–Esmeralda–
Me vine a Ciudad de México a seguir mis sueños de ser una gran actriz y aquí estoy trabajando en una taquería hace ya 3 años.
—Esmiii, ¿qué tal Tinder? —me dijo mi amiga mientras servíamos.
—Bueno, el chico me respondió: "No, tranquila, no busco sexo" —dije fingiendo la voz de un hombre.
—Que le escribiste tú —me interrumpió mi amiga.
—Si solo buscas sexo, bye —le dije; mi amiga empezó a reír.
—¿Y cuántos hombres te han escrito o con cuántos has hecho match—
—5 o 3, no sé, pero solo he hablado con 2 —le dije.
—Oye, ¿y si después vamos a ese bar? —me dijo Luna, enseñándome el bar de enfrente.
—Me encantaría, pero hoy sale la nueva canción de mi artista favorito—
—En serio creo que ya sé por qué estás soltera, por ese tal Grabiel—
—Es guapo, no lo niegues—
—Y mujeriego —me dijo mi amiga mientras ponía un plato de comida en mi mano.
—Bueno, sí, todos los hombres son iguales, pero es guapo y tiene buena voz —le dije mientras le devolvía el plato.
—Oye, no eres lesbiana —dijo Luna, poniéndose enfrente de mí.
—Que no —le dije.
—Oye, si lo eres, dilo; no me enojaré ni tampoco pensaré que te gusto—
—No, no soy lesbiana, solo que no llega el hombre indicado —le repliqué.
—Debería preocuparte, Esmii, tus padres quieren nietos—
—Tú eres como su hija y pronto serás mamá —le dije jugando.
—Oye, ¿sabes que yo sí soy bisexual y puedo estar con una chica? —dijo mi amiga haciendo un baile divertido.
—Bueno, pero mira, atiende a aquellas chicas de allá que están levantando la mano desde hace 5 minutos —le dije.
—Y por qué no vas tú —me replicó mi amiga.
—Porque hoy es mi cumpleaños —le dije.
Después de que mi amiga se fue a atender a las chicas, miré mi celular; había 20 notificaciones y una de ellas era de Javier, quien me decía:
—Oye, deberíamos conocernos más; yo también busco algo serio. —Después miré su perfil y me dije a mí misma: "¿quieres solo sexo?". En eso, mi amiga me asustó.
—Oye, el jefe me dijo que te quería ver—
—Me asustaste —le dije, guardando el teléfono y después caminando donde mi jefe.
—Hola, Patrick, Luna dijo que me quería ver —le dije.
—Si hoy es tu cumpleaños y te quería regalar esto —me dijo, dándome un reloj.
—Vaya, es lindo, gracias —le dije dándole un abrazo.
—Oye, si quieres, solo haz un turno —me dijo Patrick.
—No, yo quiero hacer los dos turnos, gracias por el reloj y por la consideración —le dije. Este sonrió y se fue; él era un buen hombre. En eso, miré a alguien conocido en el bar de al lado, pero no le di importancia.