¿tomarás la mano de un asesino?

Capítulo 1 Día uno

«Ningún ser humano conoce los límites de su locura, nacen siendo inocentes, pero la crueldad del mundo te puede convertir en un monstruo. Y entonces, ¿quién es en realidad el culpable?»

 

Desde que uno nace, al crecer, poco a poco va tomando consciencia de que sus acciones van a influir en gran medida en su futuro.
Sobre todo cuando al nacer, llamas la atención con solo segundos de existir.
Es inevitable que tu futuro se tuersa aún más.

Fui llamado: «Un regalo del cielo», por mis padres.
Pero, fui especial para muchos, cuando vieron que parte mi cabello negro, tenía un llamativo mechón blanco.

Menuda mutación genética.

Yo tengo poliosis.

No recuerdo mi infancia, pero estoy seguro que no fui visto con buenos ojos, menos por los niños de mi alrededor.
Mi padres me contaron con tristeza que fuí empujado por uno de esos niños, y eso provocó que desde los ocho años no recuerde nada de mi pasado, ya que sufrí una grave lesión en mi cabeza.

La cicatriz aún está ahí, y es la prueba de que aquello sucedió.
Ese infortunio de mi niñez, fue recompensado con el cariño y apoyo de mis padres. Y yo se los retribuí con ser un buen hijo.

Pero tal vez, nunca estuve preparado para muchas cosas en mis veinte años de vida. Algo como...

Presenciar el asesinato de otra persona.

No estuve listo para sentir la adrenalina del miedo y terror de tener al frente mío a un asesino, el cual estaba dispuesto a desaparecer cualquier evidencia de su repugnante acto. El cuchillo que sostenía en su mano izquierda, la sangre impregnada en el estaba siendo limpiada por la incesante lluvia de esta fría noche, mientras él me veía fijamente a los ojos.
Y yo estaba ahí, congelado como un pequeño animal, que estaba a punto de ser degollado por su depredador.

Solo pude pensar una sola cosa en mi absoluta resignación.

¿Eso fue todo en mi vida?

Sintiendo que aquel asesino, que a duras penas podía distinguir su silueta, se acercaba de forma rápida hacia mi.
Di dos miserables pasos hacia atrás, en mi intento nefasto de huir.
Solo para percatarme que él ya estaba a centímetros de mi, acercando su rostro hacia la mía.
Lo único que pude notar era que tenía una gran cicatriz a los costados de su boca.
Haciéndolo ver, como si tuviera una sonrisa macabra.

Al sentir que él iba a levantar aquel cuchillo sobre mi, para acabar con mi corta vida.
Cerré mis ojos de forma abrupta, solo para darme cuenta que su mano derecha había agarrado mi mentón, soltando una escalofriante voz grave y áspera que me dejó más helado de lo que ya estaba:

—Conejo.
Encontré a un conejo de dos colores.

Tenía tanto miedo, que mi voz solo tartamudeó:

—¿Q... Qué?

—Y uno muy especial.
Mi querido conejo, por fin te tengo.

Oír aquella respuesta, solo aturdió más mi mente.

¿Qué demonios..? ¿No me matará?

—¿Qué... qué quieres de mi? —Alcé la mirada con temor.

Un escalofrío recorrió en todo mi cuerpo.
Y solo pasé saliva en seco.

Bastardo, loco.

El fuerte viento hizo que su capucha cayera y su rostro fuera descubierto en su totalidad.
En un contraste abrumador, para mi sorpresa, él tenía el cabello de color blanco. Un color tan puro que contrastaba de su mirada retorcida.

—No, ese no es tu verdadero rostro.
Tú y yo somos iguales.
Aunque trates de negarlo, eso será imposible.
Piensa bien, el porqué no te maté.

Mi mente se quedó en un profundo dejà vú con solo oír aquello. Nuestro encuentro apenas tenía minutos, pero sus ojos me miraban con tanta familiaridad. Que hacia invadir en mi cuerpo, un miedo más profundo.

Sabía que no eran ciertas sus palabras. Pero mi consciencia no actuaba de la misma forma que mi cuerpo, apretando mis manos con fuerza, aún cuando estos temblaban.

Apreté mis dientes con frustración y sacudí mi cabeza para soltarme de su agarre, dando una respuesta inmediata:

—Ellos igual te...

Sonriendo satisfecho, él me interrumpió:

—No me encontrarán, no pueden hallar a alguien que ya murió, hace mucho tiempo.

Con solo escuchar su respuesta, fue suficiente como para cuestionarme que solo estaba teniendo una pesadilla muy larga. Una de la que será difícil despertar.

Él se volteó al terminar de hablar y con una mano, agarró del pie aquel cuerpo inerte, arrastrándolo como si fuera un saco de basura. Cuando miré el rostro de la víctima, es ahí que noté que aquel hombre, tenía toda la boca cortada.
No era difícil pensar que aquello lo hizo cuando él aún estaba vivo.

Lo único seguro es que mi estómago estaba revuelto. Lo suficiente como para vomitar en ese instante, y sentir aún más frío por la fuerte lluvia que no paraba.
Ni siquiera podía sostener mi paraguas que había caído en el piso, porque mis manos no dejaban de temblar.
Y mi mente no dejaba de oir sus palabras, como un eco que no cesaba en repetirse.

El lugar estaba vacío, ya que era un callejón desolado que conectaba hacia la otra calle. Callejón que usé para llegar más rápido a casa, pero ahora sé que fue una terrible decisión.
Ya todas las personas se habían ido a refugiarse de la lluvia. Solo era una alma solitaria, que había presenciado la entrada a su propio infierno.

Cuando llegué a casa, de inmediato fuí atendido por mi madre. Eufórica, me hizo muchas preguntas sobre el porqué de mi estado actual. Pero yo solo le contesté de que el malestar se debía a que había enfermado de gripe, por estar expuesto a la lluvia por mucho tiempo.

Como era de esperarse, su reacción fue darme de inmediato muchas medicinas para aliviarme y me mandó a descansar temprano. Ya que tenía que ir a la universidad mañana.

Las noticias de la mañana se oyeron claras al ir a la sala, a penas desperté.
La voz que narraba aquella noticia, era seria, pero a la vez preocupada:



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En el texto hay: psicologico, asesinos, boyslove

Editado: 10.04.2023

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