Todos son iguales (comedia romántica)

Capítulo 13:

Chat con Javier:

Esmi: Hola, Javier, quiero invitarte a una cita.

Javier: Vaya quien habla después de ignorar mi último mensaje.

Esmi: Está bien, si no quieres, me voy.

Javier: No, si quiero ir a la cita donde nos veremos.

Esmi: Es este café Café*********.

Javier: Está bien, nos veremos ahí.

—Acepto —le grité a mi amiga, quien estaba conmigo.

—Por Dios, me puse nerviosa, qué miedo —me respondió esta.

—Oye, si no quieres ir, déjamelo todo a mí; ya soy capaz de defenderme, ¿o no me viste en la última cita? —le dije.

—Lo sé, pero por las dudas me quedaré lejos y, si por casualidad es el actor, cuando termine tu cita le pido un autógrafo. No lo conozco, pero sería maravilloso —me dijo mi amiga bromeando.

—Sí, como que sí va a ser el a saber cuánto dinero nos quieren robar —le respondí.

Al siguiente día me bañé y me alisté. Era el día domingo, fui al café y mi amiga se sentó unas mesas lejos, pero fue conmigo. Horas pasaban y todavía no llegaba...

Chat con Javier:

Esmi: Estás bien, ¿por qué no llegas?

Javier: Ya voy, solo que no encuentro mi playera...

Chat con Luna:

Esmi: Es obvio que es un estafador; dice que no encuentra su playera...

Luna: Está más que claro.

Ya me estaba aburriendo de esperar, pedí un café y estaba segura que me iba a decir.

''Lo siento, no puede llegar, no encontré mi camisa''.

"Oh, está bien".

''Qué tal, mañana o nunca''.

al siguiente día:

''Lo siento es que se me perdió la mano y no puedo llegar''

''Oh, está bien, ¿quieres que te mande dinero para el doctor?''

''Si un millón de pesos no estaría mal''.

En eso sentí un golpe detrás y volteé y era mi amiga.

—Deja de soñar —me gritó bajito— y espera a ver si llega—

—Es obvio que no, porque sabe que él no es Javier —le dije en voz baja.

—Es verdad, jajajaja —me dijo mi amiga riendo; en eso se quedó viendo directo a la entrada.

—¿Qué pasa? —le dije, pero esta me ignoró.

—Ay, no seas tonta —dije, pero en eso volteé a ver a la entrada del café y solo vi unas manos pegarle a la mesa. Mi azúcar se bajó, mi corazón se detuvo, mi respiración bajó, mis ojos se sorprendieron y mis piernas empezaron a temblar. —Mierda—




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