Todos quieren a la gordita

Capítulo 52

— ¿Teatro?- pregunte mientras la botella de agua quedaba a medio camino de mi boca.

— Así es, - dijo Héctor,- Debes estrenar el vestido nuevo en algún sitio, ¿no? Qué mejor que en una obra de teatro. ¿Has ido alguna vez a una?

El día anterior había recibido un mensaje de la tienda de Giovanno en la que me avisaban que mi vestido ya estaba listo para ser retirado. Cuando se lo comenté esta mañana en el gimnasio a Héctor en seguida lanzó la invitación.

— ¿Cuentan las de los actos escolares?- Contesto. Él dejo escapar una risa.

— Te va a encantar, te lo aseguro. – Dijo echándose la toalla al hombro. - Sacaré los boletos para este sábado.

— Aun no te he dicho que sí.- Comenté riendo, buscaba hacerme de rogar un poco, pero él no me lo permitió: se acercó y colocando su índice bajo mí barbilla me hizo alzar la cabeza, hasta que sus profundos ojos azules y los míos hicieron contacto.

— La última vez me dejaste porque tenías un compromiso, ¿recuerdas?- Su voz cautivante me impedía responder con naturalidad, apenas pude asentir.-Te la dejé pasar porque era nuestra primer salida, pero esta vez no aceptaré un no como respuesta. Dedícame todo el día a mí, ¿de acuerdo?- Mi rostro estaba caliente por su cercanía, moví la cabeza de arriba debajo de nuevo sin pensarlo y él se alejó.- Bien, entonces nos vemos el fin de semana. – Deposito un beso en mi mejilla, muy cerca dela comisura de los labios.- No puedo esperar a que llegue ese día.

Héctor se marchó, yo me mire en el reflejo de uno de los espejos del gimnasio: estaba roja cual tomate. Apoye la botella de agua fría en mi mejilla para tratar de calmar el calor.

Aun no me puedo acostumbrar a la cercanía de él, me pone nerviosa siempre. Cada vez que se acerca me seduce y yo me quedo sin poder hablar… y eso me molesta, porque aunque reconozco que soy dubitativa él se adelanta y decide por los dos las cosas, me gustaría poder ser más audaz, como él.

Por su parte Nicolás me ha seguido escribiendo como si nada, hablamos del concierto, del juego de pokemon y nos mandamos memes chistosos como si nada. A veces me pregunta cómo voy con los demás “candidatos”, yo no le digo nada, obviamente, pero sigue asegurando que él es mi mejor opción. Sin embargo no me ha vuelto a invitar a salir, ¿estará esperando a que esta vez lo haga yo? Debería hacerlo, pero primero debo aclararme, decidir correctamente todo. Con todas las actividades que he estado teniendo apenas y puedo tener un momento tranquila en casa para meditar adecuadamente sobre todo esto: En la semana, cuando llego a casa del trabajo, apenas como y me desmayo en la cama. Al día siguiente voy al gimnasio, me ducho, voy a trabajar, vuelvo y se repite la historia. Y los últimos fines de semana he tenido más citas y salidas que en toda mi vida junta… es increíble.

Además estos días en la oficina han sido caóticos y llego mas abrumada de lo normal, ya que Alejandro ha estado más ocupado que de costumbre: tenía más reuniones, le traían papeles de otros departamentos para que revise y por consiguiente me ha derivado más tareas a mí y a todos los de la oficina. A su vez todos los días salía a almorzar con el señor Mausser por lo que apenas y podíamos estar a solas en algún que otro momento. Usar el celular para comunicarnos no parecía ser una opción con él, porque simplemente no respondía, y cuando lo hacía enviaba simples monosílabos o palabras escuetas que no dejaban ver nada de cómo se sentía ni lo que quería en verdad.

No fue hasta que Alejandro me solicitó buscar unos registros viejos al depósito que pudimos vernos en persona, puesto que, mientras buscaba dichos papeles, él mismo se apareció atrás mío.

— ¿Qué haces aquí?- le pregunté.- ¿No que necesitabas urgente los regis….

Sin pensarlo se abalanzo sobre mí y me beso apasionadamente arrinconándome contra un archivero viejo, lleno de polvo, clavándome las manijas en la espalda.

Me tomó totalmente de sorpresa su accionar puesto que nunca habíamos hecho algo así en el trabajo, el miedo por ser descubiertos me hizo apartarme.

— Alejandro, puede venir alguien.- Susurré. A lo que me contesta.

— Nadie viene por aquí hace años. ¿No ves las telarañas?- Murmuró mientras bajaba a mi cuello.

— Sí pero Ale…- Un suspiro escapa de mis labios cuando besó mi cuello, evidenciando que en verdad me gustaba lo que estaba haciendo. Él lo noto y volvió besarme y envolverme entre sus brazos. Aunque apenas podía rodearme el abdomen. Seguimos así un poco más y cuando satisfizo sus ansias se alejó un poco y dijo.

— Cómo extrañaba esto.- Apoyo su cabeza en mi hombro y suspiró sonoramente mientras aun me abrazaba. Yo aproveche para recuperar el aliento y hablarle mientras acariciaba su cabello.

— Supongo que esta sobrecarga de trabajo que estamos teniendo es porque ya le dijiste al CEO que aceptabas el puesto, ¿verdad?- Él asintió.

— No volveré a tener una oportunidad como esta en la vida.- Dijo acariciando mi espalda con suavidad. Alzó la cabeza y mirándome con sus oscuros ojos añadió.- Perdón por ponerte en esta posición tan incómoda.

— ¿Te refieres al hecho que me tienes apoyada contra un archivero polvoriento o a la sobrecarga de trabajo por tu transferencia al sur?- Dejó escapar una risa.

— Supongo que ambas.- Retrocedió un paso para que pudiera incorporarme.

— Gracias, y descuida: Quiero apoyarte con esto. Y estoy segura que todos en la oficina también te respetan y admiran. Cuando se enteren de que todo es por la transferencia se pondrán felices por ti.

— Mientras tanto me odiaran por sobrecargarlos de trabajo.- Apreto los labios conteniendo la risa.

— No voy a mentirte.- dejamos escapar unas risas.

En seguida volvimos a la oficina para no levantar sospechas entre nuestros compañeros, primero uno y luego el otro.

Esa misma tarde recibí un mensaje de David contándome que había aprobado el examen y ahora había pasado a ser el Suboficial Principal Sánchez. Obviamente lo felicité con mis mejores stikers y gifs. Además me contó que, gracias a la publicidad de la prensa local, habían recibido muchas donaciones al departamento de bomberos y que podrían comprar más herramientas y mejorar las instalaciones. Me puse muy feliz por ello también.




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