Atareado entre el desayuno, mi cámara y utensilios para lograr las mejores fotos del todo país si lo se, soy un poco egocéntrico pero en realidad es que solo trato de darme todo el animo posible sumado a todo el esfuerzo y dedicación que le dedico a mi trabajo, y todo para dejar a mis clientes satisfechos y contentos.
Sabía poco de la mujer con la que me encontraría en pocos minutos pero lo que si sabía era que justo hoy estaba del peor ánimo para una sesión, pero daría lo mejor de mí como siempre en cada reto propuesto.
Trataba de no complicarme tanto solo me había despertado con el pie izquierdo pues tenía algunos problemas que resolver y había tenido una noche fatal pensando cómo podía solucionarlos, y uno de mis tantos defectos es a veces pensar demasiado las cosas.
Después de un baño relajante y un buen desayuno por fin llego a mi estudio, le pregunto a Carla, mi asistente y amiga de muchos años después de saludarla, por la cliente que por la hora ya debería estar esperándome, cosa que no era así, pues parece mentira el largo trecho entre lo que debería ser y lo que es realmente, me dice que efectivamente no ha llegado pero si ha confirmado la sesión.
Cuando justo doy la vuelta para disponerme a poner todo el orden mis ojos quedan clavados viendo la imagen mas hermosa y electrizante que había tenido la dicha de presenciar en toda mi jodida vida, como si de un mismísimo imán se tratara no podía apartar mis ojos de tan radiante y perfecta criatura, sus brillantes ojos y resplandeciente rostro decían mucho mas de lo que quisiera, cuando logré recobrar la conciencia de donde estaba y que realmente no tenia ni idea de quien era la diosa griega que tenia al frente noto que este fugaz, sublime y casi irreal momento no había pasado desapercibido para ella, sus ojos y su estática postura frente a mi me lo gritaban a boca cerrada. Al parecer estaba perdida pues la vi pasar otra vez por al frente del estudio y podía verla perfectamente porque la puerta era de cristal y me preguntaba quien era esa bella criatura que había logrado acelerarme el pulso de una manera que no me esperaba, no sabía quién era pero lo que si sabía era que le había gustado y había logrado cambiar su día y su estado de ánimo.
Quince minutos después, ya un poco menos tenso y listo para empezar pues ya Carla me había avisado que había llegado por fin la esperada cliente, mi sorpresa es cuando veo entrar a la criatura que instantes atrás me había sumergido en ese excéntrico torbellino de emociones, no daba crédito a lo que veía, pero lo que no podía entender era quien era el hombre que entraba detrás de ella con cara de letrero machista “perro bravo, ya tiene dueño” rompiendo con la mágica y fantástica atmósfera que se había creado entre los dos, donde por cierto no había cabida para un tercero y como consecuencia dando paso a un torbellino oscuro y tórrido para mi.