–Javier–
Desde que me descargué Tinder, no paro de pensar en Esmi, pero me da nervios escribirle y a la vez pienso que solo quiere sexo y ya.
—Oye —me gritó Grabiel—, ¿vendrás a ayudarme a pensar en una nueva canción?
—Sí, ya voy —le dije—, pero primero tengo que ir a grabar unos anuncios—
—Ok —me dijo este.
Camino al estudio de grabación, una fan me reconoció.
—Oye, ayer te vi en Tinder, ¿por qué no me has dado match? —me dijo esta.
—O lo siento, es que no lo uso casi porque tengo tantas cosas, pero cuando lo use te daré match.
La chica se puso muy alegre y se tomó una foto conmigo. Al llegar al estudio de grabación, mi padre estaba enojado.
—Llegas tarde—
—Perdón, una fan me pidió foto—
—¿Qué es esto? —dijo mi padre, enseñándome una captura de pantalla de mi perfil de Tinder.
—Padre de seguro es una cuenta falsa—
—Y crees que me la creo —dijo mi padre, enojado.
—Padre, sabes que hay gente que hace bromas con actores, cantantes, etc., y usan su foto. Soy figura pública—
—Ok, te creeré, pero si eres tú, búscate una novia, no solo sexo; imagina la mala imagen que nos darías—
—Padre, es obvio que no busco sexo—
—Bueno, pero no dejes embarazada a nadie por ahora, ¿ok?
—Por favor, padre —dije haciendo un pequeño berrinche—, no soy ese tipo de hombres; mejor grabemos el comercial, ¿ok?
—Está bien —dijo mi padre.
–Esmeralda–
—Guapo, lindo, muy mayor, no es mi tipo, solo busca sexo.
—¿Qué haces? —me dijo mi amiga, viéndome escondida en el baño. Rápidamente tiré el teléfono al suelo.
—O mira —dije, cogiéndolo.
—Estás viendo hombres sin ropa —dijo mi amiga sonriendo.
—No solo miraba los perfiles de Tinder, pero solo hay personas que no son mi tipo—
—Oye, ahí no encontrarás al Bryan —dijo mi amiga entre risas.
—Ja, ja, qué divertida —le dije.
—Ok, vas a ir a la cena de trabajo esta noche, ¿verdad? Patrick me rogó que te convenciera—
—Sí iré —le respondí—. Solo me ayudas a arreglarme—
—Le gustas, ¿sabes? —me dijo Luna.
—¿A quién? —le dije.
—A Patrick veo cómo te mira y la verdad creo que él sí es tu tipo—
—Que va —le dije—. Es mi amigo y yo su amiga; además, es mi jefe y yo solo una mesera que quería ser actriz, pero no pudo buscar sus sueños—
—Pues yo —dijo Luna— me caso con el taquero, está guapo y es dueño de un local, ¿no crees?
—Tú, lo que quieres son tacos gratis —le dije.
—Me conoces tan bien; unos tacos gratis no le hacen daño a nadie —respondió Luna.
Mi amiga se fue y en eso vi a Patrick desde lejos. —No creo ser la indicada para ti —dije.