–Luna–
Al día siguiente, antes de que entrara a trabajar, Grabiel me escribió que me iba a pasar a recoger para la cita. Me pasó a recoger y después llegamos a su casa.
—Hola, Katy —le dije a su hermana que estaba ahí.
—Hola, Luna —me dijo con una sonrisa—. Qué bueno que vuelvas a salir en otra cita con mi hermano—
—Sí —le dije sonriendo.
—Oye —interrumpió Grabiel—, ¿quieres ver una película o ir a otro lugar?
—Ver una película —le dije.
—Ok —me dijo mientras nos dirigimos a la sala.
Empezamos a ver una película y en eso le dije.
—Oye, ¿quieres que vaya a traer agua a la cocina? Es que me dio sed—
Él me miró y me respondió: —No, a mí no me traigas nada, solo ve y toma agua tú—
Era la cita más aburrida que tenía. Sí le había mentido a Esmi, pero, o sea, solo ver una película, aunque sea, habla conmigo.
—¿Qué quieres? —me dijo Katy que estaba en la cocina.
—Oh, solo un vaso de agua, ¿me lo regalas, por favor? —le dije.
Katy agarró un vaso y sacó agua de la llave, agua de filtro, y en eso me dijo:
—Oye, ¿te agrada mi hermano?
—Si es muy amable —le dije.
La sonrisa que esta tenía se borró, me volteó a ver y me dio el vaso con agua bruscamente y en eso me cayó en la ropa.
—Oh, lo siento —me dijo mientras buscaba un trapo para limpiarme.
—No te preocupes —le dije, quitándome la camisa.
—Oh, por Dios —dijo esta al verme.
—Que tengo algo —le dije buscando algo en mi cuerpo.
—No, nada —me dijo.
—Ah, no me digas, ¿nunca has visto a otra chica desnuda? —le dije.
—No —me respondió—. Además, no estás desnuda, estás con tu brasier —dijo con la cara gacha.
—Que no te dé pena —le dije. En eso escuchamos.
—Oh, perdón —era la voz de Grabiel.
—No te preocupes —le dije mientras este se cubría los ojos—. Solo me mojé la camisa; ¿tienes una secadora o algo para secarla? —dije.
—Sí, si quieres te la pongo a secar —me dijo Katy.
—Ok, gracias, te acompaño —le dije.
—No, tú estás en una cita con mi hermano, ve con él —me respondió.
—No es problema que acompañe a Katy a la secadora y me quede esperando a que se seque, ¿verdad? —le dije a Grabiel.
—No, no es problema —dijo este.
—Vez —le dije— solo es un accidente, vamos—
Bajamos a la secadora que se encontraba en el sótano y podía ver los nervios de Katy.
—Oye, está bien, no te pongas nerviosa —le dije.
—Es que no me entenderías —me dijo.
—Por favor, entiendo a la desquiciada de Esmii, ¿cómo no te entenderé a ti? —le dije sonriendo; ella sonrió.
—Sí, pero Esmi es diferente —me respondió.
Pusimos la camisa a secar y esperamos. Vi cómo trataba de verme, pero a la vez le daba pena. La secadora se paró y me puse la camisa. Subimos y terminé de ver la película con su hermano.
—Espero volver a verte —le dije a Grabiel mientras me iba.
—Yo también —me respondió.
—A ti también —le grité a Katy.
Un taxi pasó a traerme y me llevó directo al trabajo.