— ¿Entiendes lo que debes hacer?- Me preguntó David mientras nos asomamos a la ventana del tercer piso del edificio.
— Si lo entiendo… pero no sé si quiero hacerlo…
— Vamos, solo será bajar unos pisos en escalera automática. Cuando llegues abajo todos te aplaudirán.
— ¡Si, pero me verá todo el mundo! ¿Y si la escalera se rompe por ser muy pesada?
— Ya te he dicho que está diseñada para aguantar mucho peso, además irás junto a mí, no te pasara nada.- vuelvo a mirar hacia abajo como los compañeros de David alejan a las personas para que el camión pueda acercarse y maniobrar.
La solución de David era simular un rescate en altura, lo habló por radio con su superior y este accedió en seguida. Por otra parte me ahorraría tener que explicar lo que realmente paso puesto que quedaría como una actriz con la que se acordó previamente este simulacro… pero me daba miedo la altura.
— Esto es demasiado… ¿tu superior no se enfadara contigo por esto?
— ¿Bromeas? Lo que más le gusta es usar la autoescala, es su “juguete” favorito. Yo solo le di la excusa. Además creo que busca lucirse con el dueño de la empresa que era su compañero de la escuela.
— Está bien. Gracias David, tu siempre me salvas.
— Es mi trabajo, y lo hago con gusto.- dijo manteniendo la sonrisa, luego añadió. Pero que no se te haga costumbre por favor.- Reí.
— Trataré de que no.
Tome aire y me asome a la ventana, tal y como me pidieron, comencé a agitar los brazos como pidiendo ayuda, desde esa altura todos parecían hormigas. Oí como el Superior de David pedía a todos que se calmen mientras el camión de bomberos desplegaba unas escaleras metálicas como si fuese una grúa en nuestra dirección.
Como lo hacía muy lentamente aproveché el momento para preguntárselo, ya no podía aguantar la curiosidad.
— David.
— ¿Sí?
— Tu ¿no me ibas a decir algo la próxima vez que nos viéramos?- pude notar como trago saliva y mirando aun hacia afuera comenzó a rascarse la cabeza, claramente estaba nervioso.
— S… sí. Pero no creo que hoy sea un buen momento…. – volteo a mirarme- ¿podrías esperar un poco más? Te lo diré luego del examen.- Verlo tan avergonzado me causa ternura, y me da más certeza de qué es lo que siente por mí.
— De acuerdo.- contesto con mi mejor sonrisa.
En seguida llegó la escalera y David no tardó en subirse primero al borde de la ventana, introdujo una pierna y luego la otra en el canasto metálico que está en el extremo de la escalera. Cuando se apoyó por completo la escalera tembló. Yo trague saliva, ahora yo estaba nerviosa.
— Listo, ahora tu.- dijo extendiéndome las manos.
— No creo poder levantar tanto las piernas… por la falda.
— No hay problema, acércate lo más que puedas y yo te subo.
Hice caso y con una facilidad enorme David me tomo de la cintura y me alzo cual pluma, yo me sujeté de sus brazos y al ver la enorme distancia que nos separaba del suelo apreté con fuerza su chaqueta y cerré los ojos. Sentí como él me sujeto firme hasta sacarme de la ventana y lentamente me bajo. Cuando mis pies sintieron el suelo de la cesta de rescate volví a abrir los ojos y me encontré a su lado. Aferrada a sus brazos.
— ¿Estás bien?- Asustada asentí con la cabeza.- Voy a dar la señal para que nos bajen, se va a mover un poco pero no tengas miedo, estas segura.- Volví a asentir con la cabeza, David sonrió y alzando el brazo dio la señal. Inmediatamente la grúa y la cesta temblaron, yo me asusté y de inmediato me aferre al torso de David. Él me rodeo con uno de sus brazos mientras con el otro se sostenía de la baranda. En todo momento me hablaba y me decía que todo estaba bien y que ya faltaba poco.
Cuando estábamos cerca del piso oí aplausos, pero no fue hasta que finalmente tocamos el suelo que pude despegarme de David y con ayuda de Mónica baje de la cesta de rescate.
Las primeras en acercarse fueron Oriana y luna quienes tenían los teléfonos en las manos, me dijeron que me habían filmado y que luego me pasarían el video. Que fui muy valiente por ofrecerme a hacer esto y que por qué no se los había advertido, para así sumarse ellas también a la actuación.
Pero aunque las oía no las escuchaba, estaba concentrada en buscar a 3 personas en particular.
Y las encontré.
Héctor, Alejandro y Nicolás estaban a unos metros, uno al lado del otro observándome. Nico movía su mano divertido mientras filmaba. Héctor con las manos en los bolsillos, relajado, y Alejandro de brazos cruzados con su cara más severa de lo normal.
— Mierda.
Fue entonces que la potente voz del oficial a cargo se oyó por el megáfono.
— Señoras y señores, damos por finalizado el simulacro de incendios.- los aplausos comenzaron a sonar por toda la calle.- Permítanme agradecer principalmente al señor Mausser por colaborar como todos los años con el departamento de bomberos n°99 de la capital, un aplauso para él…- Dijo señalando la escalera y pude observar como el Ceo de mi empresa había logrado subirse a la canasta metálica donde yo había estado previamente y movía los brazos orgulloso mientras los aplausos se intensificaban y algún que otro empleado lame botas gritaba halagos para él.- También para nuestra colaboradora en cubierto, la señorita Godoy que hizo un excelente trabajo como “victima”- Ay dios, quería que me trague la tierra. Solo pue sonreír forzadamente y mover levemente las manos saludando mientras la cara me ardía de la vergüenza.- y por último y no menos importante, a todos ustedes que respondieron tan satisfactoriamente a las instrucciones, supieron mantener la calma y evacuaron perfectamente. Un aplauso para ustedes también.- Los aplausos siguieron un poco más. – Les pedimos que, ordenadamente, vuelvan a entrar al edificio para seguir con su rutina laboral.
Un “uhhh” de decepción de oyó de fondo, pero no había caso, estábamos en horario laboral y había que seguir trabajando, aunque lo de hoy perduraría en los comentarios de todo el día.