Capítulo 71

— ¡Guada, espera!!!

Me detuve en seco. Otra vez su voz…. No puede ser, lo escuche tan nítido…

Entonces me gire para ver a Alejandro y comprobé que él también había escuchado la voz, no eran alucinaciones mias. Él se dio la vuelta y su rostro normalmente inexpresivo se llenó de sorpresa. No me digas que…

Ale dirige su vista hacia mí, yo lo mire esperando una confirmación de que no estaba loca. Él se limitó a sonreír y susurró con ternura

— Creo que ya no me necesitarás.- Él soltó mi mano y con un gesto señaló hacia atrás.

Temblando me voltee lentamente y vi como dos guardias de seguridad sostenían con mucho esfuerzo a una persona que no paraba de avanzar arrastrándolos a ellos con él. Tenía la ropa sucia y rasgada, un brazo vendado y la cara magullada, pero podría reconocer ese rostro en cualquier parte.

En ese instante mis manos fueron a mi boca intentando ahogar un grito de felicidad.

— ¡David!

— ¡Guada!- Grito librándose al fin de los guardias y corriendo en mi dirección.

Yo hice lo mismo y abriendo los brazos lo recibí. Él me abrazo con fuerza y me alzo del suelo haciéndome girar varias veces, mientras yo hundía mi rostro en su cuello. Estaba ahí, era él. ¡David estaba vivo!

Me bajo con cuidado en el suelo sin soltarme y sin dejar de verme a los ojos dijo.

— Fiuuu que bueno que los chicos me trajeron en el camión con la sirena ¡De otro modo no habría llegado a tiempo!- Temblando mis manos se dirigieron hacia su rostro, estaba bastante magullado, incluso un ojo estaba poniéndosele morado, pero era él.

— David…. Pensé que ya no te volvería a ver, que moriste en ese derrumbe…- los ojos se me estaban volviendo nublados por las lágrimas.

— Es una larga historia… pero ahora estoy aquí y hay algo muy importante que necesito preguntarte.- Él hincó una rodilla y sosteniendo mis manos exclamó.- Guadalupe Godoy, ¿quieres ser mi novia?

La alegría invadió mi ser, sin poder contener la felicidad manifesté mi respuesta:

— Claro que sí, tonto.- e inclinándome sostuve sus mullidas mejillas entre mi manos y lo besé.

Pude sentir sus cálidos labios que creí nunca más volver a sentir

— Disculpen.- Un hombre uniformado toco el hombro de él.- Usted no está autorizado a estar aquí, debe retirarse.

¡Claro! Estamos en el aeropuerto, mi vuelo está a punto de salir. Yo estaba a punto de irme con Ale… Una buena dosis de realidad vino de repente a mí.

Me giré para ver a mi jefe y lo encontré hablando con la azafata. Volví a ver a David y me aferre a él, ahora que lo tengo aquí no quiero separarme de él.

— Lamento haber sido tan inoportuno ¡Créeme que si hubiera podido venir antes lo hubiera hecho sin dudarlo!- dijo frunciendo el ceño.- ¿quieres hablar con tu jefe?- Yo asentí con la cabeza pero me aferre a su brazo, no lo quería soltar y él parece que tampoco a mí. Entonces ambos oímos la voz de Alejandro acercándose.

— Ten,- dijo extendiéndome un papel.- es para que te devuelvan la maleta, debes ir a la parte de reclamos de equipaje. Puede que ya esté embarcada y no la puedas recuperar, en tal caso deberás esperar a que regrese el vuelo…- tome el papel algo confundida y sin saber bien qué decirle.

— Alejandro yo…- el me miro directo a los ojos, esos ojos negros profundos que siempre adivinaban lo que yo quería sin que le dijera una sola palabra.

— Tranquila. Todo está bien… No hace falta que lo digas.- Apoyo su mano en mi cabeza y me despeinó un poco el cabello. Luego vio a David y con rostro serio le dijo.- Cuídala, y no vuelvas a hacerla llorar de nuevo.

David apretó mi mano y lleno de resolución le respondió.

— ¡Lo prometo!

— De acuerdo, entonces me marcho.- se volteo y comenzó a caminar por el largo pasillo que lo llevaba al avión.

— ¡Gracias Ale!- Le grite. Él, sin voltearse, se despidió moviendo su mano. Y metiendo las manos en los bolsillos lo vi alejarse.

Volví la vista a David y hundí mi rostro en su pecho. Lo abrace con fuerza y él me correspondió. Ahora estábamos juntos y ya nada podría separarnos.