—Tengo algo que decirte —me dijo este.
—¿Qué pasó? —le dije.
—Es algo del corazón, así que será una charla larga o corta, no sé. Vamos a tu cuarto —me dijo.
—Yo también tengo charlas del corazón —le dije mientras subíamos— y mi padre ya me aconsejó y le diré que sea mi novia mañana o hoy —dije seguro de mí mismo.
—Ok —me dijo— entonces será fácil—
—Dímelo —le dije.
—Te acuerdas de Luna —me dijo.
—La amiga de Esmeralda—
—Bueno, llevamos en citas el mismo tiempo que tú con Esmeralda —me dijo.
—Y eso que —le respondí.
—Bueno, le he demostrado mi amor, ella me ha invitado cosas también y pienso que le gusto; hasta trata bien a mi hermana, por lo cual quiero decirle que seamos pareja ya—
—Ok, eso es apresurado, pero creo que sí, yo le diré a Esmeralda y llevamos el mismo tiempo —le dije.
—Entonces me apoyas —me dijo.
—Claro —le dije—, imagina, seríamos novios al mismo tiempo, hasta podríamos casarnos el mismo día—
—Ok, eso es muy pero muy apresurado —me dijo Grabiel, temblando.
—Vaya que tienes nervios —le dije.
—¿Qué tal? —me dijo—. Si les decimos hoy en la noche, las invitamos a una cita: tú a donde quieras y yo a mi casa, y les decimos—
—Ok, pero ¿por qué a tu casa? —le dije.
—Porque mis padres otra vez no están y tengo que cuidar a mi hermana, ¿no te acuerdas?
—Ya está mayor —le dije.
—Y eso que no la dejaré sola en esa gran casa; además, a Luna le agrada, y mi hermana y ella son amigas —me respondió—. Será una cita magnífica, los dos seremos novios y mi hermana nos felicitará—
—Me parece excelente —le dije.
—Ya quiero que sea de noche —me dijo.
—Ok, pero primero hay que invitarlas porque tal vez les toqué turno de noche, ¿no crees?, y no puedan venir —le respondí.
—No es problema, verás que podrán y por fin la besaré en los lindos labios que tiene —me dijo Grabiel.
—Sí, pero no vayas a tomar alcohol o imagínate que la beses y se empiece a hinchar —dije tratando de hacer un chiste.
—Oye, eso no es divertido —me dijo.
—Oye, tú siempre haces chistes rancios —le respondí.
—Ok, me iré y me avisas qué te dice, porque eres mi amigo y quiero también tu felicidad —me dijo mientras se iba.
—Bueno, bye—