quita y me la ofrece. – Cúbrete con esto para que puedas salir, luego veremos cómo arreglar tu falda.
— Gra… gracias.- Tomo la chaqueta y noto que es más pesada de lo que parece, cierro la puerta y me la coloco. Me queda enorme, como un vestido que casi toca el suelo, las mangas larguísimas apenas dejan asomarse a mis manos. Me veo al espejo y me siento como esos niños que se ponen la ropa de sus padres para jugar. No puedo evitar reír desaforadamente. Tomo la falda rota y Abro la puerta para mostrarle a David. Él me ve y se le escapa una risotada también.
— Te queda enorme.
— Me siento un pingüino.
Luego de hacer un par de bromas más nos dirigimos al ascensor y subimos a mi piso, mientras buscaba mi bolso para coser mi falda David dijo que iría a recorrer los demás pisos por si acaso alguien más se quedó.
David me saco de este apuro, pero aún tengo que bajar y dar la cara a mis compañeros, mi jefe y… ¿me pregunto si Nico se habrá marchado? Iba delante mío mientras bajábamos las escaleras. Bueno… él no es de la empresa en sí, quizá le dejaron que se vaya…
Por cierto, Alejandro lucia molesto al verme hablar con Nico, ¿se habrá dado cuenta que nos conocemos? Si supiera que también me pidió salir… No quiero pensarlo ahora.
Fue entonces que vi mi teléfono brillar, lo tome y vi que tenía varias llamadas perdidas: De Nicolás, de Alejandro, ¿de Héctor? Porqué me llamo yo le dije que…Releo el mensaje que le mande y me di cuenta que escribí cualquier cosa, lo habré hecho preocupar.
Bueno en el horario de almuerzo le contestaré más tranquila, ahora tengo que terminar de coser esta maldita falda traicionera y volver antes que noten que no estoy.
Termino de coser con puntos firmes y me la coloco, se notan las costuras, pero al menos no se va a volver a abrir. Muevo un poco las piernas para confirmar su seguridad y parece que resistirá un poco, sin embargo me coloco encima mi sobretodo negro que me cubre gran parte de la zona en cuestion, por si acaso.
Juro que nunca más me volveré a poner esta cosa. Aunque me quede bien.
No tardó mucho en aparecer David.
— Hola.- dijo mientras le devolvía la chaqueta,- ¿Pudiste repararla?
— Si aunque más o menos… Giro un poco y levanto un poco el sobretodo para mostrarle la costura, él abre los ojos y luego mira hacia otro lado.
— T.. te queda ajustada.- Llevo su mano a su cabello desordenándolo un poco, parecía incómodo. No fue hasta ese momento que recordé lo que me dijo por teléfono la última vez y su promesa de decírmelo en persona. De inmediato me puse roja.
— Hum… deberíamos bajar ¿no?- dije cambiando de tema.
— Si, tienes razón.- Avanzo hacia los ascensores y toco el botón para llamarlo. Mientras esperábamos el ascensor el inhalo aire y luego de soltarlo con un suspiro sonoro comenzó a hablarme.
— Por cierto… no quiero ponerte nerviosa, pero allá abajo hay varias personas preocupadas por ti.
— ¿En serio?- dije asustada.- Pensé que pasaría desapercibida.
— No fue así, yo les pedí a todos los responsables del piso que hagan un recuento del personal y en seguida tu jefe noto que faltabas.- En ese momento el elevador llego y sus puertas se abrieron. Él me hizo una seña para que pase primero y eso hice, luego subió él y toco el botón de planta baja.- Luego un tipo alto canoso, de traje elegante vino buscando a su hijo y también pregunto por ti ,- Mis ojos se abrieron llenos de sorpresa, no se estará refiriendo a Héctor ¿no?- Y se puso a discutir con tu jefe.- Mis ojos se abrieron aún mas ¿Alejandro discutiendo con Héctor?- Bueno, en realidad no discutieron, porque justo apareció el chico de campera marrón y comenzó a pedirle una foto al otro tipo y…. – ¿Nico también metido en todo el asunto?