Ya van 15 días que estoy aquí.
Luego que desperté de la paliza que me dio ese tipo, Derek, me encontré atado a la cama nuevamente. Pero esta vez con esposas, de esas que usan los policías. Tania me curo las heridas y dijo que fue mi culpa por no hacerle caso. Descubrí que había contratado a los matones para que la ayudaran a trasladarme por el túnel del sótano y a modo de “guardias de seguridad” para evitar que yo me escape.
Todos los días ella venía a la habitación, me daba comida en la boca y me tocaba constantemente, a pesar de que le decía que se detuviera ella no hacía caso. Mientras me acariciaba me hablaba constantemente de los planes que tenía para nosotros. Al principio me dedique a discutir con ella, pero era como hablar con una pared. Opté por ignorarla, mirar hacia otro lado y no responder, entonces Tania se enojó.
Me dijo que no me alimentaria a menos que vuelva a hablar con ella. Trate de resistirme… pero luego de un par de días sin comer ni beber tuve que ceder. No estoy dispuesto a morir así, y aunque fue humillante le hablé. Con solo mencionar lo radiante que se veía ese día bastó para que me ofreciera agua y alimento nuevamente. Pero la verdad es que ruego a cada minuto que se marche de la habitación para poder descansar de su acoso.
Al parecer su plan es quebrar mi espíritu, volverme sumiso para hacer todo lo que ella soñó, que básicamente es: casarnos, irnos a vivir a Narnia y tener 20 hijos y 20 hijas. Ah y ya tiene pensado todos los nombres ¡Vaya, un problema menos!
Cada que ella salía de la habitación a cocinar o algo yo trataba de romper las esposas, pero lo único que conseguí es dejarme en carne viva las muñecas. Mi única vía de escape es aprovechar los momentos en los que voy al baño.
Para orinar, solo me ofrece una botella, y para lo otro pide ayuda a los matones: Uno de cabello rubio que se cubre el rostro con un barbijo llamado Jonh, y el otro de pasamontaña llamado Derek. No creo que sean sus nombres reales, son demasiado Yankees para serlo, más bien son apodos para no revelar su identidad real. Estos días he podido analizarlos y estudiarlos a ellos también: Uno es el cerebro y el otro el musculo. Mientras Derek me suelta las esposas de la cama y me coloca unas con cadenas más largas para caminar el otro me apunta con un arma para que no me “pase de listo”. En una ocasión trate de zafarme del musculoso y el rubio de barbijo me disparo a milímetros del pie. Es hábil, no es broma la puntería de ese tipo, y los derechazos del musculoso tampoco.
El baño al que me llevan esta justo en frente de esta habitación/cárcel, es un cubículo totalmente cerrado, sin ventanas y sin ningún objeto que pueda utilizar para abrirme las esposas, aunque si encontrara un clip no sabría cómo usarlo, siempre he visto que en las películas los usan para abrir cerraduras pero ni idea como lo hacen, además mis dedos son grandes y no podría sujetarlo bien.
En una de esas salidas al baño he hablado con el que se hace llamar Derek, a pesar de que el otro matón, más mesurado, lo reprendía por soltar la lengua.
Me contó que pertenecía a la fuerza, supongo que a la marina y que los nudos que tenía en las muñecas el primer día aquí eran de su autoría. Pero que tuvo una pelea con un compañero y termino matándolo, acto seguido tuvo que desertar para evitar la cárcel. Supongo que desde ese entonces se metió en esta organización criminal. También aseguró que se dedica a hacer lo que mejor sabe hacer y es noquear gente. Presume tener el puño pesado y derribar a todos de un solo golpe. Quedo asombrado por el hecho que haya sido capaz de aguantarle un puñetazo antes de desmayarme.
— Si no estuviéramos en esta situación ya te habría retado a un duelo.- Llego a decirme. Podría asegurar que le agrado.
A los 20 días del secuestro Tania dijo que tenía que ir a comprar más víveres, al parecer no contaba con mi voraz apetito porque dijo que, de lo que había comprado para un mes, ya no quedaba nada, así que se iría por toda la mañana. Para asegurarse de que no escape me dejo en el cuarto con los matones:
Ambos no parecían llevarse bien, apenas se hablaban y era exclusivamente para reprenderse. Uno lo llamaba aburrido y otro cabeza hueca.
Para pasar el tiempo me ponía a contar hamburguesas en voz alta
— …98 hamburguesas, 99 hamburguesas, 100 hamburguesas, 101 hamburguesas…
— ¡Ya cállate de una vez, gordinflón!- grito molesto Derek.
— 102 hamburguesas, estoy aburrido, 103 hamburguesas …
— AHHHHHH ¡ya basta!- se agarraba la cabeza.
— Iré al baño- dijo de repente el rubio que tampoco me soportaba.- tu quédate mientras tanto.
— No te tardes, de lo contrario me volveré loco.
— Imagínate como estoy yo, 109 hamburguesas, 110 hamburguesas …
— Arg… gruñó molesto.
Jonh saco su llave, abrió la pesada puerta de metal y salió cerrando nuevamente a puerta tras de sí. Mientras tanto Derek se desplomo en la silla viendo el techo. Cuando me asegure que el tipo serio se alejó lo suficiente alce la cabeza y susurre.
— Oye Derek, suéltame y tengamos una lucha.- El tipo giro la cabeza hacia mí, no podía verle la cara por completo pero estoy seguro que mis palabras lo hicieron sonreir. Parecía debatirse porque miraba el reloj y la puerta.
— No.- giro la cabeza hacia otro lado.
— Oh vamos viejo, llevo días aquí atado, los músculos se me están atrofiando. Apenas me puedo mover.- dije zarandeando las manos y haciendo tintinear las esposas.
— Díselo a tu noviecita, ella es la que te mantiene aquí.
— Tania no es mi novia, tengo una chica allá afuera a quien quiero convertir en mi novia. ¿Tú no tienes a nadie así?- dije apelando a su empatía.
— Na… no me interesa, solo quiero luchar con personas fuertes.
— Bueno, entonces luchemos.- Derek se cruzó de brazos. Estaba negado pero volví a insistir.- Vamos, tú mismo dijiste que pocas personas pueden aguantar tus puñetazos que son como balas ¿Vas a desaprovechar la oportunidad?