–Javier–
Era raro; Esmeralda no me había escrito, pero ya era hora de la cita. Fui a su apartamento y toqué unas veces, pero esta no contestó, así que me dirigí a la taquería donde trabajaba, donde Patrick salió.
—Esta esmeralda aquí —le dije.
—No, ella no trabaja en la mañana —me dijo.
Le había escrito hace rato a Grabiel para contarle y este tampoco me respondió, solo me envió un emoji. En eso, mi teléfono sonó.
—Hola, Esmeralda —le dije.
—Hola, Javier —me contestó.
—¿Dónde estás? —le dije.
—Conmigo —interrumpió un hombre, cuya voz se me hacía conocida.
—¿Quién eres? —le dije.
—El futuro esposo de Esmeralda —me dijo.
—¿De qué hablas? —le dije.
—Mira —me respondió— tengo a Esmeralda secuestrada—
—¿Qué? —dijo Patrick, que estaba cerca de mí.
—¿Cuánto quieres? —le dije.
—No quiero nada, solo quiero que vengas a esta dirección solo, sin ningún policía, o la que sufrirá es ella—
El hombre cortó y mire a Patrick.
—Oye, iré por ella y llevaré a la policía—
—Pero te dijo que no —me dijo.
—Oye, yo sé lo que hago. Ten —dije dándole mi teléfono.
—Llama a mi padre y dile que venga aquí y, si algo malo pasa, que me vaya a buscar a esta dirección. —Me fui a la comisaría y le dije a la policía, la cual mandó a un grupo de policías conmigo, pero tuve que pagar un dinero, porque no querían ayudar.