–Luna–
Llegamos a mi casa y Katy se quedó en el taxi.
—Oye, vas a irte —le dije.
—Sí, tengo que ir a tranquilizar a mi hermano—
—Oye, ¿puedes solo quedarte un rato conmigo? —le dije.
Katy me vio temblar y se bajó del taxi sin antes decirle.
—Oye, te volveré a pedir, así que estate atento. —Después se bajó y entró conmigo.
—Lo siento mucho —me dijo.
Me dirigí a la cocina y saqué agua. —Oye, ¿gustas un vaso con agua? — le dije.
—Sí —me dijo.
Después nos sentamos en el sofá.
—No te disculpes, es mi culpa —le dije.
—Pero cómo va a ser tu culpa, mi hermano trató de violarte —me dijo.
—No, no por eso —le dije—, solo que estuve yendo a citas con tu hermano y lo confundí—
—¿Por qué? —me dijo.
—Tu hermano me pidió ser su novia—
La cara de Katy demostraba algo de tristeza —y que le dijiste—
—No, que no me gustaba—
—¿Qué? —dijo Katy, escupiendo agua.
—Sé que estuvo mal desde el principio; debí decirle que no me gustaba—
—¿Y por qué seguiste teniendo citas con él si no te gustaba? —me preguntó.
—Para verte a ti —le dije.
—Para verme a mí no ocupabas hacer eso —me dijo.
—Oye, discúlpame, todo es mi culpa, solo lo hice porque—
—¿Por qué? —me dijo.
—Me enamoré de otra persona—
La cara de Katy volvió a verse triste —de Javier.
—No— le dije— es lindo, pero no—
—Entonces—
—Que no te das cuenta —le dije.
—¿De qué? —me volvió a decir.
—Me enamoré de ti desde el primer día que te vi...
Un silencio abundó en esa sala por un minuto largo.
—Oye, disculpa, tenía que decírtelo; ya pasó un mes y sabía que un día te lo tendría que decir—
Katy me miró con una expresión de ternura.
—Es broma, ¿verdad? —me dijo.
—Porque lo sería —le dije.
—Luna —me dijo; en eso, sin pensarlo, esta se tiró encima y me besó...