Torikago San -La historia de un asesino-

Capítulo 1 -El inicio-

Era un día frío y luminoso de Enero, el reloj daba las 14. Sasaki Jun, el detective a cargo del caso de Torikago San, se encontraba en su despacho examinando los documentas de las autopsias mientras bebía un poco de café; algunos minutos pasaron antes de que el jefe del departamento comenzara a tocar la puerta. El detective suspiro pesadamente para después levantarse a atenderlo, una vez el detective Sasaki abrió el hombre un tanto agitado exclamó:

— ¡Necesitó que atrapes a Torikago San ya!

— ¿Disculpe? –preguntó el detective confundido.

— ¿Cuánto sabes de Tori San hasta el momento? –preguntó el hombre más tranquilo.

—No mucho... —contestó el detective, lanzando otro pesado suspiro —. Realmente no es como que me ayuden mucho, además Torikago es demasiado cuidadoso en lo que hace.

— ¡Que me da igual eso por dios! –exclamó el hombre —. Solo hágame un informe sobre todo lo que sabe, quiero cada pequeño detalle, lo necesito en media hora en mi oficina con esté... —dijo el hombre para después marcharse sin más.

El detective regreso a su asiento con un mal sabor de boca y se propuso a escribir.

En el año 2025 se supo de un misterioso asesino conocido como Torikago San, este estuvo en boca de todo Japón por su peculiar forma de actuar, pues unos de sus principales rasgos era el hecho de que solo se centraba en criminales; el resto eran sus elaboradas formas de trabajar, pues eran tres distintas. Primeramente está la más leve que es solo advertirle de las consecuencias de sus actos a las víctimas, solo eso, realmente nada en especial. La segunda fase es torturarlos, generalmente psicológicamente y solo en ocasiones especiales usa la tortura física, la cuál va de relatarles cómo serán asesinado hasta otras cosas peores que prefiero omitir. La última y más "agradable" visualmente es asesinarlos sin más... Realmente esta es la más llamativa, a pesar de que realmente la víctima no sufre mucho él esfuerzo de Torikago es maravilloso, pues primeramente solo los asesina de un limpió y profundo corté en el cuello, una vez está asegurado que la víctima no vive más saca una rosa blanca la cual comienza a pintar levemente con la sangre desbordada en el cuello, una vez hecho eso extrae un bolígrafo y un pequeño trozo de papel de su bolsillo el cual firma con la sangre de la víctima como tinta; ya que esta todo esto hecho limpia la sangre del cuerpo de la víctima y el suelo para después remplazarla con pétalos de rosas rojas. 
 

Su apariencia física realmente no es importante ya que está más que claro que es un disfraz, pero seguramente les gustara saberlo así que se los contaré. Torikago es un hombre de contextura medianamente trabajada, de unos 85 metros de altura aproximadamente; albino, ojos rojos y rasgados. De atuendo suele llevar un traje negro con un moño en logar de corbata, el cual lleva un rosa artificial como adorno; su rostro está cubierto por un antifaz y un parche de rosa roja, además que lleva un pendiente también con una rosa roja.

Además de esto que acabó de contarles no hay nada más que las autoridades sepamos acerca de él, su trabajo es tan impecable que si no fuera por el hecho de que no asesina o sus testigos o deja criminales vivos ni siquiera estuviéramos enterados de su apariencia física. Espero este informe les haya servido para saber acerca de Torikago San y así sean capaz de mandarme por lo menos un poco de más ayuda.

Después de haberlo escrito el detective se levantó de su asiento para poder ir a entregar su informe, una vez llego a la oficina del jefe del departamento ahí junto a él se encontraba el primer ministro, el detective se sintió un poco presionado pero sin embargo no perdió la calma, así que con una amable y tranquila voz dijo:

—Buenas tardes señor ministro –dijo el detective e hizo una reverencia —. Mi nombre es Sasaki Jun y soy el detective a cargo del caso de Torikago San.

—El gusto es mío joven, ¿usted trae el informe? –preguntó el ministro con una sonrisa.

—Claro señor –contestó el detective para después entregárselo.

—Siéntese detective –dijo el jefe del departamento en voz baja —. Quiero que esté aquí por si el ministró tiene una duda.

El detective sin decir nada más se sentó y espero. Pocos minutos pasaron cuando el ministró dejo el informe en el escritorio del Sr. Sato, y con una expresión de inconformidad preguntó:

— ¿Es esto todo lo que saben de él?

—Sí señor... —contestó el detective un tanto apenado.

— ¡¿De verdad solo esto en estos 3 años y medio?! –preguntó el ministró extremadamente molestó.

—Sí señor, realmente Torikago es demasiado bueno, es por el mismo hecho de que no sé cómo puedan esperar que yo pueda solucionar todo esto solo, realmente no me brindan ni la más mínima ayuda, podrán decir y decir que gano mucho como para exigirles tanto, pero realmente tengo derecho hacerlo pues además de todo me hablan por cualquier motivo; ya ni siquiera tengo una vida... —exclamó el detective un tanto molestó pero sin perder el tono amable y educado.




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