—Ay, amiga, mejor alístate para la cita —me dijo mi amiga.
—Mira —le dijo, enseñándole el teléfono y la información de Javier.
—Vaya, es un actor, es falso el perfil —me dijo mi amiga.
—Verdad tenías razón de dudar, el perfil es falso —le dije.
—Es que desde que lo vi era obvio que era falso, quien quiere una relación seria y se ve así de guapo, ¿verdad? —me dijo mi amiga viendo las fotos del chico.
—Y sabe lo peor, es amigo de Grabiel y no lo sabía —le dije.
—Vaya, eso es nuevo, pero ¿por qué te preocupa? Solo bloquea al perfil falso y vamos a la cita —me dijo Luna mientras se metía a Tinder.
—Ni se te ocurra —le dije.
—¿Por qué? —me respondió esta.
—Lo citaré a un restaurante y cuando llegue el falso, porque es obvio que no es el real, lo atraparé con las manos en la masa —le dije bien entusiasmada.
—Sabes que puede ser un secuestrador y que no solo llegue él, sino más hombres —me dijo Luna.
—Ay, amiga, tú estarás ahí y si me pasa algo malo, llama a la policía —le dije confiada.
—No eres detective, Esmi— me replicó mi amiga.
—Por fiiiii —le dije tratando de poner cara de perrito tierno.
—Ok, deja de hacer eso que parece que quieres hacer popo —me dijo mi amiga— y está bien, pero quiero que sepas que, si te quitan las tripas, no será mi culpa—
—Ay, tampoco seas tan optimista, todo saldrá como yo quiero—
—Pero irás a la cita de hoy, ¿verdad? —me dijo mi amiga.
—Oh, claro, se me olvidó, y tú no me ibas a llevar a comprar ropa —le dijo, enojada.
—Iremos a comprar ropa y después te cambiarás en la tienda e irás a la citaaaaa —me dijo mi amiga dando un grito.
—Sabes que la ropa se debe lavar antes de usar —le dije.
—Ya deja de ser tú y disfruta esta cita—
—Está bien —le dije mientras agarraba mi cartera y salíamos a esperar el autobús.