Capítulo 44

Todavía podía sentir el perfume de Héctor en mí, ¿Cuál usa? Es muy rico, seguro es uno caro.

Me agradaba su aroma, pero no podía llegar a la cita con Nicolás con ese perfume, para mi pesar tendría que bañarme otra vez.

Me comencé a quitar la ropa para higienizarme, mientras lo hacía vi mi cuerpo de refilón en el espejo. Vi los rollos que sobresalen de mi cintura, las estrías que se asoman en las partes más prominentes. También la celulitis que conozco de memoria su ubicación… ¿Qué pensaría cualquiera de estos hombres que me piden salir si me vieran así? ¿Querrían tener intimidad conmigo? ¿Se arrepentirían de su decisión?

He estado haciendo algo de ejercicio, gracias a eso he bajado unos quilos y endurecido algunas partes fofas, aun así estoy muy lejos del cuerpo “ideal”. ¿Estarán bien con “esto”? me dije mientras giraba a un lado y otro observándome con detenimiento.

• ¿tú que dices señor bigotes?

El felino que había entrado conmigo al baño se limitó a lamer su pata derecha y procedió a lavarse las orejas con ella ignorándome completamente. Liberé un suspiro y me metí a la regadera.

Me di una ducha rápida y me puse la ropa que había elegido. Pocas veces tenía la oportunidad de lookearme para un concierto de rock así que decidí maquillarme un poco los ojos con sombra negra, me pinte los labios de un color oscuro y me puse una vieja pulsera con tachas que aún conservaba desde la adolescencia. Me sentí como esa vez en casa de Vanesa, cuando me puse su vestido, jugaba a ser otra persona: una chica ruda y rockera que no le importa el qué dirán… aunque en verdad sigo siendo la gordita insegura con corazón de pollo de siempre.

Tome el teléfono para ver la hora y me encontré con un mensaje de David, lo había mandado hace tiempo pero no lo había visto por estar con Héctor.

“Ya está. Fue duro pero creo que lo hice bien.”

“ahora solo resta esperar, los resultdos estarán en una semana.”

Rapidamente teclee:

“tranquilo, estoy segura que saldrá todo bien, has estudiado mucho”

“mientras tanto hay algomas que me mantendrpa ocupado…”- Acto seguido manda un archivo. Lo abrí rápidamente y era una imagen promocional de un evento de competición de bomberos.

“Competencia de Habilidades Bomberiles 2025”

Con la dirección en donde se llevará a cabo y la fecha: el próximo fin de semana.

“Espero que puedas asistir, me haría muy feliz si me alentaras desde las gradas”

Sonrío como tonta al ver el teléfono.

“Si claro que iré. Quieres que lleve un cartel alentando al cuartel?”

“Noooo"

"No por favor, seguramente mi madre lo hará…"

"que vergüenza…”

“Jajajajaja”

“Si quieres invita más gente, es un evento familiar: habrá juegos para niños, clases de rcp, te puedes sacar fotos con los camiones…”

“que bien, puede que le diga a Vanesa que me acompañe”

“Bien!”

“Y luego de la competición… ¿te gustaría ir a dar un paseo?”

“Solo nosotros dos.”

“Me encantaría.”

“Perfecto! Entonces nos vemos la semana próxima!”

Me siento en el sofá junto al señor bigotes y lo abrazo fuerte, haciendo que él se queje y casi me arañe la cara.

— ¡Por fin David me invito a salir! – grito.- ¿Sera que por fin me dirá que le gusto?

— MAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaau

El señor bigotes se retuerce y se escapa de mis brazos, molesto. Me enoja su actitud: me sigue a todos lados pero no se deja querer, pero siempre fue un gato gruñón, qué se le puede hacer.

Veo la hora en el teléfono y ya casi son las 7, la hora en la que habíamos quedado encontrarnos con Nico en la estación. Tomo mi cartera y salgo disparada al lugar del encuentro, no quiero hacerlo esperar.

Cuando ya estaba cerca de la estación pude divisarlo, estaba vestido con una campera de cuero negra con tachas, una camiseta blanca, llevaba unos jeans oscuros ajustados y borcegos. En la cintura llevaba unas cadenas y llevaba su cabello despeinado, haciéndolo lucir descuidado pero Cool.

Estaba concentrado viendo su celular, apoyado en una de las columnas de la estación.

Cruce la calle, ya estábamos en la misma vereda, solo nos separaban unos cuanto smetros, pero entonces detengo mi caminata, ya que un par de chicas se le acercan, supongo que son conocidas suyas porque le hablan muy confianzudamente, él alza la vista y les responde con una sonrisa. Eran lindas, llevaban ropa entallada que hacia lucir su delgadez, cabello bien peinado y muy femeninas. Opté poresperar en una de las columnas un poco mas lejos, no quería interrumpir su charla. Justo en ese instante hacemos contacto visual y la sonrisa de Nico se amplía. Contemple como les contestó algo mas y, pasando entre medio de ellas, vino a encontrarse conmigo.

No sé qué les habrá dicho, pero las caras de las chicas fue una mezcla de asombro y decepción.

— Hola Guada, ¿cómo estás?- dice mientras me da un beso en la mejilla.

— Bien pero… ¿está bien que dejes a esas chicas así?- se voltea a verlas por sobre el hombro, estaban algo aturdidas hablando entre ellas sin dejar de mirarnos.- ¿son tus amigas?

— Para nada, solo son dos desconocidas que me invitaron a tomar algo con ellas, pero les dije que no podía porque estaba esperando a la chica más linda del mundo.- dijo mientras pasaba su brazo por encima de mi hombro.

— ¿eso les dijiste?

— Claro

— Con razón me miran de ese modo.

— Allá ellas. - Contesto subiendo los hombros como si no le importase.- ¿Lista para el concierto?!

— Claro.

— ¡Pues vamos!

Tomamos el tren hasta llegar al estadio donde se llevaría a cabo el recital. Nico no había llevado su amada motocicleta porque temía que se la dañaran o robaran mientras estábamos en el concierto, y como era un lugar cerca podíamos ir y venir en tren sin problemas. Llegamos al lugar y ya había bastante gente, tuvimos que hacer una fila hasta que abriesen las puertas, mientras esperábamos muchas personas que también venían al concierto se acercaron a saludar a Nico, me conto que algunos eran amigos con los que jugaba al Pokemon, otros motociclistas y otros más amigos con los que hacía deportes…. su vida social es muy amplia.